domingo, 26 de agosto de 2012

Conversando sobre la Amistad (327)


Conversando sobre la Amistad (327)

Limos y Deméter la integración del Hambre y la Nutrición

Deméter . arquetipo de la madre, es, también, la diosa  de la nutrición. Como tal, en alguna  forma se asocia con un especto, un daimos, Limos, el Famas romano,  el de lo famélico,  símbolo del hambre y la desnutrición
Érase una vez…un rey muy soberbio,  se llamaba Erecsitón y  reinaba en Tesalia.  En una ocasión, le vino el  impulso irrefrenable de construir una sala de banquetes en   un lugar  sacro, consagrado a Deméter. Erecsitón  taló un árbol que era parte especial del culto. Avisada del hecho, Deméter   se presentó ante Erecsitón con las apariencias de  su sacerdotisa. En forma muy  amable, calmada , le manifestó su desaprobación por lo  hecho: En tono brutal, despectivo, Erecsitón la amenazó con la misma hacha  con que había derribado al árbol.
Enfurecida, Deméter   mandó a una ayudante a buscar a Limos, el dios o demonio del hambre,  para solicitarle su colaboración en la  tarea de venganza,
Limos  entró a las entrañas   del  monarca  La sensación de. Hambre fue tan  intensa , persistente  y no susceptible   de ser aplacada,   tan inconmensurable el  dispendio en alimentos, que  Erecsitón  tuvo que ser socorrido por sus padres,  acudir  a  los recursos de los súbditos y, en definitiva , convertirse en  mendigo, depender de limosnas.
En el colmo de la desesperación, vendió a su hija en matrimonio, Ella  tenía dotes de maga y se escabulló  convirtiéndose  en otra persona. Erecsitón   instrumentalizó esa capacidad  y  procuró que su hija se casara  con muchas personas , recibiendo  dotes y,luego , desapareciendo , provista de otras identidades y apariencias,
A pesar de todo, el hambre se hizo  insoportable    y lo llevó a un  último recurso: se comió a sí mismo.
Es decir , Erecsitón de la soberbia  del banquete de derribar un árbol sagrado,  de enfrentarse   a una  diosa, pasa a la autofagia , Es decir   hay un  punto  en que el mucho comer no hace amainar el  hambre, en  que la agresión y la falta de respeto  encuentran su límite, en que no se puede llegar más lejos  en la enemistad.  Los griegos lo sabían:  el consumos se  come a sí mismo,