lunes, 13 de abril de 2015

Lo Cotidiano y lo Universal 36


 Lo Cotidiano y lo Universal 36
 La actualidad  y el tema de fondo
Vivimos el carnaval de las denuncias, las voces engoladas  haciendo loas a la probidad,  los ceños fruncidos pidiendo las llamas del infierno para  quienes han sido  sorprendidos  rompiendo las reglas del juego donde  se legitima la competencia y el lucro al buen arbitrio del homo habilis.
Es momento de poner atención al problema de fondo  y desvestirse de retórica. El predominio de la economía y de la técnica  es un problema , es  una enfermedad de la cultura.
Vivimos  apurados, pendientes del celular, olvidados  de que  somos humanos… tenemos ese privilegio, esa misión  de buscar el sentido, de  construir sentido. El sentido último  no puede seguir estando  en el poder , el tener,  el hacer frívolo.
Vivimos en un mundo  de  profundas  desigualdades de oportunidades para poder satisfacer las grandes necesidades humanas, vivimos en desarmonía con la naturaleza , descuidamos  el diálogo, las relaciones profundas.
Es el momento de despertar.
 Sí , hay que tener  transparencia total  con la corrupción  con respecto al juego del sistema.
Más allá de ello, necesitamos ir construyendo un  sentido común   que sobrepase  al del homo habilis,   que   no nos  subordine a las  novedades de la técnica  o  al canto de sirena del dinero  por el dinero.
Hay que  volver a las fuentes  del humanismo, del vivir ecológicamente, integrando la razón   con la espiritualidad, con la ética, con la afectividad.
Integrando el desarrollo personal con  la convivencia, con le diálogo y con la colaboración al desarrollo humano.
La crisis que vivimos, más allá  de , de  los escándalos conocidos,
es una crisis profunda del estilo de desarrollo, una crisis de la evolución.
 Es una oportunidad  de   ponernos  como meta  la  ambiciosa  perspectiva de acercarnos al homo sapiens.
 Para eso debieran estar educando los medios de comunicación social, en vez de embriagarnos con propaganda, con violencia, con nimiedades.
En ese sentido,  lo público debiera  ser educacional
Por ese camino,  necesitamos una educación  formadora y no atiborrada de datos y de incentivos al individualismo.
Para lograr ese cambio, es imperativo poner en acción  todo el auténtico sentido humanizador  de las sensibilidades sociales y espirituales, científicas y poéticas. Sobrepasar los narcisismos individuales y de  grupos.
Integrar el desarrollo personal y el cambio cultural.