domingo, 17 de junio de 2018

La Amistosofía y el Arte de la Amistad 17

La Amistosofía y el Arte de la Amistad (17)

La Plaza de la Amistosofía (3)
(El Principito, el zorro y la Rosa  Habían llegado  a la Plaza de la Amsitosofía del Planeta de la Esperanza, donde les esperaban  Alicia y  sus amigos.)
Consideraciones  sobre el yo
 ¿Y ese conejo blanco? , pregunta  Rosa. 
Esa sonrisa  allá ,arriba tuyo ; ¿es o no es tuya?,  inquiere el Zorro.
Tantas preguntas…dice Alicia, con un mohín amistoso. Hola, a todos. Les presento al Conejo Blanco,  mi amigo, el primer habitante  que me tocó conocer en ese otro país mágico tan asombro, tan cambiante, tan amenazante…
 Hola, dijo el Conejo blanco, apresurándose   a  dar cuenta  de  que comunicará la visita a la Reina de corazón, “para¡ que no ordene cortar vuestras cabezas..”
Alicia  hizo un guiño simpático,  abrazo a los visitantes  y les condujo, sorteando los rosales , a una gruta muy especial  en que las paredes  sonreía  y se sentía una música muy suave, una especie de  sinfonía  en que los  invisibles instrumentos daban  diversos  tonos  de maullidos.
 Creación conjunta,en un viaje anterior de mi gata Dina y del gato de Cheshire,  señaló Alicia.
De entre los pliegues de una sonrisa  emergíó la Rata  del País de las Maravillas. Se la veía  confia- da,  en ese mundo  tan gatuno.  Nos hemos conocido, hemos evolucionado, explicó, discretamente, Alicia.
La Rata  se presentó, y pidió excusas porque  había escuchado la conversación de los visitantes    recién llegados   sobre  el tema de lo  egótico  y se la había  contado al conejo  y a Alicia.
“Estaba cerca de ustedes, pero muerta  de sueño, así que no podía delatar  mi presencia…”
Menos mal que no lo supo la Reina , terció el Conejo Blanco, incidiendo en su tema  favorito.
Bueno, dijo Alicia,  yo después de  contrastar mis practicas de niña con mis ideales de adolescente, el querer ser respetuosa y, sin embargo hacer grandes  elogios de los dotes de cazadora de mi gata Dina,  hablando con la amiga rata y con unos pájaros, me he convencido de que  para entrar al tema  que nos preocupa de fondo,  el cómo orientar  nuestro proyecto de vida amigable, lo que podemos influir en la vida,  debemos partir con el yo.  Nuestro yo que puede y no puede estar con alta egoemia . Será útil que veamos  algunos de los principales rasgos del yo. Punto de partida de lo que ahora se llama la ecología del yo .
El Zorro intervino,  con alguna ansiedad.
-El yo se mantiene en el tiempo, mientras pasan loa años, los cazadores, las lluvia... Es identidad.
Estando hace dos días frente a una gallina obesa, sin cazadores o perros a la vista,  mi yo era el mismo del momento en que conversamos con Antonio, por primera vez,  sobre  el tema del domesticar … 
Cierto, dijo el Conejo, y no es por tenerte miedo, pero no  sólo eres el mismo en el tiempo, sino  que  tienes lados , tendencias   distintas  unidas en  tu yo. Percibo tu parte vital  deseosa de comerme, que, por suerte, coexiste y se subordina a tu lado desarrollado de ser  sabio  y saber  ser amigo .
 El yo es identidad y unidad, dijo la Rata,   pero, también, es separación, yo soy yo y no soy  Alicia,  , no soy sus gatos, ni sus cambio de altura…
 Separado de lo externo y unido a una personalidad  y a un cuerpo,  dijo  Antonio,  en los distintos planetas, el yo del Orgulloso y el del Vanidoso estaban bien unidos  a sus respectivas personalidades y posturas corporales .
Y con las cosa que nos pasan a todos nosotros, expresó Alicia, caramba que `podemos aceptar que nuestro yo es como una  isla de certeza, en un mar de misterio- Tenemos la certeza de estar en esta gruta de paredes  de sonrisas…pero¿ no será un sueño...? Soy  yo  quien habla, con  este  yo mío   de siempre,  unido, integrado a mi modo  de ser  aparentemente separado del resto de la realidad, de ustedes, del mundo, pero unido  por un cordón umbilical  sutil, invisible, aunque si profundizo, si excavo en estas certeza, veo como amanece  el misterio…

Entonces llegó Bill, la lagartija del País de las Maravillas…