miércoles, 4 de febrero de 2015

El Arte de Vivir 94


El Arte de Vivir 94
 (Obs. la nota anterior  tuvo  dos partes, 92 y 93)
Gracián y el Dios Momo
Gracián(1601-1658) autor de sentipensamientos, más bien pensisentimientos , concisos, profundos,  con ecos en Schopenhauer y en Nietzche, cuestiona  a Momo y su deseo de ventana  al corazón
 Plantea en sus aforismos de  El Discreto
«Muy a lo vulgar discurrió Momo cuando deseó la ventanilla en el pecho 
      humano; no fue censura, sino desalumbramiento, pues debiera advertir que 
      los zahoríes de corazones, que realmente los hay, no necesitan ni aun de 
      resquicios para penetrar al más reservado interior. Ociosa fuera la 
      transparente vidriera para quien mira con cristales de larga vista, y un 
      buen discurso propio es la llave maestra del corazón ajeno. 
      »El varón juicioso y notante (hállanse pocos, y por eso más singulares) 
      luego se hace señor de cualquier sujeto y objeto, Argos al atender y lince 
      al entender. Sonda atento los fondos de la mayor profundidad, registra 
      cauto los senos del más doblado disimulo y mide juicioso los ensanches de 
      toda capacidad. No le vale ya a la necedad el sagrado de su silencio, ni a 
      la hipocresía la blancura del sepulcro. Todo lo descubre, nota, advierte, 
      alcanza y comprende, definiendo cada cosa por su esencia. 
      »Todo grande hombre fue juicioso, así como todo juicioso fue grande, que 
      realces en la misma superioridad de entendido son extremos del ánimo. 
      Bueno es ser noticioso, pero no basta; es menester ser juicioso; un 
      eminente crítico vale primero en sí, y después da su valor a cada cosa; 
      califica los objetos y gradúa los sujetos; no lo admira todo ni lo 
      desprecia todo; señala, sí, su estimación a cada cosa. 
      »Distingue luego entre realidades o apariencias, que la buena capacidad se 
      ha de señorear de los objetos, no los objetos de ella, así en el conocer 
      como en el querer. Hay zahoríes de entendimiento que miran por dentro las 
      cosas, no paran en la superficie vulgar, no se satisfacen de la 
      exterioridad, ni se pagan de todo aquello que reluce; sírveles su 
      critiquez de inteligente contraste para distinguir lo falso de lo 
      verdadero.
      »Son grandes descifradores de intenciones y de fines, que llevan siempre 
      consigo la juiciosa contracifra. Pocas victorias blasonó de ellos el 
      engaño, y la ignorancia menos. 
      »Esta eminencia hizo a Tácito tan plausible en lo singular, y venerado a 
      Séneca en lo común. No hay prenda más opuesta a la vulgaridad; ella sola 
      es bastante a acreditar de discreto. El vulgo, aunque fue siempre malicioso, pero no juicioso, y aunque todo lo dice, no todo lo alcanza, 
      raras veces discierne entre lo aparente y lo verdadero; es muy común la 
      ignorancia, y el error muy plebeyo. Nunca muerde sino la corteza, y así 
      todo se lo bebe y se lo traga, sin asco de mentira.

Grcacián pone énfasis en los  zahoríes, seres dotados, tal vez rabdomantes. Con dotes  que  hoy llamamos  para normales  ¿Un elitista de lo para normal, contrastado con  lo meramente  normal?
Zahorí…me hace recordar una gracia de niño- Un menor leyó un entrevista en que se decía  que la persona en cuestión o poseía   una mirada  “zahorí”. El niño ,  a cuya  casa acudía el entrevistado, comentó” dicen que tiene   ojos de zanahoria”.
¿Qué hay esbozado tras la crítica de  Gracián ?  ¿La simple descalificación de un símbolo pagano? ¿Sentir  la mención de  una incompletad  humana importante como una negación  del  haber sido creados  a la imagen de  Dios?  ¿Una crítica a una  presunta   trivialidad,  el símbolo del no querer creer  en las posibilidades de perfección humana?
Uno se imagina a Momo  replicando : estoy criticando a un escultor que hace   a un  ser humano  incompleto. Como     es incompleto el desconocer  que no es vulgar  el asumir que la mayor parte de los humanos  no son zahoríes y…que eso no es  problema  de voluntad, de ética. Es parte de la condición humana.
Ahora decimos  que el gran tema de la co existencia  es     la comunicación  es lo difícil que es  ponerse en el interior del otro, en el lugar del otro.