sábado, 20 de agosto de 2016

Formación 4

Formación 4

La crisis constittutiva del ser humano (2)

El problema básico está, precisamente, en la negación cultural de la crisis constitutiva y en la opción unilateral por una imagen de “tierra firme”  una opción por el cosmos, por la tierra, Gea, sin asumir lo “inicial”. En un principio, dice Hesiodo, estaba el caos.(6) El caos esel inicio, el origen. Se lo describe como un vacío o como algo informe. Lo que interesa es que, ya en los griegos, es un dios que tiene la condición de no ser creado, estaba en el principio. Poco es lo que se sabe de él, pero hay una versión de la mitología que lo hace continuarse con Jano, el dios romano de las dos caras, el que tenía llaves para abrir puertas.
El hallazgo es interesante como simbología de lo que ha sido “un medio de defensa histórica”, más allá de la relevancia textual de la asociación Caos – Jano. Asumir el origen, abrir caminos.
Diel hace un aporte contundente al asociar Caos y Misterio. Los mitos griegos, para ese autor, asumen el misterio, lo insondable de los orígenes, la imposibilidad de que el ser humano aprehenda el todo, el riesgo de que se evada en la exaltación, sin asumir los límites, o en la trivialización que excluye, que niega, los orígenes y el misterio.
De alguna manera, el “Tao Te King” se ubica en esta perspectiva de lo fundante, del misterio, más allá de las posibilidades de comprensión humana, imposible de separar de la tarea del hombre, de su necesidad de asumir la realidad. Dice el gran texto taoísta... “El Tao que se puede nombrar no es el verdadero Tao...”. El complejo de Caos-Jano se expresa culturalmente en la existencia de cosmovisiones y la ausencia de “visiones del Caos”.
La actualidad de esta problemática constitutiva en el desafío del enfrentamiento de la crisis actual puede deducirse de la relación del “Caos” con la incertidumbre y la tolerancia a la ambigüedad. La práctica de la democracia es inseparable de la aceptación de la incertidumbre, la impredictibilidad de los resultados de cualquier proceso. La personalidad autoritaria, por contraste, no tolera lo ambiguo, tiene tendencia a la rigidez, necesita la predictibilidad.
Los estudios de creatividad, muestran, consecuentemente, una relación entre receptibilidad a un período de elaboración, de espera,  de indefinición y los logros en la realización. Creativos y no autoritarios toleran el caos.(
Una manera de elaborar el complejo Caos-Jano, de aproximarse al origen, al decir de Paniker , es plantear, como una necesidad humana, la apertura epistemológica a problemas de un orden complejo, asumir la existencia de diferentes tipos de problemas, empezando por distinguir problemas y misterio.
Al deber hacerse cargo de la realidad, por su forma de estar en el mundo, a los problemas operativos, a la racionalidad “abarcable” que da sustento en forma exclusiva al paradigma dominante, hay que integrar el misterio, lo circundante en el sentido de Jaspers, “el Tao que no se puede nombrar”, los orígenes.
Es la distinción entre problemas y misterio de Gabriel Marcel, la que nos da un punto de articulación con la propuesta de integralidad en la salud y el desarrollo.
Este origen, este caos, esta “predefinición”, al estar elaborado, asumido, transformado en Jano, en guía, incide en un tema básico, el de la identidad. Al borrar los orígenes negamos lo indiviso, ese principio en que fluyen los nexos, en que se experiencia el “ser parte”, la participación.
Autonomía y participación son referentes esenciales, complementarios, en tensión. El ser humano, separado, es autónomo. En la medida que mantiene, también, su inserción en la naturaleza, es participativa, parte del todo
Si no somos solamente cosmos, definición, separación, sino también lo originario, juntamos la identidad propia con una identidad compartida mayor. 
Esta identidad bivalente hace de “la caña pensante” Pascaliana parte de los “espacios infinitos”. Así, la superación del individualismo, al integrarlo con lo participativo, se asocia al encuentro entre la limitación, la fragilidad y, aunque parezca paradoja, la invulnerabilidad. Siendo parte de un todo, del todo, se tiene también la seguridad, la garantía de continuidad, de no terminar consigo mismo.
De lo dicho puede inferirse que en la crisis constitutiva, entre otras, existen las siguientes vertientes:
.    a)  Autonomía y Participación
.    b)  Fragilidad y Seguridad
.    c)  Misterio y Problema
La negación del caos se confunde con el énfasis en el individualismo, en lo no confuso, en lo racional, en la opción desmedida por proteger la fragilidad. Todo ello confluye en el modelo del modo XX( forma, manera?) de ser autoritario, que niega la incertidumbre, que descansa en la nitidez del mando/sumisión.
Es la cultura autoritaria, inserta en el desarrollo dominante, la que, instrumentalizando el desarrollo científico tecnológico, desemboca en la crisis actual. La “anti intracepción”, el rechazo de lo subjetivo, es uno de los rasgos autoritarios básicos que articula la negación del caos con la incapacidad de asumir una orientación humanista y ecológica que permita superar los daños y riesgos actuales y entrar a un período de equilibrio con la naturaleza, la equidad social y el desarrollo humano.