viernes, 14 de diciembre de 2012

Informando desde la Amistad


Conversando desde la Amistad

              Amistad  y  reflexión ante el acaecer del 2012
           Un evento  interesante de hoy  

 Este viernes 14 de diciembre, editorial Villano de a pie los invita al lanzamiento del libro de los autores Peter Molineaux y Antonio Moreno O en el Museo Benjamín Vicuña Mackenna (Av. Vicuña Mackenna 94, Providencia)

El Almanaque 2012 de El Gato de Freud pasa al papel la labor de dos psicoanalistas que comentan diversos eventos noticiosos transcurridos durante el año 2012. A través de comentarios que mezclan la teoría freudiana y aspectos de los malestares ciudadanos contingentes, estos trabajos pretenden reflejar parte de nuestro devenir subjetivo y el inevitable encuentro con su época.

Conversando desde la Amistad (30)


Conversando desde la Amistad (30)

Palabras de un amigo

Antonio Elizalde
Querid@s amig@s

A pocos días de cumplir mis 70 años y quizás debido a que uno comienza a hacerse más sensible frente a lo vivido, he querido compartir con Uds. algunas reflexiones respecto a lo que ha sido mi experiencia de habitar lo humano. Además me aprovecho de las circunstancias debido a que como los seres humanos le tenemos un extraño respeto a los 0, en mi caso 70,  eso le da más solemnidad a lo que pienso, siento y escribo.
He descubierto que después del regalo más grande de todos cual es el amor incondicional que me ha entregado ya por más de cinco décadas mi esposa María Eugenia, uno de los regalos más importantes y preciado que he recibido en mi vida, , ha sido la amistad que Uds. me han brindado y que atesoro, con mi obsesión de coleccionista, como mi segunda colección más importante, pues la primera es mi familia nuclear, Mary, mis hijas e hijos, mis nietos y nietas y mi bisnieto. Ahora, si uno pudiese hablar de una colección mayor, mi familia extensa, Uds. bien saben que han sido incorporados a ella, hace ya mucho tiempo.
Quizás en el futuro gracias al poder que nos proporciona el instrumental informático podremos ir construyendo así nuestras familias afectivas, agregando nuestros apellidos a aquellos que queremos, y recibiendo los apellidos de aquellos que nos quieren. Y podríamos entonces reemplazar los fríos números que hoy nos identifican en nuestras cédulas de identidad por cálidos apellidos, y así podríamos al igual que en la nomenclatura zoológica tener taxones, en este caso apellidos, que dan cuenta de cuan rica ha sido nuestra experiencia humana. Ello porque iríamos agregando a nuestra dotación inicial (los apellidos que nos dieron nuestros padres) los de nuestros amigas y amigos más queridos, aquellos de las amistades profundas. Las que se sienten cuando se experimenta aquel reencuentro, que incluso después de un largo período transcurrido, nos hace sentirnos como si hubiese sido sólo ayer esa conversación que el tiempo y la distancia habían interrumpido. 
En mi caso, esto lo descubrí cuando recurrí a muchos de Uds. para invitarlos a ser parte de los proyectos editoriales que he impulsado en los últimos años. Hasta ese momento yo aún no era capaz de reconocer el enorme capital social y "ético" (para ser más preciso y seguir la nomenclatura propuesta por Adela Cortina) que había acumulado a lo largo de mi vida. Fue cuando comencé a recibir vuestra generosa disposición y entusiasta respuesta a las invitaciones hechas que descubrí tantos y tantas amigas, que incluso llegué a quedar abrumado por las muestras de amistad recibida.
Recordando y añorando tantos momentos vividos no dejo de tener presente con "saudade" (que palabra más bella e indefinible) vivencias profundamente sentidas. ¡Cómo olvidar aquellas despedidas y reencuentros después de años e incluso décadas! ¡Cómo olvidar la preocupación, la compañía, el "estar ahí" en los "no lugares" en tantas circunstancias entre tantos viajes realizados! ¡Cómo olvidar tantos lugares visitados y trayectos recorridos guiados por el conocimiento experto provisto por la compañía de tu amiga o amigo lugareño! ¡Cómo olvidar tantas conversaciones sobre lo divino y lo humano donde he aprendido tanto y que me han enriquecido con sus ideas, sentimientos y experiencias! ¡Cómo olvidar los maravillosos ejemplos de compromiso vital y entrega que he podido conocer gracias a Uds.! ¡Cómo olvidar la gratuidad, generosidad, disposición, entrega, hospitalidad, confianza y sobre todo cariño que me han brindado tanto a mí y como a los míos!
Por allí en algún momento escuché de alguno de Uds. que las amistades no eran transitivas, y pienso que es posible que sea así en la mayoría de los casos, pero en mi propia experiencia creo haber sido premiado por la transitividad.  Quizás ese es el profundo sentido que debía tener mi pasada por el mundo. Pues lo que he podido aprender después de muchas búsquedas respecto a lo que es mi vocación auténtica en cuanto ser humano, es que ésta es la de ser un conector, creo que eso es para lo cual vine a este mundo, a intentar construir vinculaciones, nexos, ligazones. Y de Uds. he recibido ese aporte inapreciable de transitividad, de disposición a recibirme no sólo a mí, sino que a toda la historia que llevo conmigo, con todos mis afectos (y también defectos), con mis amistades y compromisos, con mis convicciones y creencias, con mis debilidades y flaquezas, como es realmente el querer cuando el aprecio es verdadero. Gracias amigos por quererme, por ayudarme a ser un mejor ser humano y por soportar mis obsesiones y manías (entre ellos mi irreverencia y humor ácido y sombrío).
Con todo mi afecto,

Antonio


P.D. 
1. Disculpen el que esta carta sea colectiva, pero como también debo seguir viviendo (esto es hacer otras cosas además de escribir cartas) tuve que hacerlo así. He pensado en cada uno de Uds. en particular al evaluar si los incluía o no, de modo que siéntanse privilegiados pues han sido arbitrados y seleccionados entre “el millón de amigos” (de Roberto Carlos) y los 3502 amigos que yo tengo en Facebook 
2. Tuve dudas de llamar a estas notas, post data o notas a pié de página, pues me cuesta salirme de mi papel de editor que es lo que hago cotidianamente; como pueden ver ya estoy adquiriendo una real deformación profesional.
3. Creo que si aprendemos a reírnos más de nosotros mismos y a no tomarnos tan en serio, viviremos más tiempo, tendremos menos achaques, transitaremos más diáfanamente entre la levedad y la pesadez del ser, y seremos más felices.