lunes, 25 de noviembre de 2013

Conversando desde la Amistad (371)


Conversando desde la Amistad (371)
“Escribir pensando que es un ingeniero del alma, puede estar seguro que escribirá muy malos textos.”


Entrevista a Doris Lessing, Premio Nobel de literatura 2007.
Autora de Carnet de oro.
Traducción del francés al español: Jorge J. Flores Durán, poeta.

¿El haber obtenido el premio Nobel, le ha cambiado en alguna cosa su vida?

Doris Lesssing. No nada. O más bien si, yo no trabajé más después de obtenerlo. Yo lo obtuve en noviembre del año pasado, y no pude ir a Estocolmo para recibirlo personalmente, por problemas de salud. Envíe a mi hija y a mis nietos para recibirlo en mi lugar. Yo me quedé aquí, desde ese momento, no hago nada. Poso para las fotos y respondo preguntas a los periodistas. Debo ocuparme de la casa y de mi hijo. En este momento si yo tengo dos horas por semana para mí, estaré muy feliz.

¿Cuál es su ritmo normal de escritura?

Existen diferentes periodos en mi vida. En unos de ellos escribía todos los días. Yo escribía ocho horas y media y después al finalizar la tarde, esto era hace mucho tiempo.

¿Piensa usted que el premio va a cambiar alguna cosa en su forma de escribir? ¿Usted se siente diferente después de haberlo obtenido, quedando ataviada de una suerte de responsabilidad?

No. A mi edad, yo no puedo cambiar.

Se dice que usted comenzó a escribir a la edad de 8 años…

Algo así, más bien a los 7 años, por supuesto era una cosa pequeña. Un pequeño texto a propósito del crepúsculo, incluso fue publicado. No en una revista internacional, en un pequeño diario The Rhodesia Herald, fue un pequeño texto de un niño, no un gran trozo de de literatura. Desde entonces siempre he escrito, cuando puedo.

¿A qué edad usted decidió realmente ser una escritora?

Sucedió por etapas. Yo estaba en los 25 años cuando escribí mi primera novela. The Grass Is Singing, traducido al francés con el titulo de Vaincue par la brousse

A La edad de 24 años usted dejó la Rhodesia, dejando a sus niños a su esposo. ¿Porqué de está decisión? ¿Ella estaba ligada a su deseo de ser libre para escribir?

Nada que ver con eso. Era los tiempos de la Guerra. Es la época donde por primera vez, yo encontré personas con las cuales yo me sentía cerca. Eran comunistas que habían huido de Hitler y que estaban refugiados en África. Yo los encontré apasionantes porque ellos habían leído todo lo que yo había leído, y estaban de acuerdo conmigo cuando yo decía que esta situación no podía continuar. Hablo de la situación de Rhodesia donde los blancos dominaban a los negros. Eso les parecía evidente, pero para mi, era la primera vez que encontraba personas que pensaban como yo. Dejar a mis hijos, ¡por supuesto! No fue nada de fácil. Pero eso no tenía nada que ver con mi libertad o cosa que se parezca. Acuérdense: Rousseau cuenta que, cuando él deja a sus hijos él imagina que eso será lo mejor para ellos, era para mi la misma cosa. Yo tenía esa idea ridícula que eso sería mejor para mis hijos. Entonces yo regresé a Inglaterra solamente con mi hijo menor. Hoy día pienso evidentemente que fue una idea estúpida.

¿Cómo le viene a usted la idea de un libro? ¿Es natural? ¿O debe buscarla por largo tiempo?

No. Yo no busco. Yo siempre supe lo que iba a escribir enseguida. Cuando termino un libro, yo se de inmediato lo que voy a escribir después, pero no escribo de inmediato. Yo no soy de esos escritores que terminan un libro el martes y comienzan otro el día miércoles, me gusta que pase más tiempo entre las dos escrituras. Tener tiempo para reflexionar tranquilamente el próximo.

¿Cómo trabaja usted? ¿Escribe un plan antes de abordar la escritura propiamente dicha?

Yo escribo un primer borrador, que es siempre muy corto. También un segundo, que cada vez es demasiado largo. Yo acorto este segundo borrador y lo envío a una dactilógrafa, para hacer una versión limpia, porque yo escribo tan mal a máquina que mis borradores no son presentables. Al final son tres versiones para llegar al texto final.

En su último libro, Alfred y Emily, usted reescribe la historia. ¿Porqué hace esa elección?

Yo hubiera querido relatar lo que habría sido la vida de mis padres si ellos no hubieran sido obligados a padecer la Primera Guerra mundial. Entonces decidí abolir simplemente esta guerra que nos ha causado tanto daño. Imagínese: sin la Primera Guerra mundial, no habría existido la Revolución rusa, ni la Unión Soviética y su imperio, ni Hitler, ni Holocausto, ni Segunda Guerra mundial. Todo llegó con la guerra de 1914.

Usted ha utilizado todos los géneros o casi todos, desde la ciencia- ficción a la poesía, pasando por el teatro y el ensayo. ¿La novela la considera un género demasiado restrictivo?

Es mucho más simple que eso. Yo tengo una idea y necesito encontrar un buen medio para expresarla. Lo que conviene para un poema no va para la novela. Mi gestión no es decirme: ahora voy a escribir una novela de ciencia-ficción o una recopilación de poemas, yo pruebo hasta encontrar que es lo que conviene mejor a lo que yo quiero decir. Si mis libros son tan diferentes, es porque yo tengo muchas cosas diferentes que decir. Por ejemplo si usted quiere escribir una novela que abarca millones de años, usted no puede comenzar diciendo ‹Freddy se sentó en la cocina y bebió una taza de te muy cargado› eso no conviene hacerlo. Usted debe encontrar un inicio diferente.

Algunos escritores afirman que sus personajes se le escapan y toman su propia independencia. ¿Esto le ha ocurrido ya?

Una vez en mi vida. Yo escribía General Dann y un personaje que yo no esperaba, de imprevisto aparece y se impone frente a mí. Como yo me preguntaba qué iba a hacer con eso, yo hice lo que hacen muchos escritores, yo lo soñé. Yo soñé de Dann, mi personaje principal, encontrando un perro a punto de ahogarse y que alcanza a socorrer. Yo bauticé a ese perro “perro-nieve”, y él llegó a ser un importante personaje del libro. Era el elemento faltante de la novela, y que, gracias a él, encontró su forma definitiva. No fue algo previsto, simplemente llegó.

¿Cree usted, que un escritor debe abordar cada libro nuevo, como si fuera el primero?

En todo caso es lo que pasa generalmente para mí. Más aún, que escribo muchos libros de diferentes géneros. Entonces sí, cada vez es como un primer libro.

¿Cómo se definiría usted como escritora? ¿Más bien como una escritora que cuenta historias o como una escritora “comprometida” como lo llamamos en Francia?

Yo no soy una escritora “comprometida “. Yo soy claramente alguien que cuenta historias. Por supuesto lo que usted escribe lleva su verdad en todo, usted no entrega deliberadamente un mensaje. Yo en todo caso, no deseo comunicar mensajes. Yo pertenezco a una generación que escuchó a Stalin decir “Los escritores son los ingenieros del alma humana” y eso ha dado como resultado algunos de los peores libros escritos en la historia de la humanidad. Yo creo que todo el mundo debiera estar vacunado contra ese tipo de creencia. Si usted escribe pensando que es un ingeniero del alma, puede estar seguro que escribirá muy malos textos.

¿Cuales son según usted, sus obras más importantes?

No puedo responder a esa pregunta. A mi parecer mis libros forman un todo. Hay muchos que yo prefiero, pero eso no quiere decir que son más importantes. Me gusta “Mariages entre les zones 3,4 et 5”, me gusta igualmente “Le Carnet d´or, por otras razones, puede ser, que es un libro que no podría ser escrito hoy día. También me gustan otras novelas porque al escribirlas me han dado mucho placer, es el caso de Mara et Dann o el General Dann.

¿Usted ha destruido alguno de sus manuscritos una vez ya terminado?

Si, dos o tres veces. Porque no eran buenos. No me equivoqué, eran realmente malos, yo sé cuando uno de mis libros es bueno o malo.

¿Qué piensa usted de los escritores británicos de hoy día?

Es el tipo de preguntas a las que yo no respondo. Trato de evitar hablar de mis contemporáneos. Porque, es la mejor forma de hacerse de enemigos: pues de los que usted hablará jamás estarán contentos de lo que usted dice, y los otros estarán furiosos por no haber sido citados, se que los periódicos adoran eso, crear la animosidad entre escritores, no entro en ese juego.

¿Existe algún un placer, o al menos cierta ventaja de envejecer?

No ninguna. De ningún tipo. Salvo quizás que tenemos cada vez peor carácter…
Yo creo, que usted no quiere un biografía de su vida …viva
No. No antes que muera; usted sabe que las personas olvidan muy luego que los escritores como todo el mundo tienen parientes y amigos. ¿Porqué ellos deberían figurar en los libros? Difícilmente eso les daría placer.

Hablemos un poco de política si usted está de acuerdo. ¿Usted fue comunista. Porqué usted rompió con el comunismo?

¿Porqué? ¡Pero es una pregunta estúpida¡ En el momento que millares de personas han dejado el Partido comunista, no es una historia muy original ¿Verdad?. Todos mis amigos han dejado el PC. En mi época todo el mundo era comunista hoy día nadie más lo es. Lo que pasó es que todos, al mismo tiempo, nos dimos cuenta cual era la verdadera naturaleza de la URSS. Pero esto sucedió en Francia igualmente. Ya que hablamos de Francia y de sus intelectuales, recientemente he leído un libro de Sartre. Yo pienso que él y Beauvoir eran personas muy desagradables. Ellos no decían la verdad; su actitud frente a la URSS y de China era escandalosa. Y al fin de su vida Sartre se convirtió en una suerte de prisionero de su secretario Benny Levy.

¿Yo se, que usted estuvo invitada a una reunión de célula du PC francés. Que recuerdos conserva usted?

Fue como una humorada. Trabajaba en Paris en esa época y, como yo era comunista yo quería ver qué era una reunión de célula del partido comunista francés. Me respondieron que sería difícil, que los comunistas franceses eran unos paranoicos. Todo eso era realmente ridículo, yo no iba a poner una bomba bajo la mesa. Con los consejos de mis amigos comunistas británicos yo contacte a Tristan Tzara, el poeta surrealista, que fue militante comunista, y finalmente obtuve la invitación para asistir a una reunión de una célula en algún lugar en la rivera izquierda de Paris. Había guardias en la puerta del inmueble y otros al interior, los participantes tenían todas vestimentas militares, seguramente obtenidas del sobrante del Ejército y se comportaban de manera autoritaria, sin sonreír jamás.
La discusión versaba de qué forma iban a obtener dinero. Después de todas las dificultades que tuve para asistir a esa reunión, pensé que se iba a discutir cosas más importantes, y ellos discutían cómo era mejor conseguir dinero, haciendo una venta de caridad o una colecta entre los militantes. Luego me pidieron dejar la reunión, pues comenzaba la parte interna de la reunión. Todo eso no tenía ningún sentido. El problema que los comunistas franceses de esa generación se imaginaban ser una suerte de combatientes (maquisards) pero ellos no tenían nada de combatientes. Solamente eran personas normales que se comportaban como si estuvieran en peligro, pero ellos no corrían ningún peligro.
Cuando regresé a Inglaterra, le expliqué a mis camaradas que los comunistas franceses hacían “teatro”. Luego quise asistir a una reunión del PC Italiano, eso fue a la inversa, me dijeron: ”Por supuesto, venga cuando quiera” ellos no discutían las ventas de caridad, eran muy informales, nadie hablaba de matar o cosa parecida, no me pidieron irme a la mitad de la reunión. Esto me recuerda que un día cuando cenábamos con algunos camaradas ingleses y dos comunistas italianos terminaron diciendo “Lo sentimos por lo que le vamos a decir, jamás habrá revolución en Inglaterra, ustedes no tienen temperamento para eso”

¿Usted combatió por la independencia de Rhodesia ¿Como reacciona usted frente a la situación actual de Zimbawe?

Honestamente, si yo hubiese sabido cual sería el resultado, no habría consagrado tantas energías a este combate. Por supuesto, Rhodesia no era mejor en esa época, era un régimen cruel donde cincuenta mil blancos oprimían a un millón y medio de negros. Yo naturalmente tenía razón al combatir esta situación. Pero me equivoqué al creer que los negros iban a ser mejores que los blancos.

¿Su novela más celebre Le Carnet d´ Or, es considerada por las feministas del mundo entero como una biblia ¿Cómo lo explica usted?

En el primer tiempo no fue publicada en Francia ni en Alemania. Se publicó en todo el mundo, y nadie lo consideró un libro feminista. Esto duró 10 años, pues su aparición en Francia y Alemania coincidió con la explosión del feminismo, pero yo creo que las feministas realmente no la han leído bien. La segunda frase del libro es “En efecto, cruje por todos lados de punta a punta” es de aquello que habla el libro y nada mas de aquello. Las feministas no me hicieron ningún favor, porque a costa de ellas muchos hombres no leyeron el libro en la época, afortunadamente después si lo leyeron. Para mi la pregunta queda entera: ¿Por qué las personas han encontrado este libro sorprendente, cuando no hice más que escribir lo que escuchaba y que ellos a su vez escucharon desde mucho tiempo? Los comunistas y los socialistas hablaron de obra feminista, cuando el libro no es más que la descripción de un dialogo ancestral. Yo fui educada así, los hombres de un lado “véranda” conversando entre ellos y las mujeres del otro lado. Porqué esas personas están sorprendidas de leer lo que escucharon durante largos años. Aún no lo comprendo.

¿Muchas veces usted fue muy dura con las consecuencias del movimiento feminista… usted no tiene miedo a las reacciones violentas que sus argumentos vayan a suscitar?

Las reacciones violentas me dejan totalmente indiferente. La realidad es que hoy, luego de treinta años de feminismo la mujer más estúpida, más cruel, la más mal educada puede llevar por el barro al hombre mas encantador, mas inteligente y pensar que lo que hace es maravilloso y nadie va a protestar. Yo dije eso públicamente, y eso fue un escándalo, me da lo mismo ya lo he vuelto a decir.

¿La Reina le propuso concederle el titulo de Lady y usted rechazo esta distinción. Fue por razones política?

No. Aunque pasé gran parte de mi juventud intentando deshacer el imperio británico. Pues usted sabe que el titulo exacto es Dama del imperio británico, pero no hay imperio británico, entonces yo pensé que sería grotesco pertenecer a un imperio que no existe. Sería una pantomima.

¿Usted chocó con muchas personas en EEUU al dar la impresión de minimizar la gravedad del 11 Septiembre?

Es que yo no he olvidado lo vivido durante años bajo las amenazas del IRA. Por supuesto que el 11 de septiembre pasó algo terrible, pero cuando usted conoce el periodo del IRA, eso le parece menos terrible. Parece que todo el mundo ha olvidado que el IRA puso una bomba en un Hotel en una convención del partido conservador, que mató a muchas personas y pudo matar a otras incluso al primer ministro la señora Thatcher. Entonces tuve el deseo de preguntarles a los Americanos ¿que habrían dicho o escrito, si se hubiera matado a todo su gobierno? Yo no creo que lo hubieran olvidado. Ellos no cesarían en volver a lo mismo y de recordarse incansablemente. Nosotros no volvemos atrás sin cesar, nosotros no lo recordamos incansablemente, porque nosotros pensamos que es absurdo hacerlo. El problema es que ellos creen que son los únicos objetivos del terrorismo, pero no es cierto. Eso es todo lo que yo he dicho.