martes, 30 de agosto de 2022

El Coraje de Ser 5

 


      El  Coraje de Ser 5


Amigas y Amigos

Un mito que apunta al coraje de integrar el compromiso con lo humano y el reconocer los límites

de la condición  humana.

Abrazo

luchow



El mito de Adapa. 

Hay un mito de Mesopotamia que abre caminos en las conversaciones sobre el Coraje de Ser. Es el mito de Adapa. 

Desde el sentido común actual, se hace una fosa divisoria entre la valentía y el miedo. O se centra la atención en exaltar la valentía, o en descalificar el miedo. 

No es habitual la integración de un comprender nuestra vulnerabilidad y, al mismo tiempo, asumir nuestra responsabilidad de actualizar nuestras potencialidades y acercarse a nuestros límites. 

Desarrollar la comprensión del miedo y ampliar, enriquecer la aptitud para hacer frente a los peligros y para identificarse con lo humano, con el desarrollo de lo humano. 

El mito de Ícaro apunta al valor de aceptar la finitud, de discriminar entre lo valiente, en ese caso volar un largo trecho sobre el mar con alas de pluma y cera, y el ser temerario, omnipotente, como fue que Ícaro volara hacia el sol. 

El mito de Adapa, de la cultura de la antigua Mesopotamia, pone de relieve algunas dimen- siones de la valentía y de su límite con la teme- ridad. Se encomia el valor, la valentía de asociar el compromiso y el desapego. Adapa era un tipo especial de héroe, un benefactor, educador de su pueblo. Con ascendencia divina, protegido del dios Ea, era, sin embargo, un humano, un mortal. 


En una ocasión, de pesca por el Golfo Pérsico, se desencadenó un viento terrible y, a pesar de todos sus esfuerzos, su bote naufragó. Indignado, Adapa golpeó al viento, el dios causante de su desgracia-

. Para algunos, la consecuencia fue la fractura de un brazo, para otros, un traumatismo encéfalo craneano del personaje divino. Los testimonios son muy dispares. Donde coinciden es en la conse- cuencia: Anu, el dios supremo, requirió la presen- cia de Adapa, acusado de golpear a un dios. Adapa no vaciló un instante. Partió a dar su testimonio. Lo llevó a cabo con absoluta humildad y honradez. Anu, impresionado, quiso hacerlo dios y, para ello, le ofreció los alimentos correspondientes. 

Adapa, muy puesto en su proyecto humano, desapegado, rehusó, con toda la cortesía del caso y retornó a la tierra, a su ciudad, a seguir educando, compartiendo sus nuevas experiencias, al compromiso. A su proyecto. 

Mostró coraje de ser humano, coraje de ser.