sábado, 18 de mayo de 2013

Conversando desde ls Amistad (184)


 Conversando  desde la Amistad (184)

 Escribe Claudia,psicóloga , desde Viña del Mar


Viaje.

Ella esta agotada, agobiada, siente que ya no es capaz de seguir adelante.
La veo por el sendero, descendiendo cargando una mochila muy pesada.
Siente que tiene demasiadas cosas en que mejorar: ser mejor hija y mejor madre, y mejor amiga, y mejor profesional. 
Y mejor persona y mejor apoderada.
Mejor hermana y mejor tía.
Sabe que ha hecho mucho por este objetivo... y a veces siente que casi puede alcanzar el triunfo. Esa copa dorada que tiene escitas en la base dos palabras mágicas: "equilibrio espiritual"... pero basta un segundo y chas!, ya se escapa, ya se esfuma... se va.
Y el viaje prosigue. 
Caminante.



Algunas noches se detiene a la vera del camino, Se instala reuniendo algunos pocos elementos y logra encender una fogata pequeña, pero cálida. Y piensa ahí, detenida. Se pone en pausa.
Stop.
Se da cuenta que respira, que está viva, que todos sus órganos funcionan correctamente, en su mayoría. Que existen otros como ella, otros que quieren su bien. Este pensamiento reconfortante la acompaña como un amuleto que por breves segundos se ilumina en medio de la más absoluta oscuridad.


Y entonces asoma la pregunta: ¿Por qué ha de ser tan breve esta sensación de bienestar?. ¿Por qué se desvanece, como espuma rebelde, como humo en el viento...?


La oscuridad espesa del camino se vuelve a instalar en su interior, el pecho vuelve a apretarse y ya otra vez se pierde la quietud, recoge sus cosas y emprende nuevamente el recorrido, ese frenético viaje hacia el trofeo final.

Mientras sus pasos se suceden uno a uno, vienen a su mente recuerdos de otras temporadas, menos oscuras y menos conscientes.

¡Días llenos de ignorancia... de dulce y liviana ignorancia!

Que profunda y dolorosa nostalgia la cubre entonces. Y qué sombría soledad!

Si hasta más pesada se respira la brisa.

Se pregunta cuánto tiempo durará esta marcha. Si algún día llegará a su final. Y mientras vagan por su cabeza múltiples pensamientos, sigue obedientemente la guía del sendero. 

Persiste.



Claudia Valdivia C.
Mayo 2013.