lunes, 27 de julio de 2020

INTEGRÁNDONOS CON LA VIDA 9



 Integrándonos con la vida 9

          Carmen Ibarra

Cómo podemos contribuir al cambio de paradigma desde nuestra corporalidad?

En este tiempo de crisis global en la que nos damos cuenta que estamos absolutamente interconectados (nunca en la historia de la humanidad, una pandemia se habría generalizado de esta manera). Esto en gran parte por la globalización y la movilidad que tienen las personas en estos tiempos, low cost y otras iniciativas de las empresas de viaje, pagos en cuotas, facilidades etc. Recordemos que el primer contagiado que llegó a Chile, un médico y su señora de vuelta de un viaje de luna de miel.
Luego en las comunas más acomodadas, se comenzaron a multiplicar los casos en general más o menos bien soportados pero en las comunas con menos recursos, se hizo evidente la precariedad de las viviendas en las que el hacinamiento ha hecho multiplicar los contagios y el cómo vivir el aislamiento ha hecho la diferencia, algunos privilegiados, trabajando desde nuestras casas, relativamente confortables.

 Esta situación, nos ha hecho observar cómo vivimos los chilenos, a qué llamamos una vivienda digna, ¿cuántos de nuestros habitantes la posee?
 El agua es otro tema que debemos dimensionar cuando ya tenemos 10 regiones en las que se debe suministrar este recurso en camiones aljibes. ¿Por qué el agua está en manos de privados? La desmedida inequidad en la distribución del agua en algunos sectores y regiones, en beneficio de exportadores que se apropian del agua de toda una comunidad? ¿Cuánto en realidad nos apoya el Estado y si eso permite susbsistir a una familia que depende de su mini emprendimiento, o de su trabajo en la empresa que en muchos de los casos sin necesitarlo, se acoge a la “suspensión” de trabajo de sus empleados? Y se acoge a este “beneficio”del gobierno?

No vamos a juzgar, ni hacer un análisis acabado de la situación (para eso están los sociólogos analistas políticos etc) que estamos viviendo como chilenos, ubicados en los ranking como dentro de los peores respecto de los contagiados.
Por un lado la inconsciencia de muchas personas que creyeron posiblemente que los casos de muerte eran tan bajos que lo estábamos haciendo bien, otros lo atribuyeron a teorías conspirativas, sumados a las malas estrategias de gobierno al no lograr trabajar de verdad en equipo con científicos, académicos, especialistas en epidemiología para dar una señal de coherencia y unidad en fin, mi planteamiento y no me quiero quedar en la queja es propositivo.
Esta crisis tiene que ver con estructuras más profundas arraigadas en nuestro sistema de vida, la falta de respeto a la naturaleza, la cultura extractivista sin límites, la devoción al “crecimiento” que cuando es alto crecen unos pocos y cuando es bajo “no se pueden hacer políticas públicas adecuadas porque el crecimiento es muy bajo, el chorreo que nunca llegó realmente para dar soluciones más dignas a las personas. Las privatizaciones que dejaron y a muy bajo costo a privados con el control de elementos básicos como el agua, luz, la salud, la educación, las comunicaciones, El sistema neoliberal que se apropia de nuestros cuerpos  y que por qué no decirlo nos dejamos seducir, nos invita constantemente a consumir, al auto más rápido, el más cómodo, el más veloz, la tele más grande o con mejor resolución, sin importarnos la cantidad de recursos y de agua que se utiliza en su fabricación, el celular con más capacidad o más memoria, o más bello etc.

Por otro lado, el negocio de la moda, uno de los que más recauda a nivel mundial, y una de las que más contamina, no reutilizamos, no reciclamos y seguimos consumiendo, nos han pulverizado el cerebro para decir cuáles son los cánones de moda a seguir, los cuerpos “atractivos” y allí nos perdemos las mujeres con nuestra autoestima, disconformes siempre con nuestros cuerpos, con nuestras formas, con nuestra edad, con el envejecimiento y así seguimos comprando liquidación tras liquidación en cuarentena compras por internet se han duplicado, muchas veces sin ninguna necesidad, simplemente por estar a la moda, que convengamos en una estación más quedará obsoleta para que sigamos comprando?

Respetemos y aceptemos nuestro cuerpo como somos, con sus formas, sus fortalezas, la inmensa fuerza que nos entrega día a día para cumplir nuestros sueños, nuestras tareas, movámoslo, no dejemos que se oxide, respiremos, conozcamos la apertura del pecho para respirarnos a nosotros y a los demás. Dancemos, por qué no? Usemos nuestro cuerpo como una herramienta de expresión, así como escribimos, pintamos, escuchamos música. 

El consumo en salud y el negocio farmacéutico es otro de los grandes y qué podemos hacer?
El negocio de la alimentación en el que a los agricultores quienes asumen todos los riesgos de clima, sequía etc.  se les paga lo mínimo y gana el que comercializa 5 veces por lo menos, lo mismo en el negocio lácteo entiéndase multinacionales como Nestlé, el negocio mundial de apropiación de las semillas Monsanto. El Tratado TPP11 en el que los más ricos usufructuarán de los países con menos recursos y menos tecnologías.
Muchos dirán no hay nada que hacer, es muy difícil que cambien esas estructuras pero sí es posible hacer cambios cuando nos transformamos en seres conscientes con lo que sucede, con el mundo que queremos entregar a nuestros hijos, a nuestros nietos
Creo que llegó definitivamente la hora de despertar. Transgredir desde el amor, los afectos y la ternura y hacer cambios en nuestra realidad cotidiana. ¿Cómo?
Desde lo más fundamental que poseemos que es nada más ni nada menos que nuestro Cuerpo.

Partamos con los alimentos que consumimos, si pudiéramos empezar a pensar en huertas comunitarias en los colegios, en los barrios a decidir nosotros qué alimentos queremos comer y cómo producirlos nosotros mismos? En estos momentos está difícil reunirse pero se pueden compartir , dividir y delegar tareas, teniendo un poco de espacio, hay maneras rápidas y simples de generar compost para ayudar a los cultivos, utilizando nuestra propia “basura orgánica” partir por ejemplo entre familias, amigas, vecinas, cada una hace un par o 3 semillas que no se repitan en el mini grupo y luego se hace trueque.
Reciclar, es una buena manera de tomar conciencia de la basura que generamos nosotros en nuestras propias casas, reutilizar nuestras ropas, ganarle a la obsolescencia programada , dentro de lo que se puede, volver a reunirnos y a generar fuerzas en la cooperativas, en las juntas de vecinos, en el barrio a volver a genera confianza y respeto por el “otro”. Cambiar la mirada patriarcal vertical por una colaborativa, horizontal en la que cada ser humano pueda desarrollar sus capacidades, su expertiz, su saber para compartirlo a los demás?
Vamos cortando con los circuitos tóxicos en el que solo ganan desmedidamente algunos, apropiémonos de nuestro cuerpo, de nuestra salud, de nuestra alimentación.

Comencemos a dirigir nuestra mirada hacia el consumo consciente, hemos podido prescindir de muchos productos que realmente no eran necesarios, estamos descubriendo que no se puede pensar en una vuelta a la “normalidad” como la concebíamos, depredando nuestros bosques, nuestros arbustos, construyendo arriba de humedales, de zonas de riesgo para la salud, de que niños se sigan enfermando por el progreso y el enriquecimiento de unos pocos, de esta falta de conexión con la tierra al creernos sus dueños y que podemos hacer lo que queramos con ella.
Volver a la calma para pensar y reflexionar por el Chile que queremos, desde lo más cercano que tenemos que es nuestro cuerpo, nuestra familia, nuestros vecinos, nuestros amigos, podemos reflexionar también en conjunto, perdamos el miedo a plantear nuestra ideas políticas, económicas, espirituales etc. Cómo queremos este nuevo país? Por qué No?