Miedo2
Envía el Dr Pablo Porcel
Recomendaciones, Prevención y cuidados generales
Sobre el coronavirus contingente...
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Estimulantes sanos:
Anis estrella, jengibre, clavo de olor, tomillo, cítricos, berrys (arandanos, cranberrys, otros), uvas, laurel, eucalipto.
Consumir caldos de verduras calientes.
Beber infusiones, batidos y limonadas.
Consumir frutas crudas.
Mantener cuerpo completamente calentito. Abrigar cuanto sea necesario. Buscar movimientos con sentido y belleza, que den calor al cuerpo, y calidez a los sentimientos.
Las distancias de menos de un metro y medio, sobretodo en espacios cerrados, mal ventilados y con traspaso directo de estornudos, saliva, moquitos, resultan problemáticas.
En cambio, los espacios abiertos, o bien ventilados, con buena higiene, son seguros, siempre que no se pase frío ni nerviosismo mal manejados.
Tomar sol y caminar, dos o tres veces cada día.
Dormir 7-8 hrs adultos
9-12 hrs niños
Con los niños y jóvenes sanos, no hay mayor gravedad.
Pero con los adultos mayores y ancianos, puede ser más grave.
A ellos hay que cuidarlos muy bien. Requieren preocupación activa y no meramente pasiva: velar por su bienestar anímico y corporal. Que no les falte nada esencial. Los verdaderos encuentros, con inegoísmo y dedicación, fortalecen espiritualmente y mejoran, por ende, el sistema inmunológico.
El abandono, la despreocupación y la apatía, menoscaban las fuerzas humanas.
Cuidar dedicadamente la higiene básica del cuerpo (aseo, alimentación, abrigo) y del alma (pensamientos, sentimientos, deseos, acciones). Respetar y honrar el cuerpo humano, como el noble soporte vivo, al servicio de nuestra existencia en la tierra, que es.
Estando fuertes (con buen estado de defensas), el escenario es muy distinto que con defensas bajas, y eso es -en definitiva- lo que hace la diferencia. En relación un mismo agente microbiológico o viral en particular, hay muy distintos estados corporales de salud. Y esa diferencia, justamente y por lo tanto, no la determina el virus, sino la organización y la fortaleza de la vida del ser humano.
Si hubiera fiebre (capacidad intensificada del cuerpo de crear calor y salud): ¡no bajarla! Más bien, abrigar y masajear enérgicamente pies y piernas. Requiere reposo completo. Cuidar el calor de todo el tronco, pies, piernas y cuello. Despejar la cabeza.
Y aumentar la hidratación aún más. Dieta muy liviana (baja en proteínas: sin carnes, ni legumbres, ni frutos secos, ni queso, ni huevo).
Hidratar bien significa: ocupar al menos tres líquidos naturales distintos, alternadamente, bien seguido, inclusive cada 20 min (como ejemplos: limonada, jugo de piña con jengibre, naranjada; infusiones de boldo, paico, anís estrella, etc; caldos de arroz, apio, cebolla, zapallo, zanahoria, sal, y otros)
Hacer lo posible por no usar productos químicos mientras no sean imprescindibles. No olvidar que el uso innecesario o superfluo de químicos, día a día causa sorpresas con nuevos efectos adversos, daños, deterioro de la naturaleza y de las capacidades humanas, incluso de las fundamentales como la empatía.
No ceder al miedo. Pensar con decisión y libertad. Buscar comparaciones y contextos. Recordar que como humanidad tenemos muchos graves problemas en curso sobre los cuales esforzarnos, profundizar, comprender y trabajar arduamente -interior y exteriormente- por amor a la humanidad.
Pregunta, para observar en la naturaleza y pensar con fuerzas propias:
"¿Cómo llega una manzana a tener y a contagiar hongos?"