martes, 5 de noviembre de 2013

Conversando desde la Amistad(351)


Conversando desde la Amistad(351)

 La elección , un texto de Miguel  Ángel San Martín
Lo ubicamos en al Cuidado (23), aunque también representa Salud Integral
EJERCER NUESTRO PODER INDIVIDUAL.
Miguel Ángel San Martín
Diario Crónica Chillán
Viernes, 1° de noviembre de 2013.
                             Versión Original
       A pocos días de un importante proceso electoral, me da la impresión de que en Chile estamos en presencia de un nuevo impulso democrático para ejercer los derechos sociales y de exigir sus cumplimientos.
       Cuentan que antes del Siglo V a. c., cuando existían los Eupátridas (Nobles), los Demiurgos (artesanos), los Geomoros (campesinos) y los esclavos, en la antigua Grecia se juntaban circunstancialmente los demiurgos y los geomoros, conformando mayorías suficientes como para derrotar a los Eupátridas,  adoptando decisiones generales de la sociedad de entonces. Y que  de allí se fue conformando el concepto representado por la palabra “Democracia”, que el mismo griego la describe como Poder del Pueblo (Demos=Pueblo y Cratos=Poder). Entonces, podremos colegir que los procesos democráticos actuales no difieren mucho de aquellos tan antiguos…
       Al margen de estas consideraciones histórico/humorísticas traídas a colación, estamos convencidos que es bueno participar en el ejercicio de un derecho que nos da poder a cada uno de los ciudadanos, para adoptar decisiones que son colectivas y que, a la vez, nos afectan individualmente.
       La era moderna nos ha posibilitado encontrar mecanismos de participación, como seres libres e iguales, que permiten legitimar las decisiones que nos llevan a una convivencia social mejor.  Por eso, resulta lógico pensar que estos mismos mecanismos han de ser voluntarios, formados e informados adecuadamente, para que cada uno de nosotros los utilicemos de acuerdo a nuestro leal saber y entender.
       Hace unos días solamente, hemos conocido una encuesta que revolucionó el ambiente general de nuestra sociedad, porque en forma científica hurgó en las voluntades mayoritarias y proyectó resultados de las próximas elecciones que viviremos en nuestro país. Unos la descalifican, otros la alaban. Unos colocan aquel sondeo en la pared de su casa para salir a la calle con un convencimiento, en tanto que otros lo dejan en el baúl de los recuerdos, esperando que el 17 de noviembre los hechos lo desmientan.
       Lo que ninguno ha dejado de decir es que mientras más votemos, mejor. Porque será más explícita la voluntad popular. Porque será más contundente el pronunciamiento ciudadano. Porque no tendremos excusas después para quejarnos de que nuestros intereses particulares o de grupos, han sido vulnerados. 
Es bueno votar. Es necesario que cada uno se considere un elemento vital en el proceso social y participe en un hecho colectivo de tal magnitud. Es fundamental para que el sistema democrático funcione –como lo hicieron los antiguos- que el ser único y personal se sume al colectivo y empuje el carro del progreso social hacia la concreción de los anhelos de un pueblo en marcha. Si no lo hacemos, le estaremos dando la oportunidad a que otros decidan  por nosotros. Y eso no aceptaría excusas ni lamentos posteriores.