De Post Modernos a Post Egóticos16
Las orientaciones frente
al curso del desarrollo
La corriente dominante
En el rudo ensordecedor
que celebra el cambio y presiona por más de ello, la opción es examinar el
curso de los acontecimientos, no para ponerse en una actitud conservadora o
regresiva, sino para discutir la forma como se puede vertebrar el proceso de
cambio realmente existente en el deseable, desde el ángulo de miras de la
humanización.
Se hace indispensable
partir con un intento de describir cómo se perfilan las diferentes posiciones
frente al sistema hegemónico.
Podemos hacer bocetos, a grandes brochazos, de
los principales tipos. Para esos efectos, cabe hacer una analogía con el nadar
y la corriente de un río, siendo para estos fines la corriente la cultura
dominante y su contenido básico el predominio del hacer sobre el ser, del tener
sobre el servicio, del individuo sobre la comunidad, de la competencia sobre la
cooperación, del pragmatismo y del materialismo sobre los valores y la
espiritualidad, del éxito sobre el sentido.
Suponemos que la
corriente integra en su caudal un desbalance en relación a la identidad, los
diferentes planos de la realidad, los tipos de problema, las clases de poder y
de atención a las necesidades.Eso, en el sentido de un mayor peso de la
autonomía y la pertenencia y la difusión sobre las identidades de participación
y de existencia y el manejo de la cohesión en la identidad.
La dictadura de la
realidad “objetiva”, técnica, externa, en pareja feliz con la expansiva realidad
virtual, por sobre el vínculo, por sobre el autoconocimiento.
Un ignorar el misterio y la problemática de la
divergencia, con un discurrir en el plano de lo aparentemente convergente, en
lo referente a los tipos generales de problema.
Un adoptar el poder como
dominación, acumulación y fuente de autoestima, en desmedro del poder de ser,
de desarrollar la conciencia y la cooperación.
Quedarse con la dinámica de la conservación y
el acrecentamiento ,sin trabajar, sin crear en la dimensión del sentido.
Así podemos hablar de
nadadores a favor de la corriente, de quienes, sin mayor participación, se
dejan llevar por la corriente, de los que dan tumbos, sin poder acomodarse a la
corriente, de los que tratan de alcanzar un remanso y apartarse de la corriente,
de los que intentan ir en sentido abiertamente contrario de la corriente, y,
finalmente, los que han encontrado corrientes alternativas y nadan o se dejan
conducir por ellas.
Por cierto que no hay
tipos puros, todos somos una gestalt con tendencias y conductas de diverso
cariz. Sin embargo, es dable observar tendencias de fondo de identificación,
adaptación, desconcierto, oposición y orientación alternativa.
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