viernes, 4 de noviembre de 2016

Formación 25

Formación  25

LAS DISCIPLINAS Y LA VIDA COTIDIANA

Nuestro desarrollo se va plasmando en la vida, entre fantasías, ideas y movimientos, comunicaciones, sueños y emociones, obras y procesos, imágenes, lecturas, representaciones en los medios, sensaciones cenestésicas y contactos con la realidad virtual.
 En ese crisol se dan nuestros acercamientos, empantanamientos y retrocesos en relación a los proyectos de vida, las metas, los medios para llegar a ellas, el autoconocimiento. La plenitud, la diversidad, la dificultad de abarcar este discurrir del tiempo y de nosotros mismos nos deja con poco lugar para establecer una especie de borrador.
Carecemos, habitualmente, de una instancia de preparación, de aprendizaje, por lo menos en la vida adulta. La vida humana, naturalmente, tiene un largo período de crecimiento biopsicológico. No es fácil aceptar el disponer ya no solo de una atención a la dirección de lo que hacemos en la "vida misma", sino tener un tiempo dedicado a la preparación para "el buen vivir". ¿Cómo es esto de ser lo suficientemente maduro para trabajar por tener madurez y, sin embargo, necesitar más madurez? Volvemos, en círculo eterno entre lo general y lo particular, a las consideraciones sobre el ser humano, ser "casi" maduro, incompleto y capaz de pensar, aspirar a la plenitud, desarrollarse.

Hemos incorporado la atención a la higiene general y las disciplinas en relación ala alimentación y al estado físico. La apertura del "para sí " hace miles de años que reclama el cuidado a lo que es más propio del ser humano, a ese darse cuenta, a ese poder proyectarse. La antigua noción de disciplina se asociaba a violencia, a latigazos, a la anulación de los sujetos.
 La disciplina emblemática del desarrollo personal es la de la orquesta, su unidad en la diversidad de los instrumentos y las interpretaciones. Los músicos preparan sus presentaciones. Nunca dejan de ensayar. Nunca olvidaré mi primer viaje en barco, de Buenos Aires a El Havre. Nuestro grupo, aprontándose a participar en el Festival Juvenil de Bucarest por la paz y la amistad, mirando el mar, conversando horas y horas, conociéndose, preparando canciones y documentos Entre nosotros, un ausente, Fernando García, entonces estudiante de música, aislándose para tocar el piano, para practicar su disciplina, su vocación de siempre. La disciplina de Fernando y de Claudio Arrau, la del artista, la del médico revisando sus revistas de actualidad, la del político serio documentándose constantemente.

Nuestro tiempo nos interpela en un llamado a estar en constante revisión y preparación para enfrentar la vida como práctica de la educación, práctica de la salud, práctica de la política y práctica del arte.

Necesitamos aunar nuestro desempeño en la vida cotidiana, nuestro desarrollar allí el proyecto de vida, con estar en un permanente aprendizaje, en un permanecer al día con uno mismo, en consagrarnos a la jardinería de podamos y fertilizamos. Asumir disciplinas para encauzar nuestro desarrollo como personas, Articularlas, perfeccionarlas, darles consistencia, con su aplicación en el día a día.




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