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Curso
de formación de GUÍAS POÉTICOS 19
2015-16
Las Coincidencias, Isla
Negra
30- 11- 15
Desarrollo Personal y Ecología del yo
Las tendencias del yo personal (4)
El Poder (3)
El
síndrome y modo de ser autoritario
Síndrome
o tipo autoritario.
Del libro Autoritarismo o Creatividad Social
(Ediciones
Minga. 1982)
De los trabajos de Fromm, Horkheimer,
Adorno y otros autores, puede deducirse que algunos de los rasgos de tipo
autoritario son:
1.- La aceptación de la autoridad por si misma, lo que da su sello al
síndrome.
2.- Muy vinculado a ello, el pensar en términos
jerárquicos, especificando la situación de las personas en torno a su mayor o
menor mando o importancia.
3.- Sumisión ante el poder establecido, con
agresividad hacia quienes enfrentan la autoridad.
4.- Asume el valor del éxito, del triunfo
objetivable, de los hombres fuertes.
5.- Rechaza todo lo débil, las minorías y los
derrotados.
6.- Tiende a aceptar los valores convencionales,
lo establecido.
7.-
Esta misma falta de crítica se aplica a si mismo: carecen de capacidad de auto
examen y tienden a proyectar como mecanismo defensivo.
8.- Aprecia especialmente al individuo medio, al
normal con grandes prejuicios sobre variantes de vida sexual.
9.- Acepta categorías tradicionales con ideas
estereotipadas sobre como son los negros, los masones, los comunistas ,los judíos, los árabes, los
jóvenes, los jesuitas, los indios u otros que suelen ser vistos con rigidez y prejuicios.
10.- Su pensamiento es dilemático, es todo o
nada, contraposiciones totales. En ellos
suele sobresalir la ponderación absolutamente positiva del grupo propio en
contraste con los defectos de los otros.
11.- Rechaza lo subjetivo, lo imaginativo, en pro
de los hechos, de lo pragmático.
12.- Se interesa más por las cosas y por los
medios que por los propósitos y las personas.
13.- En asociación con ello, instrumentaliza,
manipula, desconfía de los seres o niegarlos conflictos, enmascarados sus
sentimientos con pseudo aprobación.
14- Nos interesa destacar el término intolerancia
a la ambigüedad introducida por Else Frankel-Brunswich y el concepto
complementario de rigidez de Rokeach. La
intolerancia a la ambigüedad envuelve el temor a lo indeterminado, esta en la
base de los problemas con la creatividad del tipo autoritario, puesto que todo
proceso creativo implica asumir un proceso inicial de incertidumbre, de
confusión, de vaguedad. La rigidez, por
otra parte, lleva a la impotencia para cambiar la conducta cuando la circunstancia
lo exige. Es evidente el papel de la rigidez en el dogmatismo, tan frecuente
en el mundo autoritario. El temor a perder limites, a lo ambiguo, es antecedente
del sectarismo, de la incapacidad de
apertura, de vitalidad en el dialogo entre agrupaciones afines.
Es muy importante diferenciar entre
sentir simpatía por las concepciones antiautoritarias e incluso identificarse
plenamente con ellas y el tener verdaderas practicas antiautoritarias . En el nombre del antiautoritarismo se puede
ser brutalmente coercitivo, rígido, dominante o sumiso. Define el antiautoritarismo real, la
internalización y el ejercicio consistente de una vida cotidiana y una praxis
transformadora de la realidad social que sea a la vez libre, creativa y
solidaria. Rigidez convencional,
prejuicios, intolerancia a la ambigüedad, preocupación por el eje
dominio-sumisión, son todos antípodas de una praxis creativa, con
reconocimiento de los conflictos ,con empleo de la dialéctica.
El desarrollo de una contracultura
requiere aprehender el problema del autoritarismo cuyo eje es la consonancia
entre los requerimientos del sistema, la internalización racional de la
autoridad y la necesidad de seguridad a nivel personal. Frente a la seguridad masoquista y sádica de
la sumisión o de la agresión, está el cauce profundo de la autonomía, la
colaboración y la creatividad.
En este sentido, el concepto de
antiautoritarismo, de cuestionamiento al temor y al poder irracional de la
autoridad, se confunde con el de la creatividad social: tendencia a la
transformación del miedo , de cada uno y de la pareja, el grupo, las
organizaciones sociales. El autoritario
está mutilado en su capacidad afectiva e imaginativa. Por ello, reproduce el poder
establecido. La orientación no
autoritaria es innovadora, flexible, critica, abierta.
El paso a prácticas no autoritarias
en los grupos, familias, educación, espacios laborales o recreativos, exige
atender las necesidades de seguridad de cada individuo, evitando su
compensación a través de la adhesión
ciega a lo jerárquico o establecido.
La creatividad personal inserta en proyectos colectivos es la clave para
apoyar la necesidad de seguridad y trascenderla. Ello se inserta en modelos de acción social
radicalmente personalizados y participativos.
Se puede confundir el cuestionamiento
del autoritarismo y su superación a través de la práctica creativa y social con
la desorganización del caos. En verdad,
el autoritarismo es desorganizador aplastador, alienador de las capacidades
humanas. Explota la necesidad de
seguridad con una plusvalía de poder en beneficio de minorías y en desmedro del
potencial en crecimiento de la sociedad.
La creatividad social asume el desafío de conjugar las exigencias de
seguridad y de organización en el desarrollo del hombre total, consciente de
sus límites y necesidades, sujeto de su biografía y de su historia. Para ello, no basta con cambiar grupos de
poder ni llevar a cabo sólo transformaciones de índole económica. Se requiere un cambio profundo en todas las
esferas de la práctica social y cultural.
Esa transformación rompe con los distingos entre públicos y privados,
entre la persona y el grupo, entre lo micro social y macro social.
Y empieza ahora…
Preguntas
¿Qué
rasgos autoritarios existen en la
cultura chilena actual?
¿En
nuestras familias de origen?
¿En
nosotras (o) mismas(o)
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