Lo Cotidiano y lo Universal 29
En el verano
de 1810, en la villa de Byron en Suiza, ese poeta propuso a sus visitas
Percy y Mary Shelley y a
su médico, también escritor , John
Polidori, que inventaran un cuento gótico
Mary , la joven esposa del poeta, narró las bases de lo que después publicaría como
Frankestein, o el moderno Prometeo
Frankestein era
un investigador que repetiría la triste suerte de
Prometeo que robó el fuego a los dioses .
Creó un monstruo.
Es un buen tema
para trabajar la ecología del
poder. Lo que ocurre cuando pasamos la frontera del poder sano, el poder a la escala humana, de `promoción
humana en armonía con el todo.
Va una intervención, un para mito , un
ejercicio para contribuir a asumir el tema, muy de actualidad con el desarrollo de los
robots y la expansión de la realidad virtual.
El equilibrio
está en que el poder sea saludable para la persona, para los otros,
para el medio ambiente, para las nuevas generaciones futuras , teniendo en vista los riesgos de la frivolidad y la exaltación.
FRANKESTEIN
Pensaba
embrollado, oprimido corno si hubiera bebido un crepúsculo malsano. Había gran
consternación por el descubrimiento del monstruo: el auto artificial. El quería
entender. ¿No eran artificiales todos los autos?
El "cosmos" era auto de probetas, de combinaciones increíbles
de cifras sin una sola laguna de magia, de anfractuosidades viscosas al
microscopio, de chispas de genio. Autoartificial.
Sin embargo ¿qué pensar de los autos comunes? ¿Hasta dónde son ellos
mismos? ¿Qué permanece de propio, con la influencia de los padres, los talleres, las vías, las luces, los
anuncios, los reglamentos?
Movía sus dínamos, titubeaban sus luces, se confundían sus frenos,
cavilando, sin entender. ¿Por qué tanta preocupación por el auto artificial?
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