E l Arte de Vivir 92-93
Desde un presunto arte de vivir, hay
mitos que son símbolos permanentes de advertencia sobre las
calles sin salida de los proyectos humanos, Como el de Midas y el de Tántalo, la trivialidad y la exaltación, en
este caso. Interesa ver, también,
mitos símbolos de caminos positivos para enfrentar la
antropolítica, la educación , el
paradigma para otro desarrollo Entre ellos , como posible contra partida para
Midas y Tántalo, veremos los mitos de Momo y de Adapa. El
de la advertencia sobre un limite concerniente al misterio del ser humano y al misterio del todo,
respectivamente.
Momo, Dios del sarcasmo, del
humor, de la alegría y de la agudeza en la percepción.
El nombre Momo entra al
imaginario compartido a través
de dos personajes: la
niña Momo de Michael Ende y Momo,
varón ,el soberano de los
carnavales del Brasil.
La niña Momo no hizo nada menos que devolver a los seres humanos el tiempo que les había sido robado
Momo del Brasil
es Dios de la alegría y la expresión Más claro. Más dentro de
lo natural. Dios de un desorden
integrado en el orden, como son las fiestas en las más diversas culturas Más aceptado que el Momo de la mitología clásica que fuera expulsado del Olimpo por desafiar el orden establecido
Muchas lectoras y lectores me escribirán al mail, recordando la
existencia del querido café La Momo, de la Calle Pocuro, en Santiago de Chile.
Ante el dios de la mitología clásica surgen varias preguntas
¿Es un arquetipo del corazón
de la euforia expresiva, multitudinaria, de los carnavales del Brasil y otros
países?
¿ Es el representante del
sentido del humor asociado a la alegría básica,
vital?
¿Es el símbolo del sarcasmo,
del humor hiriente,
descalificador?
¿Es el arquetipo del juicio
expedito, penetrante, capaz de sorprender?
¿ Son cuatro Momos?
Sí, pero es posible
integrarlos en un solo arquetipo de
cuatro sub personalidades.
¿Cuáles?
Empecemos por el final, lo
vigente en nuestra época. Se trata de un modo de ser muy propio de culturas de
predominio extravertido, alegre, de mucha
libre expresión corporal asociada al baile, a la música, al ritmo,
propia de carros vibrantes de música
ensordecedora, de Brasil y de otros países carnavaleros. Allí, Momo es arquetipo , dios, de la euforia de
música y cantos ensordecedores, de bailes alcanzando los deslindes de la
personalidad , de la presencia invisible de Afrodita desinhibida, sin necesidad
de usar su cinturón maravilloso. De Eros, de muchos Eros, libres al fin de sus
flechas , con el cuerpo empapado
de sudor , las pupilas brillantes y el ritmo en el alma .
Más atrás, al fondo del
tiempo, sólo visible en papeles desvaídos , el cortejo del dios Como, el dios
de la alegría, joven, hermoso, triunfal. El dios Jano lo saluda con sus dos cabezas y las vestales ríen a
escondidas. En ese grupo, una persona mayor, notorio por ser muy verbal, muy chispeante, poco ágil, más cerca de la gracia que del éxtasis orgiástico. Es el segundo Momo,
la segunda sub personalidad, Momo
parte del cortejo, de la gestalt de la alegría.
Entre el rey del carnaval y el leal trabajador de la alegría, otros dos Momos, el del sarcasmo, incisivo, insolente,
crítico despiadado, impenitente; el sagaz, el penetrante, el que se anticipa a
su tiempo y, tal vez, a todos los tiempos.
El tercer Momo, fastidioso inveterado, fue expulsado del Olimpo de Apolo y las
musas de armonía de música y de
poesía , el mismo de las normas y el personalismo de Zeus.
Es el Momo que discute con
Zeus. Es el Momo que se burla de parloteo banal de Afrodita.
Hay un cuarto Momo, el Momo sabio. De él hablaremos en la
nota de mañana.
El Arte de Vivir 93
Hay un cuarto Momo, cuyo arquetipo se funda en una sóla
instancia inmune a la corrosión del tiempo. Es el Momo sabio, de una sabiduría
intuitiva cuyo criterio es
apreciado hasta por la propia Atenea.
Tres dioses , Poseidón,
Atenea y Hefesto, llevan sus
respectivos trabajos al juicio crítico de Momo.
Poseidón, dios del mar, trae
un toro, un toro marino. Momo piensa en el modo de ser emocional del Dios, sus conflictos, sus combates.
Rápido, pone reparos a la posición de los cuernos del toro, están muy separados.
No son un arma adecuada para
una cabeza que agrede o se
defiende .
Atenea presenta
su casa, seguramente muy apta para
la reflexión sobre lo posible y lo
más allá de lo posible en la paz y
en la guerra. La respuesta no se hace esperar. Ella debe estar presente en
muchos lugares, en todos los lugares , no sólo en la Atenas que le es
consagrada, no sólo en el Olimpo de su padre Zeus. A su casa le faltan ruedas.
¿ No es más adecuado para una
diosa sabia tener una casa –estudio móvil?
Luego, es el turno de Hefesto,
el escultor. Trae una aparente
obra maestra, el ser humano . Momo mira al autor a los ojos y le dice: le falta una ventana al
corazón.
Se nos advierte: nos falta una
ventana al corazón.. No es un duro sarcasmo. No es una frase graciosa.
No es un gesto eufórico. Es una
verdad. Es un aporte amistoso. Es el regalo de la sub personalidad de un
maestro.
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