jueves, 27 de marzo de 2014

D. Personal, c. Cultural y n. Paradigma (85)


Desarrollo Personal, Cambio Cultural y Nuevo Paradigma (85)

La metodología de  auto desarrollo  con la orientación de la salud integral (24)

 La disciplina vincular 2
 El  diálogo libre y el  juego a la verdad

LA DISCIPLINA VINCULAR       sus seis  momentos



1.- SESIÓN:       Diálogo Libre.
2.-  SESIÓN:       Juego a la Verdad
3.- SESIÓN:       Diálogo Libre
4.-  SESIÓN:       Cambio de Roles
5.-  SESIÓN:       Diálogo Libre
6.-  SESIÓN:       Sistematización y Evaluación


    En la nota anterior , hablamos del sentido general  de la diciplina vincular.
  Aquí nos referimos  a  los ejercicios propuestis, para cicos de seos semanas.
Como toda esta    metidiología,  se trata de
 facilitar el trabajo de los partícipes con  una metodologóa semiestructurada , en que   se espera  la intervención  de la investigación y la creatividad  de quienes practican para que lleguen a  lo que estiman  apropiado para ellos

 1) El Dialogo Libre

El diálogo libre es una instancia en que se juega a fondo el reconocimiento de la igualdad básica, existencial,  el otro es otro humano,  junto al reconocimiento de su originalidad, su diferencia.  La igualdad y el reconocimiento de la diferencia se ponen a prueba en la apertura: “el otro puede cambiarme”,  “juntos podemos llegar a algo nuevo”...,  “no me convence, pero es lo de ella, lo de él, vale por ser una convicción, una característica humana...”.
La libertad tiene la impronta dialógica que lleva a modular, equilibrándonos, por el apoyo y por el colaborar al cambio en el futuro...
Diálogo es también, transparencia y complejidad balanceándose con la prudencia, con la conciencia de los límites.
Las reuniones se configuran a partir de la plena participación de las dos personas.  A veces, el hilo conductor tiene  que ver con los trabajos disciplinarios individuales. En ocasiones, es el proyecto de vida.Puede ser la propia dinámica de la interacción vincular, o lo que se está viviendo en grupos o en la intersección comunitaria.
La demostración tiene siempre ejercicios de pareja y, en rigor, ejemplos de diálogo libre. El tema puede ser realmente libre, pero es más aconsejable sugerir un contenido atingente a la propuesta, como:  “fortalezas y debilidades para trabajar en grupos o para comunicarse”,  “historia de las personas que han sido significativas para cada uno”,  “cómo le gustaría ser, qué le falta para eso, qué podría hacer para alcanzar esas metas...”

 El Juego a la Verdad
La segunda sesión de cada ciclo está destinada al “juego a la verdad”.  Se puede definir como un diálogo semiestructurado, intencionado.  Apoyándonos en lo que es una práctica espontánea en los grupos juveniles, se plantea una modalidad de ejercicio de comunicación pauteado,  con cinco fases,  preguntas recíprocas,
 contestaciones  y repeticiones de lo que se ha contestado por parte de quien formula las preguntas,
una evaluación de esa  rememoración por parte de quien ha respondido
y una evaluación general.

Más precisamente el esquema es:
1)A hace a B un cierto número de preguntas  (acordadas previamente).
B va contestando cada una de ellas.
C)       A  da a conocer a  B  su recuerdo acerca de qué respondió  B y cómo         lo hizo (mímica, estado afectivo).
d) B  hace las observaciones correspondientes, sobre la percepción de  A.

·2    El turno de  B   con las misma etapas
3)       Se hace la evaluación del ciclo. Según el tiempo y la dinámica se puede        hacer una nueva secuencia de preguntas y respuestas.

Entre los elementos de “reglas de juego” están:
Las preguntas deben ser hechas  “para”  el interrogado, con el fin de abrirle perspectivas, contribuir a su esclarecimiento.
No se abre discusión sobre las respuestas. El ejercicio tiende a aguzar la capacidad, tanto de preguntar como de escuchar. Incluso en la evaluación final, no se discute sobre contenido, se revisa la interacción, la riqueza del ejercicio sin entrar al fondo de las “verdades”  de cada cual. 
No hay aceptación del apremio en el preguntar. Se puede dejar  sin contestar algo que se sienta agresivo o que provoque tensión o, simplemente, se ignore.  La fórmula coloquial es  “paso...”.
También es posible interrumpir una respuesta que se extiende mucho, parece evadirse o entender mal la pregunta. La fórmula en este caso es  “gracias...”.

Se busca abrir la creatividad en el preguntar, en el responder, en la percepción de cómo se sentía el otro al responder...hay garantías de seguridad y de respeto en el sentido de no violentar al interrogado, en  “la última palabra”,  como derecho de quien contesta a impugnar lo que escuchó el interrogador.
El ejercicio está bien “ladeado” hacia la focalización, el detalle, la observación.
A lo largo del tiempo se espera que esta disciplina vaya traduciéndose en aportes integradores, en que se vea el conjunto del juego a la verdad, los planos de la estructura y de la libertad, de la certeza y de la relatividad del conocimiento.
Resumiendo y ordenando, se puede plantear que los objetivos de este ejercicio, son:
Poner en tensión la contradicción entre la necesidad de certeza, de  “verdad objetiva”  y la realidad de que siempre existe la relatividad, la verdad mediada por la subjetividad.
Dar realce a la pregunta, al formular interrogantes, como gran ariete de desarrollo personal.
Rescatar la importancia y las dificultades del escuchar y del comprender el estado afectivo del otro.
Asumir la ambigüedad, la vivencia de algo no resuelto, indefinido, propio del evaluar el ejercicio desde su dinámica, haciendo abstracción del contenido mismo, de las  “verdades”  producidas por cada uno.
En la demostración a veces no hay condiciones  (tiempo)  para realizar el ejercicio y sólo se discute. En la medida que se puede realizar, la consigna es, inicialmente,  “vamos a ver el segundo ejercicio del ciclo de trabajo vincular...  el juego a la verdad... ¿quién ha jugado alguna vez, a la verdad?...  hagan memoria...  a ver tú, ¿cómo lo jugabas?...  ya, ¿y tú?...  bien,  hay muchas modalidades, muchas reglas de juego...  recuerden que ustedes,   quienes practican la metodología, deben apropiarse de ella, pueden hacer los cambios que su investigación vaya indicando...  ahora, practiquemos, vamos a dividirnos en parejas, escogiendo alguien “nuevo”,  poco conocido...  vamos a tomar el tema de...  cada uno hará tres preguntas y luego...”  (se plantean las reglas metodológicas, se propone un cierto tiempo).


El tercer ejercicio es el del “cambio de roles” dentro de la pareja. La directriz es el ponerse activamente en el lugar del otro, un esfuerzo por identificarse, en general, y  en torno a temas y situaciones concretas. Como en el juego a la verdad, hay un componente lúdico acompañando una práctica importante de desarrollo personal. Si en el juego a la verdad existe el riesgo de desvirtuar, a través,  de incidir en lo sado-masoquista, en el hacer sufrir o no cuidarse a sí mismo, en la modulación de preguntas y respuestas, en el cambio de roles, cabe la dilución en lo estético, en el perfeccionismo por aprehender al otro a través del gesto, el lenguaje o el discurso. Aquí lo básico es la  “imaginación de sentido”,  las elecciones, el captar y reproducir el modo de ubicarse del otro frente a los diferentes temas.
Como en el diálogo libre, se llega a un acuerdo sobre el o los temas a tratar, esta vez “como si fuera el otro”.  Aquí se difiere del juego a la verdad en que, por cierto, cada uno pregunta lo que cree más pertinente para el otro, bajo un común propósito de comunicación profunda. En lo que atañe al marco referencial, la racionalidad integradora, aquí, de nuevo, sobresale el papel de la  “cruz básica”,  los ejes individualización /universalización,  desapego/ compromiso, sin perjuicio de que esté toda la gestalt.




UNIVERSALIZACIÓN
Hay un complejo desapego /compromiso  en el salir de ser e intentar “apegarme” al otro. Uno individualiza en el otro, en el intentar “ser el otro”, la tensión y la búsqueda de la posibilidad de romper las barreras y ponerse en el caso de cualquier otro.
Como en el caso del juego a la verdad, no siempre es posible hacer la demostración del cambio de roles en el corto tiempo disponible, debiendo la enseñanza ser teórica, accediendo a analogías y estimulando la práctica autónoma.

La explicación del ejercicio es del tenor siguiente:

“...  estamos en el método vincular, hemos visto las dimensiones de la profundización, la propuesta de ciclos de 6 sesiones, el diálogo libre, el juego a la verdad...  vemos la tercera instancia, el cambio de roles...  ¿tiene experiencia?, seguramente sí, en juegos en la familia, en grupos...  en tratar de imitar...  a lo mejor más de alguna o alguno ha practicado la técnica de la representación de roles, el representar a otro con quien uno tiene que ver en el trabajo, en la casa, sin que necesariamente uno se ponga en su caso...  un jefe  “hace”  de secretaria...  un padre de hijo...  un alumno de profesor.  En general, se buscan situaciones en las que se dan opacidades  (el no verse)  y en que son naturales, frecuentes, los conflictos.
...  se trata de parecerse en la forma como la otra persona se define,  “elige”, su posición ante diferentes temas...  no es necesario que esa persona exprese claramente, habitualmente, esa posición. Aquí está el ejercicio, no en hacer buen teatro, no en la imitación de gestos o palabras, es entrar al sentido que tiene lo que se está hablando para la persona que ustedes representan...  claro, hay mucho que uno no sabe...  se trata,  precisamente, de aventurarse de hacer conjeturas, de acercarse a  “la verdad de ustedes sobre lo que es la verdad de los otros”, la verdad improvisada, lo que se les ocurre en el momento. No es un compromiso con sanar a alguien, o algo así, es intentar aplicar la observación, dejar correr la intuición...”.

Se da el tiempo apropiado, de acuerdo con el programa y lo que está indicando la dinámica del grupo.

Los objetivos del ejercicio de cambio de roles son:
El desarrollo de la confianza básica, asociado al exponerse a mostrar la representación que se tiene del otro, al aceptar esa verdad  “del otro”.
El experimentar la tolerancia a la incertidumbre:  “yo no sé si estas fantasías tiene algo de real”,  “yo no sé qué aceptación tendrán por mi compañera o compañero”.
El practicar, específicamente, y constatar las dificultades del investigar, tanto del conocimiento del otro, como de la imagen que el otro tiene de uno.
El poder articular el sentido de investigación en el logro de la interpretación del otro o de la observación del cómo el otro lo ve a uno, con un distanciamiento del  “narcisismo del actor”,  el separarse de toda vanidad por el bien o mal representar o ser representado.

La última sesión del ciclo, de la aproximación vincular, está destinada a la sistematización y evaluación:
1.- SESIÓN:       Diálogo Libre.
2.-  SESIÓN:       Juego a la Verdad
3.- SESIÓN:       Diálogo Libre
4.-  SESIÓN:       Cambio de Roles
5.-  SESIÓN:       Diálogo Libre
6.-  SESIÓN:       Sistematización y Evaluación

La pareja ha acumulado una experiencia de 5 sesiones, si es el primer ciclo,  y de más tiempo, si el empleo de la disciplina es anterior. La propuesta es de sistematizar y evaluar, en forma acumulativa.
Los objetivos son obvios:
Saber que se ha hecho, aproximadamente, en cada sesión, qué grado de regularidad, de concentración, en cada cosa.
Preguntarse por el hilo central, la profundidad en igualdad / diferenciación,  apoyo / cuestionamiento, transparencia/cuidado,  complejidad/armonía.  ¿Qué indicadores existen?.
Evaluar la relación de lo global con el desarrollo de cada uno.  ¿Qué sentido tiene?.
Evaluar los aportes a la contingencia de parte de todos los participantes
Evaluar el significado para los proyectos e inserciones  de cada uno.
Revisar, específicamente, el diálogo libre.  ¿Qué características ha tenido, qué aportes y qué deficiencias?
Analizar, en el mismo sentido, el juego a la verdad.
Hacer lo propio en el cambio de roles.
Plantear los caminos a seguir. Se acuerda mantener la metodología, hacer modificaciones,  ¿cuáles?,  ¿por qué?.

En un período inicial, se fijan ciclos de 6 reuniones, 6 semanas, en el diseño habitual

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