Desarrollo Personal, Cambio Cultural
y Nuevo Paradigma (85)
La metodología de auto desarrollo con la orientación de la salud integral
(24)
La disciplina vincular 2
El diálogo libre y el juego a la verdad
LA
DISCIPLINA VINCULAR
sus seis momentos
1.- SESIÓN: Diálogo
Libre.
2.-
SESIÓN: Juego
a la Verdad
3.- SESIÓN: Diálogo
Libre
4.-
SESIÓN: Cambio
de Roles
5.-
SESIÓN: Diálogo
Libre
6.-
SESIÓN: Sistematización
y Evaluación
En la nota anterior , hablamos del sentido general de la diciplina vincular.
Aquí
nos referimos a los ejercicios propuestis, para cicos
de seos semanas.
Como toda esta metidiología, se trata de
facilitar el trabajo de los partícipes con una metodologóa semiestructurada , en que se espera la intervención de la investigación y la
creatividad de quienes practican
para que lleguen a lo que
estiman apropiado para ellos
1) El
Dialogo Libre
El diálogo libre es una instancia en que se juega
a fondo el reconocimiento de la igualdad básica, existencial, el otro es otro humano, junto al reconocimiento de su
originalidad, su diferencia. La
igualdad y el reconocimiento de la diferencia se ponen a prueba en la apertura:
“el otro puede cambiarme”, “juntos
podemos llegar a algo nuevo”...,
“no me convence, pero es lo de ella, lo de él, vale por ser una
convicción, una característica humana...”.
La libertad tiene la impronta dialógica que lleva
a modular, equilibrándonos, por el apoyo y por el colaborar al cambio en el
futuro...
Diálogo es también, transparencia y complejidad
balanceándose con la prudencia, con la conciencia de los límites.
Las reuniones se configuran a partir de la plena
participación de las dos personas.
A veces, el hilo conductor tiene
que ver con los trabajos disciplinarios individuales. En ocasiones, es el proyecto de vida.Puede ser la
propia dinámica de la interacción vincular, o lo que se está viviendo en grupos
o en la intersección comunitaria.
La demostración tiene siempre ejercicios de pareja
y, en rigor, ejemplos de diálogo libre. El tema puede ser realmente libre, pero
es más aconsejable sugerir un contenido atingente a la propuesta, como: “fortalezas y debilidades para trabajar
en grupos o para comunicarse”,
“historia de las personas que han sido significativas para cada
uno”, “cómo le gustaría ser, qué
le falta para eso, qué podría hacer para alcanzar esas metas...”
El
Juego a la Verdad
La segunda sesión de cada ciclo está destinada al
“juego a la verdad”. Se puede
definir como un diálogo semiestructurado, intencionado. Apoyándonos en lo que es una práctica
espontánea en los grupos juveniles, se plantea una modalidad de ejercicio de
comunicación pauteado, con cinco
fases, preguntas recíprocas,
contestaciones y
repeticiones de lo que se ha contestado por parte de quien formula las
preguntas,
una evaluación de esa rememoración por parte de quien ha respondido
y una evaluación general.
Más precisamente el esquema es:
1)A
hace a B un cierto número de preguntas
(acordadas previamente).
B va contestando cada una de ellas.
C) A da a conocer a B
su recuerdo acerca de qué respondió B y cómo lo hizo (mímica,
estado afectivo).
d) B hace las observaciones correspondientes, sobre la percepción de A.
·2 El turno de B con las misma etapas
3) Se hace la
evaluación del ciclo. Según el tiempo y la dinámica se puede
hacer una nueva secuencia de preguntas y respuestas.
Entre
los elementos de “reglas de juego” están:
Las
preguntas deben ser hechas
“para” el interrogado, con
el fin de abrirle perspectivas, contribuir a su esclarecimiento.
No
se abre discusión sobre las respuestas. El ejercicio tiende a aguzar la
capacidad, tanto de preguntar como de escuchar. Incluso en la evaluación final,
no se discute sobre contenido, se revisa la interacción, la riqueza del
ejercicio sin entrar al fondo de las “verdades” de cada cual.
No
hay aceptación del apremio en el preguntar. Se puede dejar sin contestar algo que se sienta
agresivo o que provoque tensión o, simplemente, se ignore. La fórmula coloquial es “paso...”.
También
es posible interrumpir una respuesta que se
extiende mucho, parece evadirse o entender mal la pregunta. La fórmula en este
caso es “gracias...”.
Se
busca abrir la creatividad en el preguntar, en el responder, en la percepción
de cómo se sentía el otro al responder...hay garantías de seguridad y de
respeto en el sentido de no violentar al interrogado, en “la última palabra”, como derecho de quien contesta a
impugnar lo que escuchó el interrogador.
El
ejercicio está bien “ladeado” hacia la focalización, el detalle, la
observación.
A
lo largo del tiempo se espera que esta disciplina vaya traduciéndose en aportes
integradores, en que se vea el conjunto del juego a la verdad, los planos de la
estructura y de la libertad, de la certeza y de la relatividad del
conocimiento.
Resumiendo
y ordenando, se puede plantear que los objetivos de este ejercicio, son:
Poner
en tensión la contradicción entre la necesidad de certeza, de “verdad objetiva” y la realidad de que siempre existe la
relatividad, la verdad mediada por la subjetividad.
Dar
realce a la pregunta, al formular interrogantes, como gran ariete de desarrollo
personal.
Rescatar
la importancia y las dificultades del escuchar y del comprender el estado
afectivo del otro.
Asumir
la ambigüedad, la vivencia de algo no resuelto, indefinido, propio del evaluar
el ejercicio desde su dinámica, haciendo abstracción del contenido mismo, de
las “verdades” producidas por cada uno.
En
la demostración a veces no hay condiciones (tiempo) para
realizar el ejercicio y sólo se discute. En la medida que se puede realizar, la
consigna es, inicialmente, “vamos
a ver el segundo ejercicio del ciclo de trabajo vincular... el juego a la verdad... ¿quién ha
jugado alguna vez, a la verdad?...
hagan memoria... a ver tú,
¿cómo lo jugabas?... ya, ¿y
tú?... bien, hay muchas modalidades, muchas reglas
de juego... recuerden que
ustedes, quienes practican la metodología,
deben apropiarse de ella, pueden hacer los cambios que su investigación vaya
indicando... ahora, practiquemos,
vamos a dividirnos en parejas, escogiendo alguien “nuevo”, poco conocido... vamos a tomar el tema de... cada uno hará tres preguntas y
luego...” (se plantean las reglas
metodológicas, se propone un cierto tiempo).
El
tercer ejercicio es el del “cambio de roles” dentro de la pareja. La directriz
es el ponerse activamente en el lugar del otro, un esfuerzo por identificarse,
en general, y en torno a temas y situaciones
concretas. Como en el juego a la verdad, hay un componente lúdico acompañando
una práctica importante de desarrollo personal. Si en el juego a la verdad
existe el riesgo de desvirtuar, a través, de
incidir en lo sado-masoquista, en el hacer sufrir o no cuidarse a sí mismo, en
la modulación de preguntas y respuestas, en el cambio de roles, cabe la dilución en lo estético, en el
perfeccionismo por aprehender al otro a través del gesto, el lenguaje o el
discurso. Aquí lo básico es la
“imaginación de sentido”,
las elecciones, el captar y reproducir el modo de ubicarse del otro
frente a los diferentes temas.
Como
en el diálogo libre, se llega a un acuerdo sobre el o los temas a tratar, esta
vez “como si fuera el otro”. Aquí
se difiere del juego a la verdad en que, por cierto, cada uno pregunta lo que
cree más pertinente para el otro, bajo un común propósito de comunicación
profunda. En lo que atañe al marco referencial, la racionalidad integradora,
aquí, de nuevo, sobresale el papel de la
“cruz básica”, los ejes
individualización /universalización,
desapego/ compromiso, sin perjuicio de que esté toda la gestalt.
UNIVERSALIZACIÓN
Hay
un complejo desapego /compromiso
en el salir de ser e intentar “apegarme” al otro. Uno individualiza en
el otro, en el intentar “ser el otro”, la tensión y la búsqueda de la
posibilidad de romper las barreras y ponerse en el caso de cualquier otro.
Como en el caso del juego a la verdad, no siempre
es posible hacer la demostración del cambio de roles en el corto tiempo
disponible, debiendo la enseñanza ser teórica, accediendo a analogías y
estimulando la práctica autónoma.
La explicación del ejercicio es del tenor
siguiente:
“...
estamos en el método vincular, hemos visto las dimensiones de la
profundización, la propuesta de ciclos de 6 sesiones, el diálogo libre, el
juego a la verdad... vemos la
tercera instancia, el cambio de roles...
¿tiene experiencia?, seguramente sí, en juegos en la familia, en
grupos... en tratar de
imitar... a lo mejor más de alguna
o alguno ha practicado la técnica de la representación de roles, el representar
a otro con quien uno tiene que ver en el trabajo, en la casa, sin que
necesariamente uno se ponga en su caso...
un jefe “hace” de secretaria... un padre de hijo... un alumno de profesor. En general, se buscan situaciones en
las que se dan opacidades (el no
verse) y en que son naturales,
frecuentes, los conflictos.
...
se trata de parecerse en la forma como la otra persona se define, “elige”, su posición ante diferentes
temas... no es necesario que esa
persona exprese claramente, habitualmente, esa posición. Aquí está el
ejercicio, no en hacer buen teatro, no en la imitación de gestos o palabras, es
entrar al sentido que tiene lo que se está hablando para la persona que ustedes
representan... claro, hay mucho
que uno no sabe... se trata, precisamente, de aventurarse de hacer
conjeturas, de acercarse a “la
verdad de ustedes sobre lo que es la verdad de los otros”, la verdad
improvisada, lo que se les ocurre en el momento. No es un compromiso con sanar
a alguien, o algo así, es intentar aplicar la observación, dejar correr la
intuición...”.
Se da el tiempo apropiado, de acuerdo con el
programa y lo que está indicando la dinámica del grupo.
Los objetivos del ejercicio de cambio de roles
son:
El desarrollo de la confianza básica, asociado al
exponerse a mostrar la representación que se tiene del otro, al aceptar esa
verdad “del otro”.
El experimentar la tolerancia a la incertidumbre: “yo no sé si estas fantasías tiene algo
de real”, “yo no sé qué aceptación
tendrán por mi compañera o compañero”.
El practicar, específicamente, y constatar las
dificultades del investigar, tanto del conocimiento del otro, como de la imagen
que el otro tiene de uno.
El poder articular el sentido de investigación en
el logro de la interpretación del otro o de la observación del cómo el otro lo
ve a uno, con un distanciamiento del
“narcisismo del actor”, el
separarse de toda vanidad por el bien o mal representar o ser representado.
La última sesión del ciclo, de la aproximación
vincular, está destinada a la sistematización y evaluación:
1.- SESIÓN: Diálogo
Libre.
2.-
SESIÓN: Juego
a la Verdad
3.- SESIÓN: Diálogo
Libre
4.-
SESIÓN: Cambio
de Roles
5.-
SESIÓN: Diálogo
Libre
6.-
SESIÓN: Sistematización
y Evaluación
La pareja ha acumulado una experiencia de 5
sesiones, si es el primer ciclo, y
de más tiempo, si el empleo de la disciplina es anterior. La propuesta es de
sistematizar y evaluar, en forma acumulativa.
Los objetivos son obvios:
Saber que se ha hecho, aproximadamente, en cada
sesión, qué grado de regularidad, de concentración, en cada cosa.
Preguntarse por el hilo central, la profundidad en
igualdad / diferenciación, apoyo /
cuestionamiento, transparencia/cuidado,
complejidad/armonía. ¿Qué
indicadores existen?.
Evaluar la relación de lo global con el desarrollo
de cada uno. ¿Qué sentido tiene?.
Evaluar los aportes a la contingencia de parte de
todos los participantes
Evaluar el significado para los proyectos e
inserciones de cada uno.
Revisar, específicamente, el diálogo libre. ¿Qué características ha tenido, qué
aportes y qué deficiencias?
Analizar, en el mismo sentido, el juego a la
verdad.
Hacer lo propio en el cambio de roles.
Plantear los caminos a seguir. Se acuerda mantener
la metodología, hacer modificaciones,
¿cuáles?, ¿por qué?.
En un período inicial, se fijan ciclos de 6
reuniones, 6 semanas, en el diseño habitual
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