Conversando desde la Amistad (361)
La
Atención Primaria en Salud, como Medicina para la Sociedad.
Una
forma de impulsar un gran cambio cultural hacia una sociedad humanista
Segunda parte
(Salud Integral 6)
La atención primaria en salud está aportando mucho
en el presente, conserva algo
valioso del pasado y tiene gérmenes de salud que también representan una oportunidad para un futuro sustentable, equilibrado, humanizador.
Nada garantiza que
tendremos por delante ese
porvenir. Pasó la época de los pronósticos históricos, de la profecía, vivimos
la incertidumbre evolutiva. Con lo que
contamos, lo perdurable, es con la ética. Existen tres niveles de articulación entre ética y salud: a) la de la práctica en que aparece la
temática de la explotación del personal
o del atropello al consultante,b) la de los meandros de los problemas de
bio ética,c) la de la ética del sentido de la atención médica para una sociedad. Es decir, en esta
tercera dimensión, el dilema mercancía o servicio. Aporte a la dignidad humana o eslabón de un sistema en
que el ser humano es tratado con
una racionalidad instrumental.. El defender y ampliar la óptica del servicio es
subversivo, nos pone en son de
conspiración Esa es la invitación,
conspiremos, viendo la forma como pueden fertilizar los gérmenes de buen
futuro, lo medicinal para la sociedad, que tiene, potencialmente, la atención
primaria.
En la atención primaria
existe una normatividad establecida: participación de la población, trabajo en
equipo, inter sectorialidad, adecuación de las técnicas al saber local y popular, acercamiento a
la medicina llamada tradicional, a la que tiene fuentes distintas
a la ortodoxia occidental.
El paso del deseo, de la
retórica, de la exigencia burocrática, a la realización cotidiana de cada uno
de estos principios rectores, topa, se tensa, al coexistir con las directrices
de la cultura hegemónica Se está en un diálogo con los
profesores, se busca un encuentro con la machi, se trata de acortar distancias
entre la visión del médico y la de
la asistente social, se desea auscultar la percepción de la comunidad
respecto de la violencia o el narco tráfico; se toma constancia de que hay una proporción alta de consultas
que obedecen a la motivación,
consciente o inconsciente, de salir de la soledad y el aislamiento a que
tiende la modalidad de la vida
familiar y vecinal de hoy. Se comparten vivencias sobre el estrés, el
desencuentro y el amor, se elaboran duelos, se cruzan perplejidades sobre la conducta de los adolescentes y la propia
de la tercera edad ¿Cómo se mide
en estas instancias, en estas dinámicas, la presencia de la nueva divinidad, la
eficiencia, dónde están
contabilizados los números de pesos y de horas.?¿ En qué medida se pueden dar
evidencias, llegar a indicadores confiables
de que los ejecutantes están realizando lo que se llama y se premia como una buena gestión?
Un gran logro de la psicología social y comunitaria y de los avances en el conocimiento del ser
humano que se llevó a efecto en el
siglo pasado fue la descripción y la sistematización de los rasgos propios de la personalidad autoritaria,
primero descrita como la proclive al fascismo. En el contexto de su estudio
sociopsicoanalítico, Erich Fromm
pronosticó que los componentes autoritarios en el carácter alemán llevarían a
la obediencia absoluta a Hitler si él fuera legítimamente elegido mandatario, lo que fue
plenamente verificado El año 50, Adorno y Horkheimer de la Escuela de
Francfort, emigrados a Estados Unidos, dieron cuenta de una monumental investigación
empírica sobre el modo de ser autoritario. Allí, junto a la obediencia a la autoridad
y el ejercicio acrítico de la misma, a la rigidez, a la descalificación
de los débiles y de las minorías, a las estereotipias y a los prejuicios , se
señala la importancia de la falta de tolerancia a la ambigüedad y el rechazo
general a lo subjetivo. La atención primaria, lugar de relaciones cara a cara, de tensiones
entre la necesidad de absorber agresividad y mantener la dignidad, de respetar
los ritmos humanos y de cumplir con metas trazados desde parámetros externos,
enclave jerárquico y de desigualdades de
ingresos, status y de estilos de vida. acompañado de un discurso
igualitario, favorece un conflicto
permanente entre el espíritu de servicio y la matriz autoritaria y mercantil de la cultura actualmente
existente.. El mercantilismo crece en forma acelerada. autoritarias, afianza la
gravitación de la rigidez y la impersonalidad del desarrollo vigente
En medio de sus problemas económicos y los de los establecimientos asistenciales ,de la vivencia frecuente
de minus valía en el reinado ubicuo de la especialización, sometidos a la
transfusión del individualismo, el
mercantilismo y el
autoritarismo de la sociedad general, el personal de la atención primaria
tiende a mantener un espíritu de servicio, de una u otra forma afronta el desafío de cumplir con el
modelo de atención que se le exige
Cuando se inquiere por el origen y el plano último de la vocación de
servicio, suelen encontrarse antecedentes de formación política y religiosa
como un proceso de socialización previo a la práctica de atención en salud, a veces afianzado por el haber
trabajado con algún líder
carismático en la dirección de un consultorio o posta de atención
médica.
Al entrar a realizar un trabajo formativo de desarrollo personal. no es
raro encontrar una vivencia
inicial de desasosiego,
desánimo, desconfianza. Un
curso más. Quizás nuevas tareas. Una distracción, pero la sensación de estar en
un espacio falso en que ya se han
acumulado otras instancias de capacitación que luego se reabsorben tras el rito
de finales emotivos en que se jura amistad permanente Cuando se aclara que van
a poder abrirse, conocerse más, conversar como iguales, la actitud cambia,
empieza una participación
comprometida. Al llegar el momento de conversar sobre los referentes., sobre la crisis del desarrollo, sobre
nuevas visiones, vuelve el repliegue, el temor a comprometerse en un proceso
sin salida Al final se reconoce lo más vertebrador de la situación, ellos están
en gran parte coaptados en forma sutil por el discurso omnipresente de la
cultura dominante. El pragmatismo
encéfalocraneano está vigente La pregunta fluye…¿ Qué eficiencia tiene
el paradigma integrador, la visión de la salud integral, La atención primaria
es tan importante como la
secundaria o la terciaria, lo es la búsqueda de relaciones
personalizadas, de desarrollo interior, de armonía con la naturaleza, de visión de humanidad?
No podemos responder con la lógica aristotélica del sí o no, con un
absoluto, con certezas, con el sentido común cartesiano de las cosas claras y
distintas. Sólo cabe experimentar la profundidad de un diálogo, el momento alto de lo poético de la vida, la vivencia
de apertura de una meditación, la reflexión que viene de la física, de la
biología de la psicología de la complejidad, la vitalización que
acompaña a las tareas solidarias.. El tiempo siempre es breve, las responsabilidades,
las estructuras internas y
externas, presionan hacia el conformismo. Emerge un punto de quiebre…lo que
hacen, dicen los que trabajan en atención primaria, con mucha emotividad, no
tiene suficiente status, es el peldaño más bajo en la escala que conduce a la
alta especialización universitaria. Una prueba al canto es que los médicos participan muy poco en las
reuniones y la vida de equipo y están en frecuente rotación, pendientes de la posibilidad de salir
de la atención primaria hacia un camino consagrado de especialización
Ahí puede estar la
encrucijada del encuentro entre la necesidad de cambio cultural y de desarrollo personal en la atención
primaria Un tema de tolerancia a la ambigüedad La atención Primaria y la
Secundaria y Terciaria tienen una
diferencia de status que no cuenta con un correlato objetivo. La labor de la atención primaria, profundizada,
libre de la ritualidad de la reiteración de documentos estereotipados de
reuniones de expertos y de la visión reduccionista de la eficiencia, la de
corto plazo, la que niega la subjetividad y la densidad y espiritualidad del fenómeno
humano, la atención primaria de la realidad, no es una versión simplificada de
la tarea médica. Es el desafío de encarar al ser humano en forma integral. Hay
en la plenitud vivida de la
atención primaria una gestalt de reflexión y de empatía, de resistencia a la
frustración y de apertura a los momentos altos del encuentro y la belleza, de capacidad de moverse entre la
interioridad, el vínculo, el grupo y la comunidad, entre lo
biológico, lo social, lo económico, lo ecológico, lo psicológico, lo
existencial, lo espiritual, entre el detectar liderazgos constructivos y
neutralizar lo disgregador, entre el sentir, el pensar, el imaginar, entre la
especificidad y la transdisciplinariedad, entre el control del niño sano y el
encontrar una respuesta al consumo indebido de drogas. Hay una especialización
en la complejidad
La atención primaria hereda del pasado semillas para la visión que está
naciendo de una realidad en que al ser humano le corresponde participar en la
evolución desde la consciencia de la unidad en la diversidad. No está en el
horizonte la anti especialización, la negación de la necesidad coyuntural de
fragmentar, de analizar, de usar técnicas complejas, de examinar con
detención lo excepcional, de saber
mucho de poco. La tarea no es de negar en espejo la cultura dominante.
Eficiencia, sí, pero supeditada,
matizada, por el sentido.; rigor, pero en equilibrio con la apertura a la
complejidad; lo específico en el mismo rango valórico que lo general.
Hay un panorama general de colisión de paradigmas. Sin embargo, son bosques que no dejan ver el árbol esencial, el ser humano. La
guerra caliente entre el integrismo y la modernidad occidental oculta las demandas de la evolución
humana. Obnubila el ver la necesidad de un desarrollo que tome en cuenta la
ecología integral del ser humano, su relación consigo mismo, con la
trascendencia, con la naturaleza, con las cosas, con los otros,
con el otro significativos. El paradigma integrador El que está llamando
en el día a día en la atención primaria, como en la sala de clases, en la
amistad en la familia o en los
problemas que el sistema no puede
resolver como las drogas y la ecología
Le corresponde a la medicina social y a la salud pública un acercamiento
a la atención primaria con vista a recoger de sus brasas, del fondo de su actitud de servicio y de su
hacer múltiples , puentes en la
diversidad, calor y luz para
distribuir en la sociedad, iluminando
y facilitando las perspectivas de
un desarrollo sano,
integrado .Le atañe a la medicina social y a la salud pública el trabajo
subversivo de reforzar la moral de
los trabajadores de la atención primaria
cooperando con el desarrollo y el afianzamiento de su marco referencial
general ético, epistemológico, existencial, espiritual, ecológico,
mostrando los nexos entre la labor
de hacer atención médica integrada y la de alcanzar la cultura sana de la salud
integrada. El señalar la perspectiva y las resistencias en el camino de
medicinar esta sociedad enferma.
Dice la Celestina:” Gran parte de
la salud es desearla” Los trabajadores de la Atención Primaria y los de
la Medicina Social y Salud Pública desean la salud. Mantienen la idea fuerza de
Alma Ata , Salud para Todos, aunque el 2000 quedó atrás, más allá de las
visiones tecnocráticas y privatizadoras. En unos está la fortaleza de la
práctica cotidiana, en los otros
la de la investigación, la
sistematización y el análisis.La integración real estriba en el compromiso profundo, en lo que se tiene fe.
Bajo el gran referente interpelador del “pedacito roto del hombre inconcluso”de
Neruda, hay una multitud de procesos
que pueden ser convocantes para ésta y muchas alianzas, éstas y muchas conspiraciones. Para ir hacia sociedades
y desarrollos saludables
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