Conversando desde la Amistad(144)
Notas sobre el Guiar Poético
Segunda Parte
El Guiar Democrático
El Guiar Democrático:
Hay un guiar autoritario y un guiar democrático. Es
cierto, se trata de modelos ideales que en la función de guías se dan en forma
cambiante, relativa a circunstancia, a temas. Sin embargo, en el guiar se
presentan matices más o menos democráticos y autoritarios.
Se llama modo de ser autoritario a un conjunto de
rasgos[1]
que vamos a esquematizar
.1) lo predominante es, la separación neta entre el
mandar y el obedecer, con poco lugar para la crítica y la cooperación. La
formula es “en esto mando, a aquel lo mando, aquí obedezco, a ese lo obedezco”.
Cuando se manda no hay lugar a espacios de interacción, de escuchar a la otra
parte. La obediencia es también ciega, sin discusión.
2.- Un tono de rigidez general, de encuadres sin
flexibilidad, de nociones aprendidas que se generalizan no importa cual sea el
contexto.
3.- Intolerancia por lo subjetivo, por lo confuso,
por lo ambiguo, lo ambivalente, lo frágil, por las minorías.
4.- Adhesión a la fuerza, a los prejuicios; a lo
establecido.
Por contraste, en el modo de ser democrático hay un
recate de la igualdad básica de los seres humanos, de la importancia de los
derechos humanos, de la participación, de la riqueza de la subjetividad, de las
visiones de conjunto, del espíritu crítico.
Una relación democrática padre e hijo no admite
dudas, réplicas, opiniones. El padre “sabe” hacia donde va, no requiere la
exploración de los intereses y características del niño, no se abre a la
consulta de otras personas.
En un caso hay un guiar democrático. En el otro
autoritario.
Los guías turísticos muestran, hacen “tours”,
explican, enseñan.En la función del guía turístico se da el consabido aspecto
informativo. También, nuestro distingo
temático, la tensión entre democracia y autoritarismo. Hay guías omnisapientes,
reacios a toda pregunta, sugerencia, sugerencia, crítica. Son personas que se
refugian en su pauta, rehusan todo innovar, no estimulan la participación de
los grupos. Por otro lado, el polo
de la apertura, el aceptar que las personas “guiadas” pueden aportar algún dato
útil, que tienen el derecho legítimo a preguntar y discrepar.
Hablamos de tendencias y no de condiciones
absolutas. El trabajo de guía se enmarca en un tiempo, en una pauta. Está
sujeto a una supervisión. No sólo no cabe la degeneración de la democracia en
un “dejar hacer”, sino que la apertura a la participación y la creatividad
están forzosamente limitadas.
El elemento clave es, siempre, el contacto, la
afectividad. Puede no haber tiempo para un discutir algo, para entretenerse más
en un lugar, de acuerdo a los deseos de los participantes en el “Tour”. El tema
es que la explicación sea respetuosa, se procure un buen contacto. Hay maneras
“sintónicas”, no agraviantes, agradables, de decir no, de poner límites.
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