Conversando sobre la Amistad(363)
Amistad con los momentos
cumbres en que la vida
adquiere un nuevo sentido
Capítulos del Libro El
Silencio que Grita, de Matías Cepeda, publicado por Alegremia
Matías recuerda, “ vuelve a pasar por el corazón, como
dice su abuelo Julio , el momento en que su silencio se llena de palabras, cuando tiene lugar su
EL ENCUENTRO CON LA VOZ
Fue una
tarde de Julio cuando encontré a
Silvina, la mamá de Renzo. Siento aún la alegría en mi corazón.
Mientras todos hablaban, yo
observaba cómo Renzo podía hablar en el silencio. Él no tenía voz, como yo,
pero sí podía hablar mercando con su dedo las letras de un abecedario. Miraba
detenidamente en una confitería, mientras yo me mantenía en el silencio de mi
cuerpo, Renzo había encontrado la manera de comunicarse. Mi amigo estaba al
frente mío pidiendo lo que quería comer, mientras mi mamá se esforzaba en
entender qué es lo que yo quería.
Aún tengo la imagen de esa tarde, siento aún la misma emoción. Pero no
fue esa mi primera vez, aún no entiendo porqué esa tarde no me dieron la
oportunidad de tener voz, sentí que la posibilidad de salir de mi silencio se
perdía… ¡Qué pena sentí por mí esa tarde!
No
importa la fecha, importa que en ese viaje, una noche por fin mi tía me preguntó si sabía leer, a
lo cual respondí que sí, con la voz que entonces tenía: un
movimiento de mi cabeza hacia abajo y un sonido al cual le habían puesto el
nombre de sí.
Es
difícil explicar lo que sentí en ese momento, tuve miedo de no poder señalar la
letra que yo realmente quería, estaba al frente del milagro de tener una voz y
con ese milagro la posibilidad de darle un giro a mi vida.
Me
mostró una tabla, en ella estaba el abecedario, me dijo: “te sostengo la mano y
marcá con tu dedo letra por letra hasta formar la palabra que quieras decir”.
Mi Abuelito Julio repite siempre que recordar es volver a pasar por el
corazón, y al vivenciar nuevamente esta historia, descubro cosas nuevas. Mi tía
me dijo que no tenga miedo. ¿Cómo supo ella de mi miedo? Percibir el
sentimiento del otro no es frecuente, la percepción es una capacidad particular
y poderosa, sin temor a equivocarme puedo afirmar que quien posee esta
capacidad, puede construir o destruir en gran parte al otro.
Fue entonces cuando descubrí la palabra y mi palabra se tornó una voz en
el silencio, mi palabra se formaba al marcar las letras.
El
silencio siguió, pero ya no era el mismo, mi silencio estaba lleno de palabras.
Pero no fue ese el tiempo tampoco. Volvimos a casa y sin entender porqué
siguió el silencio en mi vida.
Muchos días pensé que así no quería vivir, había pasado por mi vida la
oportunidad de insertarme en el giro de la vida y no me dejaron entrar.
¿Por qué
mi mamá no intentaba? ¿Por qué mi mamá no creía aun? Sin voz no podía decirle
que era yo quien hablaba.
La vida
tiene misterios que uno no entiendo, ¿porqué algunos adultos tienen tanta
dificultad para creer en cosas simples?… Esta vez sí sentí que el brillo de mis
ojos comenzaba a opacarse.
¿Qué hizo que las cosas cambiaran? No se, pero una tarde mi mamá me
sentó a su lado y me dijo:”…Matías enseñame…” Recuerdo claramente que
sentí emoción y felicidad, esta
vez sí que mi vida cambiaría.
Las cosas no fueron fáciles después, no fue sencillo que mi mamá me crea, pasaron muchas tardes
hasta que me dijo:”…Sí, sos vos el que me habla”-.
Ahora sí que tenía ganas de levantarme, ahora sí que la alegría estaba
en mi interior. Cada tarde era una fiesta cuando nos dedicábamos a charlar.
Ser yo
con voz propia tuvo grandes desafíos, tuve que esperar mucho tiempo para que mi
familia y amigos acepten mi voz.
Para algunos la tarea fue más fácil no
todos buscan razones lógicas a las cosas sencillas.
Si pudiéramos ser capaces de mirar al
mundo sin tanta lógica seria más fácil encontrar la alegría.
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