Conversando sobre la Amistad(362)
Amistad
con hacerse cargo del valor de la palabra hablada
El
Silencio que Grita
DE MATIAS
CEPEDA
Un
adolescente sensible e inteligente, privado de voz, nos enseña a valorar el don maravilloso de la palabra hablada.
“Entre alegrías y tristezas fue pasando mi infancia,
el mundo iba creciendo conmigo y conmigo crecía la
impotencia de hablar.”
II – MI
ADOLESCENCIA TIENE SORPRESAS
CAPÍTULO 4
SOBRE EL SILENCIO Y LAS PALABRAS
El mundo está lleno de palabras, no todas
tienen sentido pero todas son escuchadas.
Al no tener voz no llegan las palabras y sin ellas el pensamiento queda
encerrado en nuestro cuerpo.
Tu
silencio no es como el mío, tu silencio tiene significado, tu silencio es una
palabra más. Mi silencio en cambio está lleno de palabras, no es fácil
encontrar la manera de que esas palabras se escuchen.
Las palabras son sonidos
que expresan nuestro sentimiento,
música que tiene efectos diferentes en los demás. La palabra dicha en el
momento indicado es sabia y todo tiene su momento, es tan poderosa que puede
cambiar el pensamiento.
Al tener voz tenemos el
poder que da la palabra, al tener voz es más fácil decir hacia donde
encaminamos nuestra vida, al tener voz la vida tiene alegría, sin ella no es
fácil encontrar el entusiasmo por vivir.
El entusiasmo de vivir se encuentra cuando uno sabe para qué vive.
Los sonidos cotidianos, los sonidos cotidianos componen melodías que
transforman nuestro interior. Lo
maravilloso de la vida es compartir con los demás nuestras vivencias y al no
tener voz esto es imposible; esas melodías no pueden ser compartidas, no pueden
ser escuchadas.
La mayoría de mis amigos viven
en un mundo de silencio, sin poder decir
hacia donde quieren ir. Este mundo obligadamente silencioso los condena
a vivir una vida sin alegría. En el tiempo en este silencio nada tiene ya
sentido.
Sin voz tus palabras se ocultan en tu silencio y la mayoría de las veces mueren
en ese silencio, la alegría lentamente se escapa y la mirada de a poco se
opaca, el brillo de la vida termina por morir.
Muchas personas como yo nunca entran al giro de
la vida.
Hay cosas que no podemos cambiar pero hay oportunidades que no podemos
perder. En un cruce de caminos encontré la palabra y ahí cambio el giro de mi
vida.
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