Árboles 11
Arborecer, conversaciones
con un árbol
Mauricio
Tolosa (X )
Buenas noticias
El manzano florece
Son mis raíces
El manzano florece
Son mis raíces
Después de una noche de lluvia, el sol entibió el aire. Se abrieron
las primeras flores. Aparecieron allá arriba, cuando alcé los brazos hacia el
cielo durante mi práctica de Chi Kung. Sentir esa rosada transparencia contra
el cielo azul es un prodigio que tantas veces no vi. Gratitud por los millones de años de evolución que
han hecho que mis ojos vean hoy este esplendor de la
manifestación de la vida.
La noche anterior había abrazado largo al querido manzano japonés. Es
algo que solo he hecho en un par de ocasiones, pero quería agradecer todo lo
recibido en estos meses, de meditaciones y aprendizajes. Jubilosa felicidad.
Esa noche no había flores ¿la explosión rosa del día siguiente tendría que ver
con mi agradecimiento?
Han sido un otoño y un invierno de trabajo amable, de investigación y
de experimentación, de meditaciones y de preparaciones, de podar y de
plantar, de contacto sutil y pleno. De sentir el soplo vital que fluye entre
sus raíces y su copa sin hojas y dejarlo circular a través de mi cuerpo, de
respirar en plenitud y comprender el mundo desde ahí. De escuchar al romero y
la granada, la mandarina y la ruda, al muérdago milenario con sus druidas y sus
ecos de bosques. Cuando mis límites y dudas se interpusieron, llegaron la luna
y el sol, el viento y el colibrí a evidenciar las señales de la trama de la
vida.
Registro las “conversaciones” con el manzano: fijo en fotografías las
historias de su corteza que reverberan a Da Vinci y a los primeros humanos que
pintaban animales en la roca, a Van Gogh y a anónimos pintores místicos;
traduzco la belleza incontenible de su evolución durante las estaciones en
haikus y poemas en los que intento preservar la sensación de esos encuentros.
Intenté interpretar sus consejos y reproduje seis hermanos en esquejes que
espero sean los primeros de su propagación arbórea.
El Homo Sapiens con sus 300.000 años caminando
sobre la Tierra, es un recién aparecido comparado con los cerca de 400 millones de años que
han vivido los árboles en el planeta. ¿Qué extraña deriva habrá hecho que esos
ancestros que habitaban en la seguridad de las alturas arbóreas se
transformaran en una especie exterminadora de selvas y bosques?
Los humanos somos flexibilidad y adaptabilidad, quizás aprenderemos a
escuchar con inteligencia y compasión, a reunir el logos de la mente con la
vida orgánica, y entonces quizás nos transformemos en guardianes de la Vida… La
mente puede ir tan lejos como el viento…
Por ahora, siento latir en mí esa rosada transparencia contra el cielo
azul y vivo la magia.
Gratitud al querido manzano por invitarme a arborecer.
Surge la yema
En mí brota un bosque
Lágrima rosa
En mí brota un bosque
Lágrima rosa
X Escritor y comunicador,integra con los
árboles la mirada poética, espiritual y
científica .
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