Árboles 10
Aromos Comunicantes
En el
secreto del patio del otoño,
Amarillea.
Descendiente del sol,
por
cierto
Amarillea.
Amigo entrañable del fuego,
original, tierno, rutilante,
saltando en la carcajada del pez espada,
vive otro Amarillear,
dando la mano con el meñique al viejo trigo,
soñando en la tibieza de maullidos de antaño,
Amarillea.
Cuando
la palabra se hace golosa,
cuando
el crepúsculo mira a los ojos,
cuando se purifican los trinos
Amarillea.
Amor en
ciernes que puede ser volcánico,
Amistad en sus primeras yemas,
Ambito
de libros sagrados sepultados en el tiempo.,
Llega en
la más humana de las olas
calla su espuma ,
escapa
del turquesa,
trepa a
los árboles,
arma su
color de un rubio joven.
El mar
se compromete,
Las Alstromerias
comprenden demasiado.
Con
lanza saludan los agaves.
Responden
juguetonas las ágatas.
Los Aromos
saludan rompiendo todos los códigos.
Regalan
plenitud y la reciprocidad se hace electiva.
Los
erizos y los cáctus se escriben
entendiéndose.
Los Aromos
dan fe
por el
esplendor humilde de su Amarillo.
Hacen
coro ladridos de perros.
Asomó un
rocío tenue
en los
eternos habitantes de la luna.
Las
campanas tocan a esperanzas
Y el Amarillo
se entrega en violencias
Que
nunca dejan de ser vegetales.
Y por
eso aletean los ángeles
y por
eso las aeonias siguen su compás.
Y por
eso un fulgor Amarillo tiñe cielo y rocas.
Y por
eso nadie sabe si sueñan
o son videntes
los Aromos.
luis weinstein
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