Formación 44
LA DISCIPLINA GRUPAL
De nuevo, se parte tratando de buscar los miembros de
grupo progresivamente autogestionario, orientado a la promoción, igualitario y
respetuoso de las diferencias, interesado en el entorno, sin membranas externas
infranqueables, pero, a la vez, riguroso, confiable, cautelador de su propia
dinámica.
Se plantea una reunión al mes, con la misma
flexibilidad especificada en relación a las disciplinas personal y vincular.
El grupo se inicia con una sesión dedicada a conocerse
dentro de una orientación positiva, de rescate de lo que se percibe como
valioso de cada uno. Es el inicio de la "silla tibia".
Por turnos,
cada integrante cuenta sobre su trayectoria de vida, su presente, su proyecto,
su forma personal de llegar al "conocerse" y al
"cambiarse". Los asistentes lo escuchan y, luego, le dan devoluciones
positivas, constructivas, dentro de lo que realmente perciben, sin mentir, sin
halagar, pero absteniéndose de juicios negativos. En sesiones posteriores, se
amplía el espectro de respuestas, la persona de la silla tibia escucha
críticas, reparos, siempre en ánimo constructivo.
La segunda fase del trabajo grupal es el momento de la
solidaridad. El grupo se concentra en una o más personas que necesitan atención
especial, más escucha, más presencia, más ayudas concretas.
La tercera fase está dedicada al estudio de un texto.
Se trata de actualizar la dimensión reflexiva, racional, de la salud integral.
Se lee, con una metodología analítica, un texto referido, en nuestra orientación,
a la salud integral, al nuevo paradigma. Se trata de plantear un quehacer no
competitivo, sin lucimientos, competencia, sentimientos de minusvalía. Una
instancia de trabajo respetuoso de las diferencias, orientado al desarrollo de
la capacidad crítica, analítica, reflexiva. Es la ecología del yo tendiendo
puentes entre la afectividad y los valores y el dominio de la razón.
Vienen, luego, las fases cuarta y quinta, dedicadas a
la dinámica interna y externa, respectivamente. Se critica, se buscan alternativas,
se programa, se fijan tareas. Los focos son la evaluación del grupo como
facilitador de la plasmación del proyecto de vida de los miembros, junto con
examinar al grupo como instancia favorecedora del cambio cultural, en la medida
que está colaborando con otros, receptivo al medio, fiel a su orientación hacia
la salud integral de todo y de todos.
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