Formación 36
Disciplina Individual
El Trabajo con otros estados de Conciencia 2
Teniendo como base la relajación, las personas en
trabajo de desarrollo personal pueden ir, paulatinamente, internándose en el
campo de la imaginería, imágenes... actualizadas de acuerdo a un objetivo.
Hemos hablado del ejercicio de figurarse un día de otra persona, de la fantasía
afectiva, de serenidad, frente a las emociones "angostantes", de las
imágenes familiares de contextos "relajadores". Avanzando en este
trabajo con los niveles de conciencia se llega a las visualizaciones de escenas
consideradas amenazantes del pasado, presente o presumible futuro, para
perderles el miedo, para llevarlas a la familiaridad y facilitar su elaboración
. También a ejercicios de anticipar diferentes escenarios. Abre perspectivas el
ejercicio de fantasear con las posibles consecuencias de haber realizado otras
opciones biográficas, al modo de "¿qué estaría ocurriendo si me hubiera
casado con esta persona y no con quien lo hice?”. Imaginerías de evidente
contribución al desarrollo de la ecología del yo son las dirigidas a entrar en
la concepción de ser humano y en la imagen de sí. Para la primera es bien
fecundo el ejercicio de figurarse contestando qué es lo propio, lo distintivo
del ser humano, a personas de diferentes edades, culturas y niveles de
instrucción. En relación a uno mismo, hay una vivencia de profundización cuando
uno fantasea con diálogos sobre nuestras principales características en que
participan personas con las que hemos tenido conflicto y otras que nos son muy
afines.
La meditación es el gran camino para llegar a los
llamados estados alterados de conciencia, nombre equívoco por asociársele a la
patología en circunstancia que tiene que ver con un nivel de conciencia en que
uno se aproxima a trascender el ego, la separatividad, a reencontrarse con la
unidad del todo. En nuestra intención de hacer un aporte simple, para la
democracia, para todos los ciudadanos, no haremos más que mencionar esta
disciplina. La relajación, una vez aprendida, puede y debe practicarse con
autonomía. Los y las ciudadanas pueden ir posesionándose de ciertas formas de
imaginería, intencionado nuestro fantasear de cada día, dándole rigor,
evaluaciones, ventilaciones en el diálogo. La meditación requiere una
instrucción previa. Afortunadamente, las personas que quieren desarrollar esta
disciplina pueden fácilmente encontrar cursos y centros de instrucción. No
podemos dejar de insistir en la necesidad de que los interesados tengan
claridad acerca de las bases espirituales y epistemológicas, las fuentes de lo
que se les ofrece. La sociedad de consumo ha penetrado el terreno de la
ampliación de conciencia, de la espiritualidad, desarrollando un verdadero
turismo espúrio y banal, un ámbito mercantil donde se empalman la codicia
irresponsable con la ingenuidad junto al auténtico desarrollo de lo más
profundo de las personas.
Hay una forma de meditación que está al alcance del
trabajo de autodesarrollo en relación a la salud integral. Es la observación de
la mente. En el camino a aprehender la identidad esencial y la apertura al
conocimiento de sí y al cambio, el observar los contenidos de la conciencia,
qué siento, qué pienso... es un ejercicio de apertura, de reconocimiento de
planos en nosotros mismos... Hay un Yo que observa, más allá, no idéntico a lo
que pasa por mi conciencia. Es un paso en la facilitación del desapego, del no
identificarse totalmente con la individualidad, es un momento en el compromiso
con la tarea de salir de los condicionamientos de situarse en la empresa de ser
humano.
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