Boletín Esperanza 17 , segunda parte
“SOY AMIGO, LUEGO VIVO”
Marcela Latorre
Un día
leí un escrito sobre la amistad, un buen amigo me había regalado unos textos.
Por esos días andaba muy afuera de mí, complicada, tratándome mal. Cuando
conecté con la sabiduría de lo que estaba en mis manos, comprendí que así como
era con mis amigos tenía que ser conmigo. Al caer en cuenta, me llené de
esperanza, mi cuerpo se distensó, mi mente se aquietó, mi corazón se calmó.
Empecé
a mirar cómo era con mis amigos y surgía lo mejor de mí, la alegría, la
creatividad, la comprensión, la compañía, todos los mejores sentimientos
brotaban en mis imágenes de amistad… eso tenía que hacer conmigo misma!!!
Fui
fortaleciendo este regalo y tomando distancia de mi situación actual, revisando
mis conflictos y poniéndolos de diferentes maneras. Fui jugando con las
preguntas y con los puntos de vista, cómo uno lo hace ayudando a los amigos.
Eso de
la sabiduría de la amistad, lo podríamos llevar al mundo entero… por ejemplo,
si en las escuelas nos enseñaran a querernos como a nuestros amigos; si en las
empresas los recursos humanos se encargaran de recordarnos esta clave, como
despertadores; si los políticos se trataran como lo hacen con sus amigos y,
mejor aún, si sintieran que todos son sus amigos… estaríamos poniendo un manto
de esperanza en nuestra inhumana forma de relación de nuestros días.
Al
experimentar la alegría por tener esta certeza, se me acerca esta idea del
pensador latinoamericano, Silo: “No eres un bólido que cae, sino una brillante
saeta que vuela hacia los cielos. Eres el sentido del mundo y cuando aclaras tu
sentido iluminas la tierra”
Creo
que la sabiduría de la amistad, es una esperanza de humanización, es una
invitación a abuenarnos con nosotros mismos, a mirarnos con amabilidad, esa
actitud mágicamente se amplifica hacia los otros, transformándonos a nosotros
mismos y por ende a nuestro entorno.
El
famoso “Pienso, luego existo” de Descartes, debería dejar de reinar y, en su
reemplazo, el nuevo paradigma debería ser “Soy amigo, luego vivo”.
DIÁLOGO
ENTRE EL ALMA Y EL CUERPO
Alberto Valente
Ciclista, Peregrino del pedal y de la vida...
-
Hola
-
Hola,
¿cómo estas viviendo estos numerosos años con la vida?
-
Y.
de alguna manera me siento una máquina
-
¿Por qué lo dices?
-
Y,
hay un mecánico para el aparato uretral, otro para mis ojos, otro para mi
corazón, otro para mis huesos, músculos y tendones, otro para mis dientes…y
así….
-
¿Así cómo?
-
Es
el tiempo y la maquina se va gastando…
-
¿Y cómo vivís ese desgaste?
-
Lo
vivo simplemente, es lo inexorable
-
Me
gusta la idea que lo vivas como lo inexorable, el problema es tener buena
compañía
-
¿Buena
compañía? ¿A qué te refieres?
-
¿Qué pensás? ¿qué sentís? ¿Qué sentís cuando un niño te
sonríe?
-
Y…
Ternura..
-
¿Y cuándo observas algo que te llame la atención? A
propósito, ¿te sorprendes seguido o la haces de vez en cuando?
-
Me
estremezco cuando veo y siento lo solidario, que me acerca al otro,
sentir que el otro soy yo…
-
¿Y con la música?
-
Vibro
infinitamente cuando escucho a Piazzola, a Bethoven, Mozart, etc, etc
etc., también con el canto de los pájaros, y los silencios.
-
¿Y qué pasa con una flor?
-
Me
agrada sus colores y perfume…
-
¿Y las montañas?
-
Me
llama a la reflexión
-
¿Y el mar?
-
Me
estremece su inmensidad
-
¿Y los pájaros?
-
A
veces sueño que vuelo
-
¿Y la piel?
-
Veo
que sos muy curiosa… me enloquece el roce de un encuentro, el abrazo que se
hace interminable, la mirada que me lleva a diálogos que marcan la profundidad
del silencio..
-
Entonces
no sos una máquina
-
Lo
cierto que no sé quién soy, vivo en la duda permanente, naciendo, buscando
siempre…
-
Creo
que nos parecemos…¿ no seremos lo mismo?, ¿no seremos uno?
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