Sentipensamientos 16
El Cuidado en el ser usuario y no propietario de la
razón
La relación ecológica con la razón, una ampliación de posibilidades
¿Tener la razón…?
¿Se” tiene” la razón?
En un grupo se discutía con tal vehemencia que, por momentos,
presagiaba el paso a la violencia física. Alguien grito, fuera de sí ,“Yo tengo la razón”. Tranquilo, sonriente, un visitante ,al
margen del conflicto ,le preguntó ¿Dónde la tienes?
EL aludido vacilo, confuso y, así, se abrió un espacio para una risa generalizada y la tormenta amainó.
¿Se tiene la razón?
Se trata de una expresión propia
de nuestro diario vivir que lleva implícita cuatro certezas, el valor
del tener, la alta valía de la razón, la presunta posibilidad de juntar esos dos valores y…
la auto exaltación como “propietario” de la razón”.
No es este el espacio de
comentar todo. No hay duda de que la razón tiene un gran papel en el desarrollo humano, uno central, vital, para el pensamiento, el
lenguaje, la ciencia, la técnica, la convivencia, la practica de la
propia espiritualidad…
Tampoco cabe olvidar como es de porosa a nuestros afectos y deseos , por lo que es atingente la
burla de Ambroise Bierce en su
Diccionario del Diablo:
“Razonar: pesar
probabilidades en la balanza del deseo…posee su dosis…de razón.”
La razón es más importante que como la vive el
fanatismo y la violencia, siendo tan
cierto aquello que señala Anatole
France;
“no se ama verdaderamente
si no cuando se ama sin
razón, “
Es dable agregarle la observación
de Pascal:
“el último paso de la razón es reconocer la existencia de una infinidad de cosas que le son
inaccesibles”,
Es bueno preguntarle a todos los “propietarios” de la
razón esa cosa tan simple: ¿dónde la
tienen?
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