Para Fábulas y Para Mitos 37
Momo,
Dios del sarcasmo, del humor, de la alegría y de la agudeza en la percepción.
S Momo es un dios de la mitología clásica
cuyas huellas están vivas en los
carnavales brasileños, en páginas de
algunos escritores como Gracián y Kafka y en ciertas referencias muy sucintas,
a veces no concordantes, de la propia
mitología.
¿Es un arquetipo del corazón de la
euforia expresiva, multitudinaria de los carnavales del Brasil y otros países?
¿ Es el representante del
sentido del humor asociado a la alegría básica, vital?
¿Es el símbolo del sarcasmo, del
humor hiriente, descalificador?
¿Es el arquetipo del juicio
expedito, penetrante, capaz de sorprender?
¿ Son cuatro Momos?
Sí , pero es posible integrarlos
en un solo arquetipo de cuatro sub
personalidades.
¿Cuáles?
Empecemos por el final, lo vigente
en nuestra época. Se trata de un modo de ser muy propio de culturas de
predominio extravertido, alegre, de mucha
libre expresión corporal asociada al baile, a la música, al ritmo,
propia de carros vibrantes de música
ensordecedora, de Brasil y de otros países carnavaleros. Allí, Momo es arquetipo , dios, de la euforia de música y
cantos ensordecedores, de bailes alcanzando los deslindes de la personalidad ,
de la presencia invisible de Afrodita desinhibida, sin necesidad de usar su
cinturón maravilloso, de Eros, de muchos Eros, libres al fin de sus flechas ,
con el cuerpo empapado de sudor , las
pupilas brillantes y el ritmo en el alma
.
Más atrás, al fondo del tiempo,
sólo visible en papeles desvaídos , el cortejo del dios Como, el dios de la
alegría, joven, hermoso, triunfal. El dios Jano
lo saluda con sus dos cabezas y las vestales ríen a escondidas. En ese
grupo, una persona mayor, notorio por
ser muy verbal, muy chispeante , poco
ágil, más cerca de la gracia que del
éxtasis orgiástico. Es el segundo Momo, la segunda sub personalidad, Momo parte del cortejo, de
la gestalt de la alegría.
Entre el rey del carnaval
y el leal trabajador de la alegría, otros dos Momos , el del sarcasmo,
incisivo, insolente, crítico despiadado, impenitente; el sagaz, el penetrante, el
que se anticipa a su tiempo y, tal vez, a todos los tiempos.
El tercer Momo, fastidioso inveterado, fue expulsado del Olimpo de Apolo y las musas
de armonía de música y de poesía, el
mismo de las normas y el personalismo de
Zeus.
Es el Momo que discute con Zeus.
Es el Momo que se burla de parloteo
banal de Afrodita.
Hay un cuarto Momo, cuyo arquetipo se funda en una
sóla instancia inmune
a la corrosión del tiempo. Es el
Momo sabio, de una sabiduría intuitiva
cuyo criterio es apreciado hasta
por la propia Atenea.
Tres dioses,, Poseidón, Atenea y
Hefesto, llevan sus respectivos
trabajos al juicio crítico de Momo.
Poseidón, dios del mar, trae un
toro, un toro marino. Momo piensa en el modo
de ser emocional del Dios, sus conflictos, sus combates. Rápido, pone
reparos a la posición de los cuernos del toro, están muy separados. No son un
arma adecuada para una cabeza que agrede o se defiende .
Atenea
presenta su casa, seguramente muy
apta para la reflexión sobre lo posible
y lo más allá de lo posible en la
paz y en la guerra. La respuesta no se hace esperar. Ella debe estar presente
en muchos lugares, en todos los lugares , no sólo en la Atenas que le es
consagrada, no sólo en el Olimpo de su padre Zeus. A su casa le faltan ruedas.
¿ No es más adecuado para una diosa sabia
tener una casa –estudio móvil?
Luego, es el turno de Hefesto, el
escultor. Trae una aparente obra
maestra, el ser humano . Momo mira al autor a los ojos y le dice: le falta una ventana al corazón.
Se nos advierte:
nos falta una ventana al
corazón.. No es un duro sarcasmo. No es una frase graciosa. No es un gesto eufórico. Es una verdad. Es un aporte
amistoso. Es el regalo de la sub personalidad de un maestro.
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