La Sombra 5
Las grandes sombras del sentido común en el paradigma cultural básico actual
El narcisimo
El
narcismo colectivo
El
narcisismo familiar
Es prevalente, y se ha instalado en el
sentido común, sin que lo tengmos prsente , en
sombra , el como nos concentramos en
nosotros mismos y nos idealizamos, no viendo a los otros más que en función
nuestra .
Como somos narcisos , enamorados de nosotros mismos.
El narcismo desborda nuestrta individualidad.Existe un enorme narcismo
colectivo. Se lo llama antropocentrismo, etnocentrismo, nacionalismo,
narcismo de géneo, de doctrina, de grupo.
Posiblemente ,los más negados son los dos extremos, en cuanto a extensión , el antropocentrismo y el narcismo de
familia.
Empezamos con unas líneas sobre el
narcisismo de familia,una forma de narcisismo colectivo.
Oculto bajo la donble cortina de la importancia de la familiay de la
gravedad de sus conflictos y carrencias,
la sombra envuelve a las discapacidades
de ve r los límites , la tendencia
a las fusiones, las contaminacione entre los egos individuales
y la imagen de la familia, el transitivismo invasor de unos con otros.
No es raro el narcisismo de la familia.: “en mi familia
no hay ninguna grieta , desierto, juegos
fatuos...es increíble”.
Ejemplo esta familia qe frecuenta el mirarse a sí misma como una
deidad y que hizo alarmarse a Narciso, ya
convertido en flor.
NARCISO EN FAMILIA O
MIRANDOSE EN
AGUA PURA
El grupo se acercó al espejo
de marcos dorados y, sin tardanza, se percibió hermoso, edificante, ganador,
poderoso.
Padre, madre e hijos se
titularon grupo de nexos maravillosos, familia con brillo casi extrasensorial,
geografía de privilegiada virginidad, intuición colmada, construcción luminosa.
Complacidos, siguieron
buscando esa imagen tan grata en las voces de los otros. Pusieron cuidadosa
cañas en los alrededores, en los rincones alejados, en la mar gruesa. Los otros
y las voces, como un eco del espejo dorado, repetían, incólumes: padres e hijos
edificantes, ganadores, poderosos, hermosos.
Si se reunían entre ellos,
como un surtidor elocuente brotaba, redondo, impertérrito, grato, el mismo
consenso.
Cuando estaban solos, cada uno se volvía espejo y se
confirmaba, certero, el juicio general: grupo inédito en lo poderoso, hermoso,
edificante, ganador.
Sucedió lo imprevisto. Cierta vez les correspondió pasar
por el estero. Agua. Una modesta corriente de agua, bien conocida por su
franqueza a toda prueba.
Esperaban observar el retrato dorado, el de los otros, el
de ellos mismos, el del espejo espléndido.
Les hará bien evaluar lo que el agua mostraba, sencilla,
sin aspavientos. Cambio notable. El reflejo era claro; estaban, nítidos, la
madre, el padre, las hijos, pero el grupo no existía. Entre uno y otro, sólo
había desnudo.
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