Desarrollo
Personal y Cambio Cultural 25
La
Ecología del Yo y las grandes antinomias 6
Un cuarto gran referente, en esta modulación de
polaridades, es el de la focalización y la multidimensionalidad. El cirujano se
aboca con precisión a extraer un quiste de un lugar muy determinado del
cerebro. De su capacidad de atención, de su rigor, depende la sobrevida, a lo
mejor lúcida, de la persona operada. Un amigo presta oídos a un desahogo y
llamado de ayuda de alguien que duda sobre si se separa de su pareja. Escucha,
asimila los datos, supone cuáles son las emociones, pondera los afectos en
juego, las personalidades de los protagonistas, piensa en el tema del dinero,
en los posibles futuros de cada miembro de la pareja, en la suerte de los
niños, en sus propios sesgos, en qué y cómo decir ahora lo que está pensando.
En un momento dado este amigo debe ser muy preciso, focalizado, para decir, por
ejemplo, seguimos hablando mañana, o pedir autorización para hablar con la
pareja, o manifestarse con un abrazo. Pasada la operación, al cirujano se le
preguntará, con ansiedad, sobre el futuro, sobre las posibilidades laborales y
de recreación. Su actitud es importante. Su empatía, su seguridad, su capacidad
de matizar, de discriminar qué le cuenta a quién. La precisión y la amplitud
son, por separado, necesarias pero no suficientes, Se complementan, se
completan. Debieran ser sinérgicas.
En el trabajo de desarrollo personal este equilibrio
entre atención focal y apertura a las relaciones de las acciones y los hechos
corresponde a una exigencia de madurez imprescindible. Pedimos seguimiento de
disciplinas y también un poder disfrutar y crecer con lo sorpresivo, único, de
cada instancia de la vida cotidiana. Invitamos a destinar un tiempo para la
revisión diaria, una conversación con un determinado amigo, una visita a cierto
lugar, una lectura muy definida. Por otro lado, recomendamos analizar un
"guión" de interacciones con alguien, siguiendo toda la línea causal
posible. Por ejemplo, tu jefe te habló en tono demasiado imperioso... bien,
imagínate en qué estaba pensando en ese momento, antes, durante el día, ayer,
cuáles han sido sus principales fuentes de interés en el último año, cuáles las
de las personas que colaboran y participan de la vida de él, cómo fue su
infancia... sus padres, su formación... los padres de sus padres.
Esta antinomia reproduce y amplía la perspectiva de la
tensión entre autonomía humana y pertenencia. Toda la realidad puede ser vista
desde el ángulo de que existe, a la "escala humana", la realidad de
la separación, de las cosas claras y distintas cartesianas, junto a la de la
integración, de que formamos un conjunto. Depende de si focalizarnos o
relacionarnos. Tanto la focalización como la relación pueden ser sanas,
integradoras, o reduccionistas, malogradoras de potencialidades de la vida.
El yo integrador se detiene, cuando es necesario, en
la instancia específica, aprende, por ejemplo, cómo se va a un lugar y cuáles
son las características del mismo, pero, también, se flexibiliza, absorbe las
incidencias del camino, los paisajes, las conversaciones, se abre a lo
inesperado de los encuentros y los hallazgos.
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