Apuntes de Amistosofía
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Nietzsche y las
separaciones en la Amistad
Nietzsche, el débil,
ha quedado como símbolo de la adhesión al poder.
Nietzsche, hijo de
un pastor protestante a quien en el colegio llamaban, por su espíritu
religioso, “el ministerito“, emerge como el gran admirador de Dionisos y
denostador de Jesús.
Nietzsche,
deslumbrado por Wagner, lo cuestiona a fondo y rompe con él cuando el
compositor estrena su Parsifal en Bayreuth.
Nietzsche, poeta,
poeta del pensamiento, abre caminos a la amistad con las posibilidades del ser
humano, más allá de su pleito con Sócrates y la razón o su instrumentalización
por el nazismo.
Más allá de su
conducta espontánea y de sus escritos, más allá de sus contradicciones, más
allá o más acá de su soledad, Nietzsche escribió este magnífico atisbo de la
amistad trascendiendo las contingencias la amistad de fondo, “la amistad de
estrellas”.
“Nos pasa que
ocurren las separaciones, emergen los muros y los golpeamos con desesperaciones
e impotencias”.
“Lo que más nos
aproxima a una persona es esa despedida, cuando acabamos separándonos, porque
el sentimiento y el juicio no quieren ya marchar juntos; y aporreamos con
violencia el muro que la naturaleza ha alzado entre ella y nosotros.”
Entonces, el gran
solitario, el poeta del súper hombre, nos propone esta visión humana, demasiado
humana.
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