Para Fábulas y Para Mitos15
Ícaro e Ícara
En la frivolidad no mostramos el
coraje de actualizar nuestra condición humana. Actuamos como si no existieran
los otros.
En la exaltación, obviamos los procesos, creemos poder superar
la incertidumbre a través de un
estado vivencial de plenitud, de una
auto imagen de gran relevancia, de
omnipotencia.
…Así, Ícaro se acercó al sol, volando con sus
alas de plumas sujetas con cera .
Su padre, Dédalo, se lo había advertido, antes
que abandonaran el laberinto:” no vueles muy alto , porque el calor del
sol te
va a derretir las alas; si vuelas muy bajo, cerca del mar, se te van a
humedecer.” Mientras lo decía, por alguna razón se le habían humedecido los ojos.
Dédalo iba adelante, señalando
el camino. De súbito, siente un grito
desgarrados. Se da vuelta y alcanza a
ver a su
hijo hundiéndose en el mar…
Dédalo ve con cierto alivio que llega Hércules, entra, decidido, al mar ,
se zambulle y vuelve a la supeficie con el cadáver de Ícaro.
Una escena paralela
Dédalo no alcanzó a ver la llegada
de ícara
En la orilla comentan unos pescadores : “iban volando como
pájaros, parecían dioses, pero..”
Un pescador comenta: “Yo
sueño muchas veces que vuelo... Es un
sueño repetido .Como si me dijera algo.
Lo que tengo claro es que soy persona y
no puedo volar…” …. En eso…
Los pescadores contemplan, ya absolutamente fuera
de sí , como se destacan en el cielo
dos seres de apariencia humana.
Afortunadamente no reconocieron a uno
de los seres que se dirigían al sol.
Iban al
so!, las alas compartidas, olvidando el camino, confiando en nubes
supersticiosas, hablando, ‑aun sin conocerlos, con cometas de todos los
colores, contemplando, las manos juntas, rebaños de días aún sin nacer.
El vuelo era largo y, conociendo el secreto, las
miradas de Ícaro e Ícara tejían alas
nuevas para el viaje más allá del sol.
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