domingo, 15 de noviembre de 2015

La Muerte está con Nosotros, libro de Carmen Obreque

Actualidad
Presentación del libro de Carmen Obreque “ La Muerte está con Nosotros “,en  el centro  de “Patrimonio”, en el Antiguo Hospital San José, el 12  -11-15

En la Muerte y en el  Nosotros

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Primera parte 

La muerte está con nosotros. El desarrollo personal, el  de los vínculos, el de las sociedades, el de lo humano… permite, llama, requiere reconocerlo, politizarlo. Sin embargo, nos defendemos de ello, intentamos negarlo. Procuramos huir, identificándonos con el poder, con el goce, con la autoridad, con la rutina, con las dependencias, con la actividad, con la dignidad, con las certezas… Parece ser  demasiado grande el don de ser  conscientes y transformadores de la realidad, de ser humanos. Deslumbra la construcción colectiva y como del saber emanan informaciones y objetos. Desde  el fondo insondable de la subjetividad, y a partir de las luces y sonidos de la exterioridad, se ha ido construyendo el puente de la afirmatividad   humana  desbalanceada,  donde se genera la  gran verónica a la muerte y, teniéndola en el cuerpo y en el alma, no la reconocemos. Heidegger, filósofo, nos dijo: “Somos seres para la muerte”. Desde Carmen, desde la poesía, viene un mensaje más preciso, “la muerte está con nosotros”.
La muerte está  con nosotros. Con cada una, con cada uno. Con nosotros. La angustia por el futuro, porque vamos a morir, invade, se hace gigante, es erupción de  terror,  evoca la nada, en la medida que la negamos o la  asumimos ya  aquí, con nosotros.
La muerte está con nosotros. Si no se ha posesionado  de nuestro centro, está aquí no sólo porque vamos a morir, sino porque no somos  sólo nuestro yo… somos con los otros, somos nosotros. La muerte se enseñorea  de nuestro futuro, y también de  nuestros abuelos, nuestro padres, nuestros maestros, nuestros amigos,  nuestros hermanos, nuestros hijos, quienes fallecen en paz y quienes son asesinados, las víctimas, de catástrofes, enfermedades, del hambre,  del estrés, de las represiones autoritarias, de las torturas, de las guerras. Alguien, parte de nosotros  muere en este momento. La muerte está en nosotros.
Intentamos ignorarla. Muy adentro, la suponemos ajena. No nos tocará. La rehuimos. La Rochefoucauld   nos dice “Ni al sol ni a la muerte podemos mirarlos de frente”.
La autora  mira a la muerte de frente, hasta la enfoca con su sol interno. Aprehende  a la ubicua, a la gran constante, y nos afirma: “La muerte nunca duerme”. Nos conduce a comprobar como se trata de una presencia ominosa, ajena a lo humano, confidenciando: “Bosteza ante mi discurso del sentido”. Frente al gran dilema  humano sobre la existencia, absurdo o sentido, la indiferencia de la muerte nos presiona, nos induce a adoptar lo absurdo como sentido

Entre nuestras estrategias para  protegernos de la muerte, consciente o inconscientemente, está la megalomanía, la ilusión de haber vencido a la muerte, con su máxima expresión en viajes espaciales de los tripulantes de la muy autónoma nave tierra. La poeta parece conectada con Momo, el dios expulsado del Olimpo por mirar a los  ojos  a Zeus ser supremo, Momo, el arquetipo de la crítica desde el humor, desde el sarcasmo. Extraemos de “Hemos vencido a la muerte”:
“…El es carne cósmica
   Polvo sideral
   Uvas astrales
   Millones de satélites  azules….
   …catapulta a la eternidad
   y somos infinitos”.
 Sin embargo,  está la angustia profunda, medular, visceral dejándonos débiles de ser.

Dice  “Angustia de muerte”:
                 “En dolor agudo
                   en víscera”
Además, como un círculo  complementario:
               “Nosotros  inasistidos,”
Mientras, contrastando, incorporando más angustia:
                 “El  sol afuera
                  como nuevo
                  como si lo hubiéramos
                  pintado de mañana”

En este otro ángulo de mira, de introvisión, insight,  la belleza  cotidiana parece comportarse como  edulcurante, como portadora de velos y, a la vez, como contraste con la muerte y como tentación de existir, a pesar de  todo…


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