Desarrollo
Personal y Cambio Cultural 5
Estamos alternando nuestras notas en Face Book en
tres aproximaciones que llamamos Actualidad, Para Fábulas y Para Mitos y
Desarrollo Personal Y Cambio Cultural.
El sábado daremos inicio a una página llamada Apuntes de Amistosofía.
EL DESARROLLO PERSONAL, TAREA DE SIEMPRE E IMPERATIVO
DE NUESTRO TIEMPO.
Segunda
parte
Hay un creciente predominio del énfasis en los medios
sobre la conciencia de los fines. Ello, en el contexto de que la dedicación al
hacer opaca a la contemplación, la reflexión, la comunicación profunda, la
imaginación social y ecológico y la búsqueda de sentido, conformando en la
cotidianidad un pragmatismo extremadamente desequilibrado, en un crisol en que
se funden el consumismo, la dependencia de la realidad virtual y el culto
narcisista al individuo.
La orientación hacia el desarrollo personal se ve
tensada por su confusión y su reducción frecuente al campo terapéutico, en que
se excluye a los ciudadanos y ciudadanas considerados "sanos". El
desarrollar la conciencia, revisar el proyecto de vida, redefinir la vida, es,
para muchos, una tarea asociada al enfrentar las crisis y enfermedades
psíquicas, con ayuda de un psicólogo o un psiquiatra, no una conducta
"natural", sana, evolucionada.
Otro factor que oscurece el reconocimiento del
derecho, la necesidad y la responsabilidad ciudadana frente al desarrollo
personal, es que hay una vasta constelación de propuestas, en este ámbito,
inscritas en la matriz pragmática mercantil del sistema, sin referentes claros
de fines o de validación de las disciplinas y metodologías utilizadas.
Coexiste con ello una creciente proliferación de
enseñanzas dogmáticas, algunas cercanas al fundamentalismo autoritario, que no
alientan un genuino espíritu de independencia en la búsqueda de metas y
referentes personales.
La asimetría entre el proliferar de lo operativo y lo
magro, larvado, de las visiones de conjunto, se profundiza por el papel
relevante, en esta sociedad, del poder de los adultos jóvenes y la tendencia a
relegar a la tercera edad, la generación de la apertura a la integración, a la
sabiduría, a un lugar marginal sin incidencia en la orientación de la cultura.
La práctica de un trabajo en desarrollo personal,
orientado a afirmar el derecho a desarrollar las potencialidades humanas, a
cambiar la vida del individuo, influir en sus circunstancias, desarrollar un
sentido crítico ante la cultura vigente, tomar una posición ante la evolución y
la vida, ha pasado a ser un derecho, un deber y una necesidad. Vivimos una
crisis de civilización, difícil de separar de una crisis evolutiva. Hay,
consecuentemente, grandes amenazas y grandes oportunidades. Es una época
apasionante, compleja, que puede vivirse como rutina, con referentes estrechos,
sin imaginación, reflexión ni corazón. Manipulando instrumentos, haciendo
gimnasia bancaria, recorriendo vitrinas, identificándonos con los personajes de
las teleseries, buceando sin respiro en el computador, involucrándonos en cosas
pequeñas, se nos escapa, con frecuencia, el sentimiento de estar vivos, de ser
testigos del despliegue del cosmos, del misterio último, de que el tiempo es
limitado y viene la muerte... de ser ésta nuestra oportunidad cierta de
existir. De aprehender la vida con sentido de responsabilidad y participación
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