jueves, 29 de octubre de 2015

Para Fábulas y Para Mitos 2

Para  Fábulas y  Para Mitos 2
Dulcinea  Aldonza1

Hay cosa que se han ido sabiendo sobre  Cervantes, Alonso Quijano, Dulcinea y el señor Panza


Deambulando por un pueblo cuyo nombre   no se ha podido recordar, se escuchan algunas versiones  no  tradicionales   sobre  la vida y  el modo  de ser  de doña Aldonza. Bueno, se dicen tantas   cosas…Sólo referiremos  las dos  más  reiteradas por los lugareños.La referencia a Aldonza Dulcinea Lorenzo y a Miguel de Cervantes Saavedra y la concerniente a Doña  Aldonza y al señor Sancho Panza.

Aldonza,  y Miguel

Pasó, como siempre, frente al molino próximo al caserío...La luz del alba le dio esa antigua sensación  de apertura, de confianza en sí.
 Aquella perdida tantas veces en el naufragio de los crepúsculos.
 Sí,  ella era, en cierto modo y para siempre, una aldeana, pero tenía otros mundos. Otros mundos  dentro de éste, algunos  dirían, más bien  después del  nuestro.

  Captaba, a distancia, sin conocerlo personalmente, el mundo complejo, creador, de Miguel. Ella le comunicaba ideas, argumentos. Eran  momentos especiales para el escritor Tal vez, según el  mismo lo mentaba, de aquellos propios  de poeta “cuya gracia  no quiso darle el cielo…”

Todo se aclaró. Hasta la madrugada parecía estar más nítida. La narración iba a seguir. El lector a quien se le secó el cerebro se enamoraría de Aldonza,  una  aldeana aparentemente imaginaria, pero, al fin  y al cabo,  bastante real.

 Así, dejaría de circular aquello de “ A falta de moza tiene su Aldonza.” Lo pequeño puede ser hermoso. En cualquier mundo.





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