Para Fábulas y
Para Mitos 2
Dulcinea Aldonza1
Hay cosa que se
han ido sabiendo sobre Cervantes, Alonso
Quijano, Dulcinea y el señor Panza
Deambulando por un pueblo cuyo
nombre no se ha podido recordar, se
escuchan algunas versiones no tradicionales sobre
la vida y el modo de ser
de doña Aldonza. Bueno, se dicen tantas
cosas…Sólo referiremos las
dos más
reiteradas por los lugareños.La referencia a Aldonza Dulcinea Lorenzo y
a Miguel de Cervantes Saavedra y la concerniente a Doña Aldonza y al señor Sancho Panza.
Aldonza, y Miguel
Pasó, como siempre, frente al
molino próximo al caserío...La luz del alba le dio esa antigua sensación de apertura, de confianza en sí.
Aquella perdida tantas veces en el naufragio
de los crepúsculos.
Sí,
ella era, en
cierto modo y para siempre,
una aldeana, pero tenía otros mundos. Otros mundos dentro de éste, algunos dirían, más bien después del
nuestro.
Captaba, a
distancia, sin conocerlo personalmente, el mundo complejo, creador, de Miguel.
Ella le comunicaba ideas, argumentos. Eran
momentos especiales para el escritor Tal vez, según el mismo lo mentaba, de aquellos propios de poeta “cuya gracia no quiso darle el cielo…”
Todo se aclaró. Hasta la madrugada parecía estar más
nítida. La narración iba a seguir. El lector a quien se le secó el cerebro se
enamoraría de Aldonza, una aldeana aparentemente imaginaria, pero, al
fin y al cabo, bastante real.
Así, dejaría
de circular aquello de “ A falta de moza tiene su Aldonza.” Lo pequeño puede
ser hermoso. En cualquier mundo.
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