La complementariedad
de lo poético y lo prosaico 7
La dimensión poética de la vida:”vivir poéticamente es vivir para vivir.”
Un texto de Edgar Morin
La poesía no es sólo una variedad de literatura, es también un
modo de vida en la participación, el amor, el fervor, la comunión, la
exaltación, el rito, la fiesta, la embriaguez, la danza, el canto, que,
efectivamente, transfiguran la vida prosaica hecha de tareas prácticas,
utilitarias, técnicas. (...) Fernando Pessoa decía que en cada uno de nosotros hay
dos seres, el primero, el verdadero, es el de sus ilusiones, de sus sueños, que
nace en la infancia y prosigue toda la vida; el segundo, el falso, es el de sus
apariencias, sus discursos y sus actos. Podríamos decir de otra forma: en
nosotros coexisten dos seres, el del estado prosaico y el del estado poético;
esos dos seres constituyen nuestro ser, son sus dos polaridades, necesarias una
para la otra: si no hubiera prosa no habría poesía, el estado poético no se
manifiesta como tal sino en relación con el estado prosaico. Tenemos necesidad
vital de prosa, porque las actividades prosaicas nos hacen sobrevivir. Pero muy
a menudo, en el reino animal, las actividades de supervivencia (buscar comida,
perseguir la presa, defenderse contra los peligros y los agresores) devoran la
vida, es decir el goce. Hoy, en la tierra, los humanos dedican la mayor parte
de su vivir a sobrevivir.
Tenemos que actuar para que el estado secundario
llegue a primario. Hay que tratar de vivir no sólo para sobrevivir sino también
para vivir. Vivir poéticamente es vivir para vivir.
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