La
complementariedad de lo prosaico y lo poético 16.
El Premio Nobel
de Saint John Perse.
El discurso de
Saint John Perse se presta para un seminario de
reflexiones e intuiciones sobre
la complementariedad de lo prosaico y lo poético.
Por ejemplo ,después
de la lectura del discurso van estas tres preguntas:
¿El pensamiento desinteresado acerca la sabiduría a la poesía?
¿La sabiduría no
es poética?
¿No son hermanas
la filosofía y la poesía?
Saint John Perse
Discurso al recibir el Premio Nobel (1988)
He
aceptado para la poesía el homenaje que aquí se le rinde, y tengo prisa por
restituírselo.
La
poesía no recibe honores a menudo. Pareciera que la disociación entre la obra
poética y la actividad de una sociedad sometida a las servidumbres materiales
fuera en aumento. Apartamiento aceptado, pero no perseguido por el poeta, y que
existiría también para el sabio si no mediasen las aplicaciones práctica de la
ciencia.
Pero
ya se trate del sabio o del poeta, lo que aquí pretende honrarse es el
pensamiento desinteresado. Que aquí, por lo menos, no sean ya considerados como
hermanos enemigos. Pues ambos plantean idéntica interrogante al borde de un
común abismo; y sólo los modos de investigación difieren.
Cuando
consideramos el drama de la ciencia moderna que descubre sus límites racionales
hasta en lo absoluto matemático; cuando vemos, en la física, que dos grandes
doctrinas fundamentales plantean, una, un principio general de relatividad,
otra, un principio ‘cuántico’ de incertidumbre y de indeterminismo que
limitaría para siempre la exactitud misma de las medidas físicas; cuando hemos
oído que el más grande innovador científico de este siglo, iniciador de la
cosmología moderna y garante de la más vasta síntesis intelectual en términos
de ecuaciones, invocaba la intuición para que socorriese a lo racional y
proclamaba que ‘la imaginación es el verdadero terreno de la germinación
científica’, y hasta reclamaba para el científico de los beneficios de una
verdadera ‘visión artística’, ¿no tenemos derecho a considerar que el
instrumento poético es tan legítimo como el instrumento lógico?
En
verdad, toda creación del espíritu es, ante todo, ‘poética’, en el sentido
propio de la palabra. Y en la equivalencia de las formas sensibles y
espirituales, inicialmente se ejerce una misma función para la empresa del
sabio y para la del poeta. Entre el pensamiento discursivo y la elipse poética
¿cuál de las dos va o viene de más lejos? Y de esa noche original en que andan
a tientas dos ciegos de nacimiento, el uno guiado con el instrumental
científico, el otro asistido solamente por las fulguraciones de la intuición.
¿Cuál es el que sale a flote más pronto y más cargado de breve fosforescencia?
Poco importa la respuesta. El misterio es común. La gran aventura del espíritu
poético no es inferior en nada a las grandes entradas dramáticas de la ciencia
moderna. Algunos astrónomos ha podido perder el juicio ante la teoría de un
universo en expansión: no hay menos expansión en el infinito moral del hombre:
ese universo. Por lejos que la ciencia haga retroceder sus fronteras, en toda
la extensión del arco de esas fronteras se oirá correr todavía la jauría
cazadora del poeta. Pues si la poesía no es, como se ha dicho, ‘lo real
absoluto’, es por cierto la codicia más cercana y la más cercana aprehensión en
ese limite extremo de complicidad en que lo real en el poema parece informarse
a sí mismo.
Por
el pensamiento analógico y simbólico, por la iluminación lejana de la imagen
mediadora y por el juego de sus correspondencias, en miles de cadenas de
reacciones y de asociaciones extrañas, merced, finalmente, a un lenguaje al que
se trasmite el movimiento mismo del ser, el poeta se inviste de una
superrealidad que no puede ser la de la ciencia. ¿Puede existir en el hombre
una dialéctica más sobrecogedora y que comprometa más al hombre? Cuando los
filósofos mismos abandonan el umbral metafísico, acude al poeta para relevar al
metafísico; y es entonces la poesía, no la filosofía, la que se revela como la
verdadera ‘hija del asombro’, según la expresión del filósofo antiguo para
quien la poesía fue asaz sospechosa.
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