Entre la
Separación y lntegración 76
Los grandes
referentes
Las fábulas
abiertas
Este referente
debe , sorprender. La racionalidad integradora-separadora está en la base de esta basta
temática de la separación
integración, es fácil entender el papel de la salud integral, dela salud del
poder, de la ecología del yo. También de
los otros referente, todo en mayor o menor medida. Sin embargo, cuando hablamos de
referente tan específico como las
fábulas abiertas entramos a un ángulo de
miras que ni siquiera figura en las propuestas
asociadas al nuevo paradigma cultural básico.
Ocurre que
estamos entregando una
propuesta personal “integrada “ a una corriente en que se da
una unidad en la diversidad.
Hemos trabajado
con el tema de las fábulas , tanto en educación comunitaria , como a
través de vatios libros y hemos
publicado algunas fábulas en este , nuestro Face Book
La fábula es una
narración breve en que con un ejemplo se pretende plantear una enseñanza.
La historia es
larga, siendo hitos el Panchatantra de
la India, Hesíodo. Esopo, Fedro Leonardo Da Vinci, La Fontaine, , Lessing
Samaniego, Iriarte, Krylov, Anouilh…
La fronteras con
las parábolas, los apólogos, los proverbios, las leyendas los mitos son
importantes, pero no susceptibles de ser
abordadas en este espacio.
Lo que nos ha
interesado es intervenir fábulas
clásicas ,junto con mi os ,leyendas
y grandes libros inclasificables
como e l Principito y Alicia en el País
delas Maravillas, con el ánimos no de aportar
con un aporte específico como
cuestionar la avidez , el miedo o la
deslealtad, al estilo de las fábulas clásicas con su respectiva moraleja,
sino apuntar a la apertura dela
imaginación paradigmática a
invitar a vivir un vivir un
equilibrio , na integración delo poético y lo prosaico.
En ese sentido ,
hablamos de fábulas inconclusas, sin moraleja y de
fábulas abiertas, en que el objetivo es , esencialmente, la apertura. Fábulas
en que se legitima el derecho
a la vida, a la relación armónica
con la naturaleza, el asombro ante el misterio y lo multiversal, la
cercanía con a creatividad y con la belleza
Va un ejemplo ,
en que en relación a la tan conocida f ábula La Gallina de los Huevos de Oro. Se ha conservado el hilo
argumental básico, pero se insinúa y se apunta a más dimensiones de la
realidad.
PODER
Con qué placer iba a recibir los huevos de
oro. El paso felino, raudo, alado, lo conducía, al primer atisbo de sol
matinal, hacia el lecho próximo, en cuyos pies relumbraban los huevos dorados,
mientras la gallina cubría una cara extenuada y pretendía dormir.
Los tocaba, inquieto, tal vez furtivo, el rabillo del ojo en su
acompañante, dama de pasado nebuloso, amenazante, incoloro. Los dedos traían,
pronto, las noticias reconfortante habituales, todo en su sitio, la dureza, el
frío, el contorno del metal noble. Ahora, el reconocimiento reprimido a la
gallina, madre escultora. Rápido, la certeza del sigilo, la reserva absoluta,
la complicidad del silencio en la carrera hacia el escondite secreto. Allí,
centelleando, la algazara espectral, hierática, la danza coagulada de los
huevos de oro en colección fabulosa. Cascadas de risa anaranjadas, imponentes.
Sabor gratísimo de tener, ansiedad de palpar ahora con las manos, los brazos,
los pies, los codos, las orejas palpitantes, Oro. Codicia de paladear solo,
infinitamente solo. Lejanos, deseos de urgir más a la gallina. Si pudiera saber
cómo había aprendido este arte. Cómo persuadirla a contar, a dar cuerpo a su
pasado fantasmal.
Algún día ella moriría y se llevaría su secreto, el origen de su talento
para poner huevos de oro. Tal vez, si la llevara al médico amigo. Un examen.
Aunque no colaborara. La sabiduría de su amigo, el ir arrancando tierra de
recuerdos de ese vacío asfixiante, abisal hasta lo mortecino
Sintió una extraña opresión, como el recibir una mirada con resolana, de
un fulgor pálido y a la vez terebrante. Por un momento creyó verla a ella, como
en ese primer encuentro, turgente, magnánima, próxima. Ella allí, sin estarlo
realmente, pero luego fue un leve murmullo en la macisez del oro y una sombra
esquiva en el matiz del amarillo.
Cuando la solidez de la mañana, en un instante, le ayudó a tomar su
propio centro, y miró, ávido, codicioso, desesperado, en paroxismo, tenia ante
si una enorme, una estupenda colección de huevos de gallina.
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