Lo Cotidiano y lo Universal 38
La crisis política y la apertura hacia el nuevo paradigma
Que estamos en una crisis política se va convirtiendo en algo consensual. Surgen voces pidiendo más
autoridad presidencial.
Pareciera que sólo se hablara de
la autoridad del mandar y el
obedecer. Hay poco espacio para la reflexión, sobre la autoridad moral. Aquella
que emerge del ejemplo. La que
empieza a mostrarse con la convergencia hacia pedir transparencia, hacia asumir la necesidad de que los poderes mantengan su
independencia.
Se atisba aquella
que se conversa todavía en
pequeños grupos, en minorías críticas. Se asoma la percepción de que la crisis en la política deja entrever la realidad de la crisis de la política.
Crisis de la concepción de la
política, la vigente, la de la
democracia de piel, que no alcanza a los derechos humanos integrales y a la relación del ser humano con la
naturaleza. Crisis por la falta de
una verdadera política del ser humano y su lugar en la evolución.
El maravilloso
desarrollo científico técnico limita, obnubila, impide ver como la vida se hace con menos miras al sentido, más centrada en el momento, más mecánica, más individual, con cada vez
menos diálogo, con un sentido común que excluye la mirada al otro, a la humanidad, a la naturaleza, a la
trascendencia.
El legítimo goce de
aprehender la vida, de compartir y cooperar en su desarrollo, pasa a
segundo plano en un mundo en que
predomina el poder de
acumular, de tener novedades,
lejos del asombro por la existencia, por el universo, por la vida, por el ser.
Se acerca la
conciencia de una crisis de una política que no comprende la salud integral, la
individual, la vincular, la grupal, la comunitaria ; l la somática, psíquica,
micro social, social, ecológica, existencial, epistemológica, espiritual…
Vuelve el llamado del movimiento planetario:
pensar, sentir, imaginar globalmente y localmente y actuar, comunicar, sentir tomando en cuenta desde la intimidad hasta el multiverso.
Hay crisis en
la política y es difícil que la oriente la clase política aislada, se necesita
un norte más amplio y más íntimo,
en lo político debe
intervenir, integrados, la ciencia y la espiritualidad, el trabajo comunitario
y la poesía…
La nueva
visión, el nuevo paradigma, requiere la convergencia de las miradas de las minorías
críticas con visión de planeta ,
de humanidad y de evolución.
Ello exige una formación más amplia en que el desarrollo personal permanente se
hermane con la acción
transformadora del sentido
común, de las relaciones humanas,
de las relaciones entre naciones, de las relaciones con la naturaleza y con la
trascendencia.
La tarea es
compleja y llama a un pensamiento
complejo, a un sentir hondo, a una
apertura a la espiritualidad, a
la integración de lo utópico
con lo pragmático concreto.
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