El Arte de Vivir 33
Destellos de la Vida Cotidiana
Semillas de Humanización
Presentación del libro Flores de Sangre de Mary
Judith Rees ,en el Café Literario de Providencia.
(Después de unas danzas celtas y del homenaje a las cuatro monjas
asesinadas en El Salvador, hace 34 años)
Agradezco la oportunidad de estar aquí, celebrando y
cons pirando con Judy, con
Francisco Huneeus , con Sonia Montecinos, que está entre nosotros, aunque no
pudo asistir de cuerpo presente, con tantas personas que buscan un
mundo en que la amistad dance y florezca hasta en la sangre.
Sí, siento que es otro gran aporte
de Cuatro Vientos, esta vez proyectado a la integración del feminismo,
la teología, la ecología, la sensibilidad social, el internacionalismo y la
literatura, en la lucha permanente por la dignidad humana.
Mi primer contacto con “Flores
de Sangre” fue en 1996. Si, en el siglo pasado… al leer una alusión al mismo libro en una
revista, que la mayoría de ustedes conocen, en que se menciona, como al pasar, una novela, esta novela, de la que se dice que es “bastante sentimental.”
La autora de esa calificación esta en esta sala y ustedes la identificarán muy fácilmente.
Leo la parte pertinente:
“En un sentido, pasé la década del 80 reflexionando sobre la década anterior, hasta escribí una
novela (bastante sentimental) sobre mi experiencia en El Salvador. Se
llamaba Flores de Sangre y estaba
destinada a las cuatro mujeres misioneras que fueron asesinadas por los militares salvadoreños en 1980 Una de ellas
–la hermana ursulina Dorothy Kazel-me reemplazó cuando salí del Salvador. Este acontecimiento
me afectó mucho y sentí que mi
vida era un don prestado y que tenía que
entregarlo completamente a los pobres.
Si tuviera que definir esta novela, diría que es un regalo. Si,
lo es para los que sufren la pobreza de medios básicos para vivir, pero,
también, para todas y todos los que coexistimos en esa nave espacial y ,diría
con mucha sinceridad, que es muy adecuada
para ayudar a quitarnos a
todos nosotros nuestra pobreza en
humanización.
Me alegra, me estimula profundamente, que Judy la haya publicado. En
algún momento, ella hablará, contará, enseñará, dialogará, sobre por qué optó un largo tiempo por no publicarlo.
Yo sólo me permitiré diferir de su opinión, de allá entonces, en el
siglo pasado.
Hay dos formas de entender
la expresión “novela sentimental.”
Una, es la de la disciplina
literaria a la que la voz autorizada de Marcelino Menéndez Pelayo remonta al gran Boccaccio y la asocia a la intimidad, al mundo subjetivo,
desprovisto del aire libre de la acción , de las circunstancias, de los
contextos sociales e históricos.
Difícil considerar así esta
obra, situada en el dominio de los
avatares del macro poder de
dominación, de la lucha
entre opresores y oprimidos en el contexto de una época en que
sectores partidarios de la transformación social, cristianos y marxistas, asumían la opción de la
lucha armada frente a dictaduras
conservadores de América Latina.Un libro donde queda bien visible la imagen de El Salvador, el
Pulgarcito de America de Gabriela
Mistral, el país en que Roque Dalton, el poeta asesinado escribió :
“… Creo que el mundo es
bello,
Que la poesía es como el pan de todos.”
La otra manera de entender
lo de “bastante sentimental”, es
ponerse, vivenciarse, en lo que uno siente cuando se alude
a lo “bastante sentimental” como
el apuntar hacia algo psicológica, valorativa, políticamente,
tal vez, cartesianamente incorrecto.Un desequilibrio con
respecto a lo esperable, lo adecuado, lo “normal”.
Mi percepción es otra. Flores de Sangre empieza en un lenguaje, en un ritmo, en una tensión
adecuada, armónica, entre lo explicitado, lo sugerido y los debidos silencios. Una redacción transparente
en que la forma de escribir no se transforma en un
personaje abstracto, no
hay prurito de lucimiento; sí,
demostración de claridad y de capacidad de navegar entre el detalle y síntesis.
Lo esencial del libro es el logro, más allá de lo sentimental ,en
un sentipensar. Está el tono, los altos y bajos, lo trágico y lo que justifica la vida.
Como lector, viví esa emoción especial hacia la vida que contradice al Anouilh diciéndonos :”la
vida es muy bella cuando a
uno se la cuentan o cuando la lee en los libros, pero tiene un
inconveniente , hay que vivirla…”
Recorriendo el texto, casi
me convence el Dimitri Karamazov de Dostoievsky con su llamado a “ amar más la vida que el
sentido de la vida.”·
Leyendo e intentando compartir, me fui quedando con el aforismo de Kafka:
“Es concebible que el
esplendor de la vida se halla alrededor de cada uno en toda su plenitud, pero
veladamente, en lo profundo, invisible, muy lejos. Está ahí, ni hostil, ni indispuesto,
ni sordo. Llamándolo con la palabra adecuada, acude, Esta es la esencia de la magia, que no crea, sino que llama.”
Por eso. invito a leer esta novela realista,
que en medio del relato de una
guerra fraticida en
que un Goliat, explota, viola y
mata impunemente, se da la magia de un llamado a amar la vida, agradeciendo ese regalo, integrando la
lucha social, el desarrollo
personal y el diálogo, el arte, la ciencia abierta y la espiritualidad en una educación que ayude a salir del ecocidio y del patriarcado.
Por eso, invito a que ayudemos a convertir estas Flores de Sangre en muchas
semillas para la educación que
llama a la vida. Ello, a sabiendas que una buena novela, realista por ser afectiva, es “como el pan de
todas y de todos .”
No hay comentarios:
Publicar un comentario