Conversando desde
la Amistad (365)
LOS
PROBLEMAS PSICOSOCIALES Y EL NUEVO PARADIGMA 1989
Primera
parte
Salud Integral(7)
La
epidemiología, como toda ciencia, teórica o aplicada, define un
ámbito de supuestos, de ideas fuerzas, de metodologías, compartida por la
mayoría de los especialistas, adscrita a la identidad de la disciplina.
La
ciencia de la modernidad está supeditada, a su vez, a una
orientación básica, a la que, siguiendo a Kuhn, se ha llamado un paradigma. En
este caso un paradigma fundante (1). Es la visión de la realidad, del ser
humano, que inauguran Descartes y Newton, la propia de la física clásica. Para
Descartes hay una separación neta entre realidad externa y conciencia, res
extensa y res cogitens. El conocimiento se adquiere a través de ir
aprehendiendo lo claro y lo distinto. La aproximación predominante es el
análisis, el trabajo con las "partes". El universo de partes de
Newton es ajeno a la visión integral, participativa, encantada, al decir de
Berman, del paradigma anterior, el del medioevo (2).
El
paradigma, es decir el conjunto de supuestos básicos compartidos en la
modernidad, incluye, de acuerdo a Rafael Echeverría, siete grandes rasgos que
informan la filosofía moderna, y que, en la actualidad aparecen cuestionadas
(3). Ellos son:
a)El
dualismo, la separación entre conciencia y materia.
b)Complamentando
lo anterior, la distinción absoluta entre sujeto y objeto.
c)El
sesgo cognitivo. Lo que Boff ha llamado el predominio del logos (4).
d)La condición rectora de la conciencia.
e)El conocimiento como representación.
f)El lenguaje como medio básico de "dar cuenta".
g)La opción analítica dominante frente a las instancias de síntesis, a la holisis,
Estos supuestos han sostenido una opción antropocéntrico en la relación con la naturaleza, y, en
el fondo, un, sesgo individualista en las relaciones humanas. Se ha
creído en la posibilidad del progreso indefinido en función de un dominio
creciente sobre una naturaleza supuestamente separada, ajena al ser humano. Se
ha entendido que es en el proyecto individual, ahincado en lo consciente, en la
razón, donde residen les claves del sentido de la vida. De acuerdo con
la cosmovisión moderna, actualizadora, el paradigma no se pregunta sobre los
orígenes, sobre lo que fue el caso original, no hay asombro, no hay misterio;
le vida "normal", la normada por el paradigma dominante, es
construcción, es manipulación (5).
La primera guerra mundial vino a plantear la señal de una inquietud creciente. En el
progreso podían darse condiciones de riesgo para la propia supervivencia de la
especie. De allí la expresión de Paúl Valery "nosotros, las
civilizaciones, ahora sabemos que somos mortales" (6).
Lo posterior es conocido. Este es el siglo de
Guernica y de Auschwitz, de Hiroshima y Chernobyl. La voz de alarma ha sido
dada, están muriendo los mares, se
hacen inhóspitas las ciudades, se acumulan armamentos nucleares miles de veces
superiores a los que destruyeron Hiroshima y Nagasaki.
Se reconoce la existencia de una crisis epocal, de
una megacrisis. Crisis en medio de un desarrollo vertiginoso de la tecnología. Crisis por riesgos bélicos y ecológicos, crisis porque nos
encontramos inermes ente el auge de la cultura de las drogas, 1a violencia, la
incapacidad de contar con una cultura de consenso para enfrentar el sida o las
desigualdades sociales (7).
Es en ese contexto que podemos ver el embarazo de
la adolescente, el alcoholismo o el tabaquismo. Siempre han existido conductas
dañinas para la salud. Lo específico es su
mantencion, su aumento, en un mundo en que el ser humano parece disponer de
inesperados, de impensables medios de comunicación y de control, de un manejo
racional de las circunstancias de aparente progreso indefinido.
La razón desbalanceada y su proyección a través de la actividad científica técnica
semejan un inmenso Frenkestein que está lejos de traer la felicidad, la
satisfacción de las necesidades humanas, de paz, esperanzas, salud integral.
Es por eso, que, desde distintas ópticas, por diferentes caminos
epistemológicos, aportados por uno gama multicolor de movimientos y
experiencias sociales, se abren paso interrogantes sobre el paradigma dominante, surgen
las bases de un nuevo paradigma.(8)- (9).
La física cuántica, el principio de incertidumbre, la teoría de la
relatividad, han debilitado las bases de la visión mecanicista del mundo.
Ella no se sostiene cuando se nos dice que le
materia es energía, que el tiempo es
inseparable del espacio, que una misma entidad puede ser ,al mismo tiempo, onda
y corpúsculo.
En la biología predomina la visión sistémica, mientras que la imagen del ser humano
que nos muestra la psicología, integra las pulsiones biológicas inconscientes
con el reconocimiento de las experiencias extrasensoriales, la importancia de
los valores, y la multiplicidad de estados de conciencia, más allá de la vigilia ordinaria.
En este horizonte que emerge, el de un nuevo
paradigma, hay una idea fuerza consensual, un diagnostico, la visión epidemiológica del desarrollo humano
evidencia un predominio en el cambio social, en la evolución de la conciencia,
en la vida cotidiana, informada por lo secuencial, lo lógico, lo operativo, por sobre lo
intuitivo, lo sensible, lo analógico. Predominio del hemisferio izquierdo sobre
el derecho. Del yang sobre el ying en el lenguaje taoísta. Del logos sobre el
eros, para Leonard Boff, de la autonomía sobre la participación, en términos de
Tillich.(10).
Este predominio, creemos nosotros, expresa, en última instancia, una opción
existencial e histórica. El ser humano tiene, además de sus necesidades
físicas psíquicas y sociales, la necesidad de enfrentarse a su problema
fundante de ser consciente, de darse cuenta que tiene que enfrentar la
realidad(ll). Los instintos, la sensualidad, la Técnica, no eliminan las
preguntas básicas sobre el sentido de la vida, ¿Para que estamos aquí?, Se
rompió el consenso medioeval, el asidero en la fe, en el dogma. La modernidad
se fugó hacia adelante, hacia la acción, hacia lo operativo; la conciencia fue
dirigida hacia la manipulación de la realidad objetiva.
En los márgenes de la cultura dominante la conciencia se vuelve sobre si misma en los estados místicos y busca
un sentido, una participación, busca lo trascendente, mas allá del paradigma
analítico. En la intimidad de la pareja o en la soledad de la sensualidad
individual, en los estimulantes o estupefacientes, en le creación artística, en
el bar, en el consumo, frente al televisor, se manipula la conciencia, se busca
otra relación con la realidad, interviniendo nuestra mediación con la realidad,
cambiando nuestra conciencia.
La búsqueda sexual y su posible traducción en sida, sífilis, violación o
embarazo. El alcohol del adicto, el bebedor excesivo o el que tiene embriaguez
patológica. El fumar simple, de compensación de la angustia o de hábito
compulsivo, tienen siempre un cortejo de factores circunstanciales, situacionales, biográficos,
culturales, biológicos. Nos parece importante, además, filiarlos con la crisis
actual, aunque sean partes, continuación de prácticas ancestrales, porque
corresponden a características, a la crisis estructural del ser humano, que los
graves problemas del presente poseen de manifiesto y hacen indispensable
encarar.
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