Conversando desde la amistad (156)
La relación testigo
En nuestras conversaciones el tema del testigo aparece, habitualmente,
en el ámbito judicial, asociado a la defensa de acusados, a la fundamentación de acusaciones. Por otro lado, es
inseparable de la función de los medios de comunicación en que los hechos relevantes, lo digno de ser noticia, se
nutre de los testimonios de testigos. En la búsqueda de lo más esencial de una cultura, de un período de la historia, de una disciplina…se acude al
testimonio, a las y los testigos
relevantes.
En el mundo de los vínculos,
en las parejas, las
relaciones fraternas, las de
padres e hijos, las de abuelos y
nietos,las amistades, los compañerismos de trabajo, los equipos, las células y
los núcleos políticos… los testigos juegan un papel importante al ser sesgados, o ecuánimes,
comprometidos o distantes, observadores , objetivos, reflexivos o carentes de
esas condiciones.
En el muy abigarrado campo del desarrollo personal, juega en primer plano el papel de quienes desempeñan
el papel de facilitadores, educadores, terapeutas … testigos d pertsonas “ a su cargo”.
Visto con el sesgo o el lente de la participación ciudadana y del
tránsito hacia una mejor convivencia, la vida más ecológica, la profundización de la democracia, la salud
integral…la testiga, el testigo adquiere
un lugar especial, como parte integrante del desarrollo humano, de la
promoción de salud.
El gra tema humano es su dimensión esencial, el centro. El complejo, el misterioso
yo. Oscilamos entre la
hipertrofia del yo, el
autocentrarnos, el situarnos en el ego, y , en el otro polo, el perder la
individualidad, el camino de la individuación, el dejarnos conducir por lo
instintivo o por lo normativo .Nos cuesta, nos duele la ecología del yo…
Um factor importante,
en este problema del desarrollo,
de esta cultura individualista y “cosista” y de la historia
del llamado homo sapiens… es que
no estamos
“adecuados” para actuar y ,
al mismop tiempo vernos a nosotros
mismos. Si llegamos a interesarnos en cuidar nuestro modo de
actuar , en guiar nuestro desarrollo, lo hacemos revisando o anticipando lo hecho, pero dificilmente siendo testigos avezados, totalmente confiables, de nosotros mismos.
Es interesante contrastar lo dicho con el juicio de Séneca: “De ningún testigo
deberíamos hacer más caso que de
nosotros mismos”
Séneca, filósofo, amigo real de la sabiduría, podía observarse con
más detenimiento , con más sentido
crítico, con más profundidad , que cualquiera de sus contactos. Sin embargo, tal vez en su mismo caso existía el punto ciego de no poder visualizar bien el efecto de
su propio desarrollo en
los otros, más limitados ,haciéndole encrespado el camino de ver como el otro percibía sus enseñanzas y su conducta. Además,
su lucidez en el ámbito de
las ideas no lo hacía omnipotente en el
dominio oscuro, de corrientes
encontradas,de la realidad emocional.
Somos seres incompletos con vocación de participar en un proceso inacabable de ir completándonos
a nosotros mismos y, en lo posible, cooperar en ello con los otros.
En nuestra vida con presión de prisas y banalidades, las
relaciones testigo, la dimensión testigo de nuestras relaciones, no tiene la
valoración que se merece.
En todos los círculos
en que entra la confianza, desde la intimidad de la pareja a la
responsabilidad en los grandes movimientos espirituales, pasando
por el núcleo vivo de las
amistades, se da la función humanizadora
manifiesta o latente
del ser testigo, la responsabilidad de espejear, con
ecuanimidad y con pasión, , con un arte , abierta a la revelación , al preguntarse cómo expresar al otro lo que el otro no desea, teme, odia… y necesita
escuchar.
El ser testigo, hoy reservado en
gran parte a la realidad de los
accidentes, los problemas, las novedades, es parte de la
tarea inmediata de poner el
desarrollo personal en la higiene, en la cotidianidad, en los esfuerzos por
cambiar la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario