Conversando sobre la Amistad(394)
Amistad con la
adolescencia
La adolescencia tiene sus razones que las otras edades no sueles
comprender... Ese no es el caso de Texia Roe, educadora y escritores ,
que vive actualmente en Las Cruces y comparte allí, y donde se de la oportunidad, su entusiasmo por
los cuentos, por el Quijote , por
la educación y el desarrollo personal, por la vida.
Adolescencia
Texia
Roe
Envuelta en la brisa primaveral, Carmelita, observa sorprendida cómo un tímido encaje rojo asoma al borde de su delantal verde.
Dia a día el rojo invade al verde convirtiéndose en un llamativo quita sol un tanto insolente bajo la mirada ceñuda de sol.
Un día pasa indiferente el moscardón tocando monótono el violoncelo de siempre y muy abrigado con su abrigo rayado de líneas negras y naranjas. Ella lo mira hasta perderse a lo lejos.
Entonces al medio día enrojece aun más su rojo quitasol perfumando los pétalos con gotitas de "anhelo de amor".
Al vuelo vespertino el despreocupado moscardón huele el perfume sorprendido ante la belleza nunca vista de su hermosa Camelia... y ya todo sabemos de lo perdurable del primer amor.
Equilátero
Tímido hasta decir basta. Enmudece hasta la sola presencia de Bella ¿quién no tiembla al enfrentar sus ojos moriscos color miel, su boca de néctar divino y esa piel de orquídea abierto al sol primaveral.
Audaz, su mejor amigo, escucha la confidencia entregada como secreto de confesión.
¡Y por qué no se lo decís, imbécil!. Si a todas las minas les gusta tener un gil que ande baboso detrás de ellas, y tú lo estai. ¡Atrévete tarado, no seai mamón!.
Esperando el momento completa su cuaderno titulado "Declaraciones de Amor de un alma atormentada a la amada distante".
Un sábado cualquiera, Bella se acerca a Tímido y su voz de alondra se convierte en graznido de cuervo asesino al contarle que hace un mes pololea con Audaz pero ahora duda de su interés al sorprenderlo en miradas cómplices con su mejor amiga. Y fijando sus ojos en lo suyo le pregunta ¿tú crees en la amistad, Tímido?.
No, fue la respuesta.
Envuelta en la brisa primaveral, Carmelita, observa sorprendida cómo un tímido encaje rojo asoma al borde de su delantal verde.
Dia a día el rojo invade al verde convirtiéndose en un llamativo quita sol un tanto insolente bajo la mirada ceñuda de sol.
Un día pasa indiferente el moscardón tocando monótono el violoncelo de siempre y muy abrigado con su abrigo rayado de líneas negras y naranjas. Ella lo mira hasta perderse a lo lejos.
Entonces al medio día enrojece aun más su rojo quitasol perfumando los pétalos con gotitas de "anhelo de amor".
Al vuelo vespertino el despreocupado moscardón huele el perfume sorprendido ante la belleza nunca vista de su hermosa Camelia... y ya todo sabemos de lo perdurable del primer amor.
Equilátero
Tímido hasta decir basta. Enmudece hasta la sola presencia de Bella ¿quién no tiembla al enfrentar sus ojos moriscos color miel, su boca de néctar divino y esa piel de orquídea abierto al sol primaveral.
Audaz, su mejor amigo, escucha la confidencia entregada como secreto de confesión.
¡Y por qué no se lo decís, imbécil!. Si a todas las minas les gusta tener un gil que ande baboso detrás de ellas, y tú lo estai. ¡Atrévete tarado, no seai mamón!.
Esperando el momento completa su cuaderno titulado "Declaraciones de Amor de un alma atormentada a la amada distante".
Un sábado cualquiera, Bella se acerca a Tímido y su voz de alondra se convierte en graznido de cuervo asesino al contarle que hace un mes pololea con Audaz pero ahora duda de su interés al sorprenderlo en miradas cómplices con su mejor amiga. Y fijando sus ojos en lo suyo le pregunta ¿tú crees en la amistad, Tímido?.
No, fue la respuesta.
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