Conversando sobre la Amistad (335)
Amistad con un
componente muy central y poco “conversado” de la salud integral, la salud
del poder
La Salud del Poder
Una dimensión de la salud integral
Nuestro bosque de espeso y yerto pragmatismo,
acompañado-gran y comprensible
paradoja- por inútiles intentos de establecer momentos
utópicos absolutos, sin trabajo, disciplinas y procesos de aprendizajes
previos, nos aleja de la consideración de los árboles fundantes de nuestra
condición humana. Uno de ellos es el poder, ubicuo, hipócrita, denostado, tan parte nuestra como las
células o la esperanza.
Deseado
y no legitimado, el sentido común
hace del poder sinónimo de dominación, de relaciones ajenas a la
relación entre iguales y a la
complementación.
Nos proponemos sugerir algunos elementos de juicio
para el estímulo a las conversaciones, reflexiones y actividades formativas en
torno al poder humano, diferente al de la naturaleza, al de las máquinas, al de
los documentos notariales.
Tomamos como
ángulo de miras a la salud . Nos preguntamos por la salud del poder. La
intención es de contribuir a las búsquedas de “terceras vías, entre
el “pan pragmatismo” de la adscripción
acrítica al mundo, del uso
y de la adicción al poder, y el reino
etéreo o retórico de la
evasión hacia una negación utópica de la existencia y necesidad
del poder.
Cuesta admitirlo, pero hay un cierto sincretismo, una sobre posición de contenidos entre poder y salud. Poder
es capacidad, poder realizar
algo, con la imaginación, las manos, la voz, el dinero, la influencia, la inspiración…Cuando hablamos de
salud nos referimos a ciertas capacidades, poderes, postulados como positivos, tendientes a la
actualización de algunas
posibilidades humanas, goce,
comunicación, trascendencia,
identidad. Sí nos referimos a la capacidad vital, o a la de
integrar, como rasgos de salud, allí está implícito el poder como la medida de
sus alcances, lo que se “puede “ en vitalidad o en integración .
Hay un poder
de las diferentes dimensiones de la salud. A la inversa, se da,
igualmente, la salud de las diferentes expresiones del poder. Es una indicación
sobre la dirección de un determinado poder. A partir de una visión de salud
integral, de considerar como válida la salud de todas las personas, del
reconocimiento del valor de cada ser humano, el poder de dominación es propio
de una “mala salud”.
Profundizar
en la concepción del poder es relevante para los trabajadores de la
salud, la educación, el desarrollo social, los temas ambientales y la cultura,
en su sentido más específico, y para todo un país que pretende abrir un ancho
camino a la cultura .
Es un tema libre de recetas. Hay que examinar la el concepto en un mismo movimiento de revisión de uno mismo, en procesos
llevados a cabo con autonomía, lejos de prejuicios, dialogando, reflexionando.
Así se tiene la oportunidad
de pasar por encima de los sesgos y las necesidades
de mantener imágenes y se dan las
condiciones para contextualizar y
para profundizar el ángulo de miras sobre la política,
el ámbito colectivo de ejercicio del poder, en su conjunto.
¿Qué es el poder, cuáles son sus dimensiones? Al
contestar se ponen en acción ciertos “poderes”…atención, memoria, asociación,
seguridad, interés en estas
conversaciones … Todos tenemos poder, de un grado u otro, de preguntar, de
responder, de discriminar, de voluntad…la lista no tiene término.
Proponemos una
diferenciación simple de cinco dimensiones del poder. Ellas son el poder
de ser, el de la conciencia, el de la identidad, el de la fuerza o energía, el
de la dirección del poder.
A). El poder de ser
apunta a nuestra condición básica
de “existentes “, entes .
Es el más olvidado o negado en estos tiempos del “pragmatismo encéfalo
craneano”. Nos sitúa, al reconocerle, en la tensión esencial, ex-istimos, estamos fuera, tenemos nuestra
individualidad, pero
pertenecemos al todo,
participamos.
B). Contamos con el
poder de darnos cuenta, la “con- .ciencia”. Poder con su lucha, su contradicción, el doble
enfrentamiento con la incertidumbre epistemológica y con las opacidades del
inconsciente.
C). El poder de ser y
el de la conciencia se continúan con nuestro poder más personal, la identidad, el centro, el yo.
D). El poder
energía comprende un vasto,
diverso, espectro de contenidos .Hablamos de potencia sexual y de poder
económico, fuerza física y capacidad de convocatoria, poder militar y resonancia carismática…Es el poder
tangible, el único aparentemente
existente en el sentido común.
E). Las expresiones
del poder poseen distintas direcciones; la guerra, la
acumulación, las relaciones humanas, el desarrollo personal, el conocimiento,
el enriquecimiento, el trabajo, el control de una posición gubernamental, la expansión
territorial, la educación, la obra artística, el éxito deportivo. Toda la gama
posible de las metas humanas. Es la dimensión del poder más cercana a la salud,
la susceptible de ser llevada a términos valóricos
Para encarar la salud del
poder tomamos la directriz de la salud integral . En ella, en apretado resumen,
se considera el desarrollo del potencial de cada uno y de todos, en armonía
entre sí y con la naturaleza, rescatando la “escala humana”, el papel del ser
humano en el cosmos, la forma peculiar como se da la identidad bivalente, “cuántica “ de autonomía y participación en la comunidad, la humanidad, la vida
,el planeta.
Podemos considerar,
tentativamente, a grandes rasgos, como forma de animar un diálogo, las
condiciones siguientes que pueden ayudar a identificar a
un poder “sano”:
A). La
armonía entre la igualdad humana básica y el derecho a la diferenciación.
B). La
orientación hacia la sustentabilidad
C). El
equilibrio entre el poder de identificación acotado a lo más significativo y la
apertura a lo universal
D). La
sinergia entre el desarrollo de las personas y la búsqueda de medios
para facilitarlo
E). La
atención a las necesidades y derechos de todos
En relación al poder de dominación, hay tres grandes formas de establecer el poder
sobre otros, importantes para el estudio de la salud. Ellas son el poder
impuesto a la fuerza, el obtenido
por “autoridad” y el propio de la seducción que neutraliza la capacidad de discriminación
Entre la visión “supra humana “de negación de la
inevitabilidad, de lo constitutivo del poder y la adscripción
autoritaria a la legitimación del poder de
dominación, podemos optar por el
referente de la salud integral, por la búsqueda de la salud del poder.
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