Integrándonos con la vida 22
Alicia Cabello
LA FUENTE.
Estaba la fuente, originaria del principio,
De donde manaba toda sabiduría, todas las creaciones siquiera imaginables por esta torpe mente,
Afloraron de ella todos los mundos, todos los seres, desde su pensamiento.
De donde manaba toda sabiduría, todas las creaciones siquiera imaginables por esta torpe mente,
Afloraron de ella todos los mundos, todos los seres, desde su pensamiento.
Más antigua aún que la génesis de esta tierra.
De sus pensamientos más de mil soles y lunas nacieron, Dioses gobernantes, y quien sabe cuántas tribus.
De sus pensamientos más de mil soles y lunas nacieron, Dioses gobernantes, y quien sabe cuántas tribus.
Aún antes de la creación misma de este universo, de un Dios que al exhalar nos dio vida.
De ella sumergida en el no tiempo, que había nacido de su propio pensamiento, antes aun del mismo big bang,
Antes aún...
Antes aún...
Y luego habitaron anteriormente a los humanos, los supra humanos, y Contenían en ellos la sabiduría, en forma exacta, pura y éramos felices. Sabíamos de antemano los designios del futuro,
Quizás se separaron, algunos migraron a otras constelaciones y otros se sumergieron en la tierra para guardar tan valioso elixir de pensamientos, Quizás las tallaron en rocas, o en gemas y piedras de distintos colores, ¿Quién sabe de eso sino ellos? Y unos que otros que huelen algo de aquello
Quizás se separaron, algunos migraron a otras constelaciones y otros se sumergieron en la tierra para guardar tan valioso elixir de pensamientos, Quizás las tallaron en rocas, o en gemas y piedras de distintos colores, ¿Quién sabe de eso sino ellos? Y unos que otros que huelen algo de aquello
Y el hombre después coloco los muros, quizás por miedo, quizás por poder, para engañar y cambiar el curso de la humanidad,
Para crear una jerarquía, mantenernos ciegos al proyectar el miedo, de a poco fuimos sumergiéndonos en el letargo de la intuición, la dejamos dormir, y acatamos para ser “buenos”, lo que nos quisieron contar.
Para crear una jerarquía, mantenernos ciegos al proyectar el miedo, de a poco fuimos sumergiéndonos en el letargo de la intuición, la dejamos dormir, y acatamos para ser “buenos”, lo que nos quisieron contar.
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