domingo, 21 de julio de 2019

Amistad 23


 Amistad  23
Las  pre amistades que no germinan
En forma inadvertida, uno tiende a asociar el desarrollo de la amistad con el tiempo de exposición a la misma. Así, desde un tiempo de convivir en armonía, de estar comprometidos en proyectos conjuntos, parece dable esperar que, aunque se cambió de actividad o de domicilio, el vínculo se mantendrá, se sostendrá activo, sin variaciones, con nuevas formas de actualización.
No siempre es así. A veces ,se lo asume sin mayor pesadumbre. En otras ocasiones, se recibe con una amargura contaminada con algún escepticismo acerca de la viabilidad de la propia amistad.
Copio la parte pertinente de mi respuesta a un comentario que a ese respecto me hace un participante de un curso reciente:
“En lo referente a tu experiencia de haber estado con otros durante tiempos prolongados, sin que cristalice una amistad propiamente tal, me vienen varias asociaciones.
Desde la cultura inglesa, te contestarían algo así como: el tiempo de gestación de una amistad es variable y tiende a ser prolongado, todavía no habría madurado ese algo impondeable que es la amistad...
En la cultura hippie clásica, te habrían dicho que seguramente no existía un contexto de valores comunitarios, de arraigo de prácticas favorecedoras del emerger de la amistad, como el rapport, el diálogo y el encuentro.
Desde la psicología social, surgirían voces destacando el contraste entre la prevalencia del autoritarismo y su afinidad con el mando y la obediencia, y la sustancia coexistencial, fraternal, de la amistad.
……..”


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