EL
DERECHO A SER AMIGO DE SÍ MISMO
Mas
allá de ciertos desiertos
En que ciega, arena, duelen obligaciones,
Hay un mas acá
Delicioso, fértil, tuyo,
Tan tuyo tan redondamente tú
Que no necesitas cuidarlo,
Hacerlo derecho,
O quitarle el palpitar de lo
humano.
Es el aquí
De saberse libre,
Aunque tengamos la mascara
del domesticado,
Es la chispa que saltó
Hace tiempo,
Al juntar humano con humano
Desde el mismo fondo
De la primera sonrisa, de las
preguntas de amanecer
Cuando la vida fluye silvestre
A pura amistad,
Y cada descubrimiento
Es la alegría del pozo
infinito,
Es vivir transparente
Al sol interno,
Desierto de lo turbio,
Cierto de inventar risas,
Aunque queme el dolor
Porque hasta la muerte es
débil
Cuando pierde pudor la
amistad
Y uno descubre su doble en
cada arrebol humano,
Ese perfume del paraíso
disimulado
Desde aquellos tiempos,
La livianísima sonrisa de Eva
y Adán
Palpitando en la verdad de la
amistad desnuda
Cuando la culpa se disuelve
en gracia,
Cuando el miedo da la mano al
sueño,
Cuando haces collares con
muertes y días,
Cuando desconfianzas florecen
mariposas muy ebrias
Cuando el rencor es marea que
amasa alegría
Cuando de pura cercanía
anticipas la humanización de las estrellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario