Fábulas Abiertas 20
La llave del alma
El corazón se vistió de aurora, miró al sol de frente, hasta que el muy amarillo fue sintiendo arco iris, muy próximo a quedar sereno, turquesa adentro.
Allí, ella extendió la poesía recordando y desbordando el reparto de pan, tan crujiente y amable ahora como entonces. Fue pródiga en la dulce pulpa del mar , donde discurre el entusiasmo, donde navega libre la generosidad, donde el milagro se abraza con lo más diurno de lo terrestre, donde las estrellas marinas asumen la embajada de toda la musiquilla de las altas y pequeñas esferas.
Mar zahorí donde las miradas sanan ajenas a todo pudor, donde las sonrisas salen de la clandestinidad y crean aquello que ya viene de la mano y más allá de la vida.
En ese encuentro , en ese abrazo, en ese mar de sol, de miradas, de sueños, la llave abrió, cómplice, la puerta del sentido y de su arena , el recuerdo de las manzanas de las discordias y los deseos en la mañana del mundo convertido en flores azules de absoluto.
Se ha dicho: eso no ocurrió, pero sin su verdad no existiria nada.
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