martes, 27 de noviembre de 2018

Multiversidad sin Fronteras 98


Multiversidad sin Fronteras 98

Libro Preguntas, Fantasías y Sincronías (2)

Inicio del Prólogo de María Teresa Pozzoli

...la fantasía de un nuevo mundo se asentó en el imaginario del poeta, escudero de sueños sin naufragio”.
La gente busca certezas, regularidades, verdades que le otorguen sensación de estabilidad a su vida... además del sentido de seguridad -con la repetición de los hábitos-, al mismo tiempo se confirma nuestro sentido de identidad. Pero ese sujeto es esencialmente contradictorio, y quiere creer en la oportunidad del azar, y puede jugar un billete de lotería con la fe suficiente para aferrarse a este fetiche para activar una supuesta magia redentora que le cambie la vida. Somos seres atávicos, atados a la necesidad de conservación y los apegos, pero que, sin embargo, podemos alzar la vista al cielo y esperar la señal de lo divino que nos sustraiga del dolor y el sufrimiento. La dualidad siempre consustancial a la realidad del Centauro, en el que se refleja la contradicción del ‘sujeto complejo’.
Los alfileres que nos atan a la vida pueden desprenderse en cualquier momento y sin aviso previo “...la seguridad no existe...”, y en un instante casi imperceptible podríamos ser arrebatados de este plano terrenal. Navegantes en la polaridad de la contradicción -el gran motor de la vida- somos lo uno y lo otro al unísono, lo animal y lo divino presente en la calidad desmembrada de nuestro mundo interior y en la extraña direccionalidad de nuestras obras.
Afuera... el espacio sideral e infinito nos contiene y nos asombra, para el cúmulo inmensurable de la Creación somos apenas una chispa infinitesimal de rara inteligencia que sobrevive transitoria en el plano de la Tierra. En este plano terrestre, lo que de pronto nos engrandece es la fantasía, como estallido irregular y repentino de la Vida, cascabel móvil que tintinea en el silencio de la noche, que remueve nuestras quietudes, gota que canta la lluvia en el trasfondo de las certezas inacabadas de nuestra conciencia que es Pampa seca y estéril o es desierto florido por un instante de irrenunciable creatividad divina.
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